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REFORMAS BORBÓNICAS. Análisis de las primeras revueltas de indígenas en el siglo XVI, tanto en el Virreinato de Nueva España (México) como en el del Perú, con el Taky Onkoy


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2016  •  Exámen  •  3.744 Palabras (15 Páginas)  •  459 Visitas

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REFORMAS BORBONIICA

a) Análisis de las primeras revueltas de indígenas en el siglo XVI, tanto en el Virreinato de Nueva España (México) como en el del Perú, con el Taky Onkoy.

Las revueltas que caracterizaron a los siglos XVI y XVIII respectivamente en el continente Americano como conflictos, levantamientos, motines o revueltas locales, enfrentaron a los grupos de españoles establecidos en el continente con la sociedad indígena dominada.

Las sociedades indígenas se levantaron en contra de los dominios y padecimientos impuestos por el poder español, de tal manera que con el transcurso del tiempo, se fue afirmando las bases de una ideología indígena.

En el caso de México donde los españoles habían establecido el Virreinato de Nueva España, la primera gran organización política centralizada en América, se vio afectado por revueltas que perturbaron profundamente la primera etapa del período colonial. Según el historiador F. Katz, las mismas se clasifican en: rebeliones locales cuyo objeto era corregir agravios suscitados con la administración colonial, especialmente en el centro y sur de México.

Movimientos de pueblos no conquistados: en este caso se trata de grupos que hasta último se resistían sistemáticamente a la ocupación española, en este caso en la frontera norte de México.

Levantamientos a gran escala: fueron movimientos mejor organizado y con amplia estructura y apoyo colonial indígena contra el sistema colonial, especialmente en el sur del Virreinato y área de América Central donde los indígenas no sólo rechazaban las leyes españolas sino además la religión cristiana.

Para el caso de México Central, predominaron las revueltas locales espontáneas con objetivos restringidos y dirigidas a rechazar el trato y las normas, en muchas casos abusivas, en contra de funcionarios locales. Mediante tales revueltas, los indios creían que si la corona conocía sus reclamos lo remediaría.

Vale aclarar también que debido a la catástrofe demográfica durante el siglo XVI y principios del XVII, no hubo sublevaciones por el dominio de las tierras.

Conforme la población india se fue recuperando y aumentando la población, hacia mediados del siglo XVIII, las tierras que le habían otorgado, resultaban insuficientes o como en otros casos se agotaban y dejaban de rendir lo necesario para la auto-alimentación y afrontar el diezmo.

En el norte de México, los movimientos de resistencia surgen como consecuencia de los intentos españoles por ampliar y consolidar sus dominios. Desde el punto de vista antropológico, los grupos que habitaban la región, eran considerados por los propios españoles como indios indóciles y muy difícil de someter a la hora de aceptar, tanto la majestad monárquica como una religión monoteísta como el cristianismo.

La resistencia indígena reconoce ancestrales antecedentes ya que en el pasado los propios aztecas, nunca los pudieron conquistar. Resultaba impensable que pudieran pagar tributo al estado español.

Fracasado el intento de esclavitud que los españoles instrumentaron como política oficial durante el siglo XVI, y sumado a las deportaciones de fuertes contingentes indígenas en el siglo XVII, se incorporan en la frontera del virreinato las primeras misiones jesuíticas y franciscanas. Para principio del siglo XVIII, muchas tribus habían sido exterminadas o en otros casos prácticamente destruidas como sociedad organizada y los pocos sobrevivientes se refugiaban en las montañas o debían emigrar con destino desconocido hacia el norte.

En las periferias del sur de México, las revueltas tendían a impugnar el sistema colonial, especialmente porque este incluía una base religiosa muy diferente a la propia.

El sur de México se caracterizó por la diferencia en el tenor de las rebeliones indígenas que apuntaban a un reclamo religioso en razón que en esta parte del territorio, la ausencia de minas, no había atraído una gran afluencia de españoles y resultaba escaso el número de colonos. En su defecto, la iglesia ejercía de por sí un dominio político auto conferido en ausencia de autoridades establecidas y por lo tanto, en muchos casos la población indígena era obligada a pagar altos tributos y a trabajar la tierra perteneciente al clero. A modo de conclusión, no resulta difícil de comprender que si los indios no se encontraban en estado de bienestar desde el punto de vista social, menos podían sentir afinidad religiosa con respecto a la imposición del cristianismo por parte de los religiosos españoles.

Perú y el Taky Onkoy

El análisis de las revueltas del siglo XVI en Perú, deja atrás una etapa en que ambas sociedades, tanto la española como la indígena, habían encontrado equilibrio y adaptación al sistema colonial impuesto. Téngase en cuenta que la imposición del sistema colonial en las sociedades originarias, provocó importantes cambios en su estructura con la consecuente adaptación de algunos pueblos y la resistencia y el rechazo de otros.

Si bien los cambios en la estructura social de la nueva sociedad colonial que contenía también a las sociedades indígenas, controladas y administradas por el poder español, afectó a los pueblos originarios; mucho mayor resultó la ruptura religiosa como consecuencia de la pérdida o prohibiciones de prácticas mágico-religiosas que caracterizaba al imaginario indígena, por una nueva religión de carácter monoteísta con una liturgia y conjunto de creencias completamente diferente.

La cuestión ideológica fue una de las causas fuertes en la conquista y la imposición de nuevas creencias trajo como consecuencia, el enfrentamiento con las viejas tradiciones ancestralmente practicadas por los incas del Perú. Estas tradiciones se basaban especialmente en la naturaleza y en el mundo visible que rodeaba a los incas, en cuanto a la función del sol como un claro protector de la vida y de la naturaleza, que se personificaba en el inca, como el Dios Sol.

Adaptarse a las nuevas formas de adoración, rito y culto cristiano, produjo conflictos internos en la población indígena. La armonía religiosa y la adhesión de los indígenas al cristianismo, resultaba completamente necesaria para mantener el sistema colonial instaurado, ya que los indios constituían la mano de obra servil que mantenía el sistema. Visto así, el Taky Onkoy se presentaba como una amenaza al poder político imperante y todo un desafío para la continuidad del régimen, impuesto por las autoridades españolas.

El Taky Onkoy fue una forma de lucha ideológica que supuso para las comunidades indígenas la práctica de dos principios sustanciales; la resistencia contra el mundo hispánico y la solidaridad inter-indígena dentro del mundo hispano.

La antinomia que se expone en la práctica del Taky Onkoy, resulta muy evidente ya sea visto desde el mundo indigenista o contrariamente desde el mundo español y que consiste en indígenas oprimidos de un lado y blancos opresores y seguidores de la nobleza incaica, por el otro.

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