Genocidio En Ruanda

Genocidio en Ruanda

En 1994 en el país Africano de Ruanda se llevó a cabo uno de los conflictos internos con importancia internacional más graves y sonados de los últimos 15 años el cual se caracterizó por la masacre de miles de ciudadanos Ruandeses que por pertenecer a la etnia minoritaria se les privaba de su vida a toda costa.

A raíz de la muerte de los presidentes de Ruanda y Burundi, Juvenal Habyarimana y Cyprien Ntaryamira el ejército Ruandés (mayormente compuesto por Hutus) y grupos de hutus radicales juntaron fuerzas, desatando una guerra civil interna donde se asesinaría a la mayoría de los ciudadanos pertenecientes a la tribu minoritaria de los Tutsis. Las milicias Hutus estaban compuestas por más de 30,000 hombres quienes estaban bien equipados y financiados con armamentos como granadas y AKA-47 para “cazar a los tutsis”, pero ¿Perteneciendo a un país subdesarrollado y relativamente pobre, como pudieron financiar este horrible acontecimiento? La respuesta está en los 134 millones de dólares otorgados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) los cuales estaban destinados para un “ajuste estructural” es obvio que el desvío de estos recursos permitió que por estadística dice uno de cada 3 jóvenes hutus poseyera un arma legalmente.

Mas, sin embargo la religión también juega un papel muy importante en estos graves acontecimientos puesto que la mayoría de la población Ruandesa es católica y la influencia de los líderes de la iglesia como el obispo de Kigaliy quien además de pertenecer al partido único del presidente (NRMD) era influencia directa en la viuda del presidente Agathe Habyarimana junto con algunos sacerdotes importantes y religiosas incentivaban a la población hutu a terminar con las “cucarachas” permitiéndonos saber por qué las fosas comunes se encontraban en los territorios eclesiásticos, El Obispo de Gikongoro Monseñor Augustin Misago quien también fue participe en el asesinato de 82 niños tutsis.

Mientras ocurría la tragedia, el mundo entero parecía ajeno a la barbarie y no intervino para parar el conflicto. En el caso de Francia, y esto puede ser extensivo a Bélgica y a Alemania, todos con importantes intereses en la zona desde el siglo XIX, el comportamiento no fue del todo solidario.

Cuando en 1993 se firman los acuerdos de paz de Arusha, sectores del Gobierno ruandés contrarios a compartir el poder con los tutsis ponen en marcha matanzas de tutsis y también de opositores hutus partidarios de los acuerdos. Durante ese tiempo, Francia no sólo no hizo nada por evitar lo que se veía venir sino que siguió apoyando a ese Gobierno aun sabiendo que financiaba a las milicias radicales. Cuando comienza el proceso de genocidio, Francia realiza una breve intervención militar los días 7 y 8 de abril mediante la cual evacúa al personal internacional, pero también a unos 400 ruandeses familiares de la élite genocida en el poder, que son llevados para refugiarse en Paris y en cuanto a Estados Unidos El objetivo de Washington era desplazar a Francia, desacreditar al gobierno galo (que recordemos que había apoyado al régimen de Habyarimana) e instaurar un protectorado angloamericano en Ruanda mediante el Cte. Gral. Paul Kagame. Washington no hizo nada para evitar las matanzas étnicas a propósito pero los presidentes nunca se dieron a la tarea para reconocer los hechos puesto que estaba entrando en un territorio ajeno a su jurisdicción ya que Francia, Bélgica y Alemania eran los países que más poder ejercían en África. Los intereses económicos de los países colonizadores de África

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