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FILOSOFIA DE LAS CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES MATERIALES PARA UNA FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICA - J. M. Mardones y N. Ursúa


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2016  •  Resúmenes  •  1.890 Palabras (8 Páginas)  •  1.487 Visitas

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                    FILOSOFIA DE LAS

        CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

      MATERIALES PARA UNA FUNDAMENTACION CIENTIFICA

                              Por: J. M. Mardones y N. Ursúa

 Reporte de lectura

 

  Esta gran obra es elaborada por el sociólogo y teólogo José Mardones y el filósofo Nicanor Ursúa, documento impreso en 1982.        

  El libro Filosofía de las ciencias humas y sociales. Materiales para una fundamentación científica, resulta ser una un magnífico estudio de   las teorías sociales, y de la naturaleza de las ciencias humanas y sociales; de qué ciencia se está hablando, su fundamentación, método lógico que siguen, etc. Los autores sustentan sus planteamientos a partir de diferentes posturas epistemológicas: empírico analítica, fenomenológica, hermenéutica, lingüística y dialéctica.

  Al comenzar la lectura, los autores hacen algunas sugerencias para la utilización de los textos que representan en su libro, sugerencias bastante útiles para el lector. Como primera sugerencia está el estudio severo del texto para una comprensión exitosa de lo que el autor realmente quiere exponer. Como segunda propuesta está la presencia de preguntas o cuestiones generales para que el lector descubra las problemáticas y así mismo encuentre solución, esto como una orientación bastante necesaria. Como último el análisis de las aportaciones de los distintos autores con la finalidad de avance continuo en las distintas posiciones teóricas y el análisis- lógico lingüístico de los diferentes textos y/o autores.

  Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Nota histórica de una polémica incesante  

 Nos explica que, observando el panorama de la filosofía de la ciencia, o de la reflexión acerca de la ciencia, desde la altura de su historia se distinguen dos tradiciones importantes.

   La tradición Aristotélica (teleología): la ciencia comienza donde se percibe ciertos fenómenos, y la explicación se logra sólo cuando se logra dar la razón de estos fenómenos, mediante camino inductivo hasta principios generales. La causa del fenómeno tendría que tener 4 aspectos; causa formal, causa material, causa eficiente y causa final.

  La tradición Galileana, que hunde sus raíces más allá de Pitágoras y Platón en el siglo XVI donde deja mirar al universo como conjunto de sustancias con propiedades para pasar a verlo como un flujo de acontecimientos que suceden según leyes. Galileo y Copérnico marcan el umbral de la nueva ciencia con ciertos requisitos que debe tener la explicación científica. Esta nueva ciencia trae consigo cambios sociales que se relacionan con el humanismo, el artesanado, y el capitalismo primitivo, el surgimiento de la buena burguesía y la aparición de lo positivo como lo útil y pragmático.

  Polémica explicita de la filosofía de las ciencias sociales, positivismo frente a hermenéutica

    La explicación causal es la característica de la explicación científica. Se comienzan a buscar leyes generales o hipotéticos que incluyen los casos o hechos individuales.

  El control y el dominio de la naturaleza guían el conocimiento positivo. El peligro es cosificar todo hasta el hombre mismo, cuando la razón se unilateraliza y vira hacía posiciones absolutas.

  El positivismo hace la ciencia social desde la tipificación ideal de la matemática, Comte nos habla aquí de la física social.

  Es ahí donde en Alemania gesta la hermenéutica.  

  El positivismo lógico

La reacción del positivismo hacia la hermenéutica vino de la mano del neopositivismo o Círculo de Viena, conformado a partir de las reuniones de una serie de filósofos en la Universidad del mismo nombre desde 1920 hasta 1940 aproximadamente. Entre los más representativos se encontraban Rudolf Carnap, Motriz Schlick y Otto Neurath, entre otros, quienes elaboraron una serie de escritos que giraban principalmente en torno al lenguaje, así como a los requisitos que debía tener para alcanzar la precisión de los enunciados científicos sujetos a comprobación empírica. También respaldaron el intento por crear una teoría unificada de la ciencia, la búsqueda de leyes, la experimentación como fuente última para la aceptación de proposiciones y el análisis del lenguaje que permitiera la conformación de conceptos con un claro correlato factual, lejos de lo cual nada tendría sentido, tal como lo señala Carnap.

El significado de un enunciado yace en el hecho de que expresa un estado de cosas (concebible, no necesariamente existente). Si un enunciado (ostensible) no expresa un estado de cosas (susceptible de ser concebido), entonces no tiene significado; es sólo en apariencia un enunciado. Si el enunciado expresa un estado de cosas, entonces es significativo, en cualquier caso; es verdadero si este estado de cosas existe, falso si no existe. Uno puede saber que un enunciado es significativo incluso antes de saber 
si es verdadero o falso.

Dentro del positivismo lógico resaltan los estudios de Carl Gustav Hempel en el área de las ciencias sociales, en especial su libro La explicación científica: estudios sobre filosofía de la ciencia. Sus planteamientos modificaron algunos de los postulados iniciales del positivismo decimonónico, tal como lo veremos a continuación: en primer lugar, cuestiona el carácter nomológico-deductivo de las leyes; en segundo lugar, la posibilidad de verificar empíricamente las teorías, así como la importancia que tiene la racionalidad en la elaboración de proposiciones que expliquen los fenómenos sociales. Hempel hizo más énfasis en las explicaciones deductivas que en las inductivas, a las que Comte y los positivistas tradicionales le habían asignado más valor, aun cuando no realizó ninguna investigación factual, practicando un apriorismo deductivo.

El tercer planteamiento rebate las leyes inexorables de la historia propuestas por Comte en su Ley de los tres estados. En consecuencia, deja de lado el determinismo causal, al señalar que no existen leyes históricas únicas y aplicables a un sinnúmero de culturas, que son regidas por éstas de forma invariante, aun cuando puedan determinarse las causas que generan específicos hechos en uno o reducido número de pueblos. En cuarto lugar, se opone al método holístico que rudimentariamente presentó Comte y que en realidad poco aplicó, al señalar la posibilidad de explicar un fenómeno, sin tener necesariamente que hacer relaciones entre los distintos elementos que conforman la estructura social.

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