El Papel Del Gobierno En La Economia

EL PAPEL DEL GOBIERNO EN LA ECONOMÍA VENEZOLANA: SU PRESENTE Y SU FUTURO

No podemos mejorar la situación de la economía venezolana y, como consecuencia, el empleo, la inflación, el tipo de cambio, la reducción de la pobreza, la inversión nacional y extranjera y el ahorro, partiendo del hecho que el papel del gobierno en el mundo empresarial se debe acrecentar. Este círculo estrangula a las fuerzas productivas económicas y no le permite al gobierno poder cumplir sus objetivos de sanear la economía.

La creciente presencia del gobierno en la economía privada, no necesariamente es garantía de progreso.

El gobierno no se debe proponer reemplazar al sector privado (bastante ya ha avanzado en este sentido), a no ser que queramos repetir las experiencias fracasadas del último siglo. Tenemos bastantes ejemplos, si quisiéramos recordar algo de historia, donde el dominio de los gobiernos de sus economías no solo llevó a la pobreza de la oligarquía si no a la de todos sus habitantes. Por eso afirmamos, que el sector privado debe prevalecer sobre el sector público “en términos empresariales”.

La desaparición de una buena parte del parque industrial y la concentración económica que está produciendo la política económica actual en nada beneficia a los más pobres. No estamos contribuyendo a la sustitución de la sociedad basada en el consumo de la renta petrolera, por una sociedad cuyo principal sustento sea el trabajo productivo.

En vez de ayudarnos a salir de los problemas que estamos viviendo, las intervenciones gubernamentales en la economía privada sirven y servirán para hacer más difícil nuestra salida.

El estado se tiene que convertir en un gran generador de confianza, lo cual traería consigo un clima de estabilidad y menos incertidumbre para incrementar las inversiones nacionales y extranjeras, creando así el país de progreso, desarrollo y bienestar que todos los venezolanos aspiramos.

Hoy más que nunca los venezolanos sienten la necesidad de una mayor seguridad urbana, de una justicia independiente, de una educación que funcione como instrumento de cohesión y ascenso social, de una administración austera y transparente, de un sector privado fuerte y de un gobierno de inclusión nacional. Estos hechos son indispensables para permitirle al país alcanzar niveles de desarrollo sustentable que produzcan en la población una percepción optimista que condicione las acciones de los venezolanos.

La política debe ser lo suficientemente capaz de percibir que su comportamiento se refleja en lo económico.

El futuro

A la nación le espera un futuro económico muy incierto. Las medidas que ha venido tomando el gobierno en materia económica no nos permite vislumbran la sostenibilidad del crecimiento económico en el corto y mediano plazo. Las cuantiosas reservas petrolíferas de las mayores del mundo, y los altos precios del crudo, le han permitido al gobierno soportar todas las equivocaciones en materia de modelo económico y de sistema democrático. Pero el gobierno tiene que estar consciente que toda bonanza tiene un límite, pues la economía son ciclos, y cuando Venezuela no pueda contar con los ingresos suficientes proveniente del subsuelo (y no necesariamente con la fuerza del trabajo de los venezolanos), nos veremos cara a cara con el modelo actual, y es allí donde sentiremos aún más la insostenibilidad del actual modelo económico con sus graves consecuencias.

Las nacionalizaciones, son pésimas señales para los inversionistas locales y extranjeros. La inversión privada – motor clave de toda economía – seguramente retrocederá al menos por un tiempo prudencial, causando grandes perjuicios, que se notarán sobre todo a mediano y largo plazo. En este punto el gobierno debe reflexionar y saber que los Estados que progresan (entendiendo progreso como bienestar de la población) aún siendo muy distintos en sus estilos de gobiernos es porque tienen un denominador común: todos han crecido gracias a las inversiones nacionales e internacionales productivas, ya que a través de ellas es que se puede lograr un crecimiento económico continuo a mediano y a largo plazo que ofrezca sostenibilidad de empleo a los trabajadores actuales y oportunidades a los casi 450.000 trabajadores que cada año se incorporan a la masa laboral del país. Para ser competitivo a nivel internacional, más que proteger ineficiencias, debemos buscar incrementar la productividad de nuestras empresas. China, un país muy cercano a nosotros, ha sido comunista por muchos años pero cada vez más se abre a la economía de mercado. La población China acostumbrada a ser pobre, hoy es cada vez menos pobre estrechándose las diferencias entre ricos y pobres, pero no haciendo a los ricos más pobres sino a los pobres más ricos. Y esto en buena parte se debe a que China está recibiendo más inversiones extranjeras que todos los 32 países latinoamericanos y del Caribe junto. Esto se ha logrado ya que China ha mantenido políticas económicas estables en el tiempo que crean confianza a la vez que está generando educación de alto nivel a su gente. China ha reconocido que el comunismo no es el camino para generar bienestar y crecimiento y que al contrario es la apertura al capital privado nacional y extranjero, la generación de confianza con reglas claras, el respeto y el estimulo a la formación de la propiedad privada y educación de alto nivel lo que realmente genera bienestar, crecimiento y felicidad a sus habitantes. En el caso latinoamericano podemos tener como ejemplo a Brasil, país que tiene un gobierno socialista democrático con economía de mercado,

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