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El Lobo Que Se Enamoró De La Luna


Enviado por   •  15 de Octubre de 2014  •  519 Palabras (3 Páginas)  •  403 Visitas

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EL LOBO QUE SE ENAMORO DE LA LUNA

Érase una vez un bosque encantado, un bosque lleno de tilos y musgo, de árboles altos y fuertes pero también lleno de flores pequeñas e hilos de hierba, de violetas y lilas, de margaritas y rosas selváticas.

Al comienzo del verano, cuando el cielo se vuelve más limpio y el aire esta cálido y humedecido por instintos de amor, los tilos empujaban hacia el cielo sus flores y el perfume tan intenso y persistente dibujaba en el aire pequeñas gotas de hechizos de amor…

En una de aquellas noches, el cielo azulado parecía ser una capa de seda lisa, un Lobo Solitario iba por el bosque pensando que le habría encantado que las niñas que jugaban por el día cerca del río no le tuviesen miedo… pero, los antiguos cuentos siempre habían hablado de lobos malos y nadie, nunca, se había preocupado de rectificarlos

El Lobo caminaba como ausente, no miraba a su alrededor porque solo veía su alma tan frágil dentro su cuerpo tan fuerte… por esto no se dio cuenta de aquella Diosa, allá arriba, que le miraba La Luna, señora de cada cielo, se deslizaba graciosa sobre la capa de seda de la noche no quitándole nunca ojo al Lobo Solitario que andaba allá abajo en el bosque...

“Cara de luna llena…luna dorada…ojos fríos hechos de hielo e inocencia…¿Quién te ha colgado allá arriba?” le preguntaban las Hadas…

Pero la Luna, perdida en el andar lento del Lobo, no les contestaba.

Fue por casualidad o por suerte, que de repente el Lobo levanto sus ojos hacia el cielo y en el momento en que la vio, se enamoró de la Luna.

Los ojos amarillos del Lobo se fundieron en la cara dorada de la Luna que sonrió y entonces una lágrima se hizo rocío para calmar la sed del Lobo.

Entonces, Hadas y Duendes se apretaron alrededor del Lobo y, cantando, le dijeron:

“¿Quién la ha colgado allá arriba? Sube, sube sobre el tilo y acaricia su sonrisa…”

El lobo, de repente ya no se sintió solo en su andar, corrió hacia el tilo más alto y lo intentó…lo intentó… intentó subir pero cada vez deslizaba y caía…

“¿Quién la colgó allá arriba?...Baja, baja y corre al río y acaricia en sus aguas su sonrisa…” le decían las Hadas.

El lobo ya no se sintió solo en su andar, corrió hacia el río, metió su pata donde vio el reflejo y la cara de su amor, la Luna, pero así la alejo produciendo escalofríos de agua…

Lloró el Lobo, lloró mucho el Lobo que nunca había amado

Y la Luna que desde allá arriba ya le amaba, desató uno de sus rayos y la mitad de ella se hizo escalera de manera que el Lobo pudiese subir.

Desde entonces, en las noches de luna llena, ves una sombra en la luna: perdido en el hechizo del amor, el Lobo esta sentado a su lado y canta para ella melodías lejanas

Cuando luego la Luna se hace dulce por su cantar,

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