El Bono Demográfico En Nicaragua

Objetivo General:

Analizar el impacto negativo socio económico del bono demográfico en Nicaragua, sin la aplicación de buenas medidas educativas.

Objetivos específicos:

• Identificar las oportunidades del bono demográfico en Nicaragua.

• Debilidades en el sistema educativo nicaragüense para aprovechar al máximo el ya naciente bono demográfico.

• Perspectivas futuras para la población en capacidad económicamente activa ante el bono demográfico.

INTRODUCCIÓN

Nicaragua se encuentra en una etapa de plena transición demográfica y los efectos sobre la dinámica demográfica del país serán determinantes. El descenso de la mortalidad, la fecundidad y el intenso proceso migratorio provocan cambios significativos en la estructura por edades. La variación provocada se caracteriza por un aumento constante de la población potencialmente activa económicamente (entre 15 y 59 años), de las personas mayores de 60 años y de la población menor de 15 años.

Es importante analizar estos cambios a fin de desarrollar programas orientados a satisfacer las necesidades en materia de educación que demanda la población que vive en un contexto de pobreza y con persistentes inequidades sociales.

Este trabajo tiene por objeto analizar el desempeño del sistema educativo en la transición demográfica en Nicaragua y su impacto económico y social que tendría el bono demográfico. Analizando exclusivamente la importancia del sector educación, para aprovechar las múltiples oportunidades que el bono demográfico ofrecería a Nicaragua.

Una oportunidad histórica: ya tenemos el bono demográfico

A partir del 2005 la población en edad de trabajar pasaba del 51% al 58%. La tasa de fecundidad de las mujeres se redujo casi a la mitad, la población infantil dejó de crecer y hasta se comenzó a reducir. Con una población infantil en descenso, los niños comenzaron a crecer y a alcanzar la edad de trabajar. Nicaragua tiene ahora la más numerosa cantidad de población en edad de trabajar y de generar ingresos de toda su historia.

En otras palabras, a esto se le denomina Bono Demográfico, cuando el sector poblacional comprendido entre los 15 y 59 años – aptas para ejercer labores de trabajo – forma la mayoría de la población nicaragüense.

¿Qué significa esto para el país?, Si quienes tienen edad de trabajar encontraran un empleo con un ingreso decente, los ingresos del hogar aumentarían y con menos niños se podría invertir más en ellos. En situaciones como ésta hay más posibilidades de reducir la pobreza de manera más rápida. Esta oportunidad se llama Bono Demográfico y es la fase de transición demográfica en la cual un país tiene el porcentaje más alto de población que entra gradualmente a la edad de trabajar.

Esto implica que las personas en edad de trabajar hayan recibido una adecuada educación, cuidados en salud y una calificación adecuada, de tal manera que al empezar a trabajar estén habilitados para poder encontrar empleos formales de alta productividad y bien remunerados. Eso es lo que significa aprovechar el Bono Demográfico.

No hay desarrollo cuando hay baja escolaridad

En Nicaragua, aunque ya estamos viviendo en la fase de Bono Demográfico, lo que nos encontramos es que cuando las personas en edad de trabajar eran niños, recibieron mala alimentación y peor aún, un nivel educativo extremadamente bajo.

Si al menos las tres quintas partes de los niños y jóvenes de Nicaragua que logran ingresar al mercado laboral, lo hacen con tan bajos niveles de escolaridad y de calificación, esto significa que en los siguientes 50 años de su vida adulta, sólo tendrán empleos precarios e informales que los mantendrán el resto de su vida bajo el umbral de la pobreza. Encontrar un empleo formal y bien remunerado requiere niveles de calificación educativa ya sea técnica o universitaria, que la mayor parte de los niños y adolescentes en Nicaragua nunca alcanzan.

“Vivir en la pobreza es casi una certeza para las personas con menos de la secundaria completa”. Las personas con una escolaridad menor están condenadas a vivir bajo el umbral de la pobreza. En Nicaragua, quienes fueron niños y están entrando anualmente al mercado laboral unos 118 mil jóvenes, entran con una escolaridad bajísima.

Esto se refleja en un estudio realizado por el Banco Mundial donde indica que los bajos niveles de educación de los pobres parecen estar restringiendo incluso su acceso a la manufactura de la maquila, porque también para trabajar en las Zonas Francas se exige por lo menos una educación secundaria completa y sólo un 20% de la población logra alcanzar esa escolaridad.

De acuerdo con el Bono Demográfico, Nicaragua está teniendo hoy el mayor crecimiento en su historia en población en edad de trabajar. Esta oportunidad se está desaprovechando por completo, porque casi 7 de cada 10 empleos en Nicaragua son empleos precarios en el sector informal.

Los empleos con mejor remuneración requieren de mayor calificación y a ese mayor nivel de calificación -la secundaria completa y aún mayores niveles- sólo llegan los niños y adolescentes del 20% de hogares con mayores ingresos, los que a su vez tienen al frente a padres y madres que en el pasado pudieron alcanzar la secundaria completa o más.

Debemos invertir al menos el 7% del PIB en educación

Analizando estudios realizados por instituciones como el Banco Mundial, La Universidad Centroamericana UCA, Revista Envíos, La Coordinadora Civil -expresión de la sociedad civil nicaragüense-, entro otras, hemos determinado que unos de los problemas graves a resolver en Nicaragua para poder tener el mayor beneficio de este bono demográfico, es la necesidad urgente de invertir más en la educación.

La población en edad de trabajar en los próximos años es la niñez actual, por lo que es necesario una inversión en educación de por lo menos el equivalente al 7% del Producto Interno

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