ESTUDIANTE DE L. ADMINISTRACION

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA

PLANTEL 6 “ANTONIO CASO”

PROBLEMAS SOCIALES, POLÍTICOS Y ECONÓMICOS DE MÉXICO

PROFESOR: GUERRA GARCÍA JAVIER

JUDITH DELGADO ACOSTA

GRUPO: 661

ENSAYO “GUERRA EN EL PARAÍSO”

CARLOS MONTEMAYOR.

GUERRA EN EL PARAÍSO

-Carlos Montemayor

Cuando un gobierno no puede o no quiere atender las necesidades que exigen los pueblos, ¿el pueblo tiene derecho a sublevarse? Los movimientos de Lucio Cabañas atribuyeron para tacharlo de guerrillero debido a su organización. A la cual se le unieron muchos pueblos en la que atacaban comandos militares. Dichos movimientos fueron resultado de un gobierno autoritario que con apoyo del ejército, reprimió una guerrilla. Una que poco a poco, iba tomando fuerza y que se volvía peligrosa para aquéllos que se encontraban en el poder, pero que menospreciaban y sobajaban, pues ‘ocultaban’ lo que en realidad era un brote de mucha magnitud; “y ahora no hay guerrilleros en ninguna parte más que en los libros o en la imaginación de la gente o en las películas. Aquí en Guerrero les doy mi palabra, se acabó esa historia de las guerrillas” . Así Lucio Cabañas y sus aliados se ganaron el título de delincuente cuando lo único que buscaban, era reclamar lo que por derecho les correspondía, lo que venían exigiendo desde hacía mucho tiempo y que hasta entonces no les habían resuelto. Las mismas autoridades se burlaban de su situación, pues defendían su postura de que los rebeldes no tenían causas para sublevarse y que eran manipulados por fuerzas políticas, que “estos […] cobardes terroristas, surgen de hogares generalmente en proceso de disolución […] son estos grupos fácilmente manipulables por ocultos intereses políticos, nacionales o extranjeros, que hallan en ellos instrumentos irresponsables para acciones de provocación en contra de nuestras instituciones […] se piensa que obedecen, para decirlo con palabras sencillas y pronto, a grupos de extrema izquierda. Pero cuando se ve su impreparación ideológica, y que tratan en realidad de provocar la represión, de inmediato se aclara su verdadera naturaleza: pretenden detener la marcha de nuestras libertades cuando apenas se inicia una política de nacionalismo económico en nuestra patria”.

Ahora bien, las autoridades sabían perfectamente cuáles eran las necesidades de su estado; “los más graves problemas de Guerrero son tres: carencia de vías de comunicación, analfabetismo y falta de fuentes de trabajo” . Pero las guerrillas surgieron por más causas que estas, debido a la represión, desigualdad social, injusticia y falta de apoyo por parte de autoridades. Ya que a este tipo de comunidades no se les consideran importantes para el desarrollo político, económico y social de un país, aunque ahí se encuentre la gente trabajadora. También sabían que no necesitaban la intervención del ejército, “si construyéramos cada día un kilómetro de caminos, en un sexenio la situación de Guerrero cambiaria y con todo el respeto que me merecen, saldrían sobrando las fuerzas militares en el estado” , y sin embargo permitieron la masacre, todo lo necesario, para acabar con los brotes.

La estrategia del ejército fue acabar con la guerrilla de Lucio Cabañas a cualquier precio, “y lo fundamental del caso es el apoyo concertado en los pueblos de la sierra. Ahí es donde creo que reside la cuestión central. No se trata de un puñado de hombres alzados en armas que se desplazan de un sitio a otro independientes y aislados, como las otras agrupaciones terroristas, no. Se trata de una guerrilla que los pueblos de la región apoyan, sostienen, ocultan […] nuestra respuesta como ejército no puede reducirse a una lucha contra la guerrilla ni a un rastreo de los grupos armados, sino al control de toda la zona, porque es una guerra contra todo lo que en la región apoya a esos hombres armados” . Así pues, el ejército asumió una responsabilidad total de la zona y sofocó poblados que si bien no los escogió al azar, al contrario, sabía dónde y con quienes buscar, también es cierto que el mismo, violentó a comunidades sin siquiera tener la certeza de que existieran brotes guerrilleros en esa zona, aunque respaldaran sus acciones con los ‘buenos’ resultados que obtenían, y no pensaban retirarse hasta lograr su objetivo, “no podríamos localizar toda la red clandestina de apoyo en los pueblos si dejamos la investigación, los interrogatorios, las detenciones y las medidas de cualquier clase a las autoridades civiles, a una legislación regular en tiempo de paz”.

Lo ocurrido en Guerrero no fue diferente a las demás historias de guerrillas habidas y por haber, pues en todas los patrones son los gobiernos autoritarios, las represiones en contra de los medios de comunicación, la persecución en contra de aquéllos que se oponían, las represiones en contra de los indígenas, “el hombre sintió que el cordón rodeaba sus tobillos con fuerza, resbalando por el sudor y por el lodo. Trató de mover las manos; el cordón de cáñamo empezó a lastimarlo […] Los soldados lo obligaron a doblar las piernas hacia atrás, contra la espalda, para que sus pies y sus manos se tocaran y con el mismo cordón de cáñamo los ataron con fuerza […] Sintió que el cordón de cáñamo se hundía en la carne de sus manos, que se tensaba con el dolor de las piernas y la espalda” , y el abuso de poder por parte del ejército que anteponiendo sus intereses, no veían las consecuencias, “Que no hay más fuerza posible en México que la nuestra [...] la función primordial del ejército es fortalecer la seguridad de un país. O la paz del país, digamos. Y esa seguridad se busca aun al precio de la guerra” . Y efectivamente a ese precio se logró sino la paz por lo menos que las personas olvidaran el suceso y que los brotes se rebeldes cesarán por un tiempo.

El pueblo de Guerrero resultó más afectado de lo que se pudiera uno imaginar, el simple hecho de que

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