Inseguridad En Bogota

UNA MIRADA A LA SEGURIDAD EN BOGOTÁ

Bogotá ha presentado disminuciones significativas en algunos de los delitos de alto impacto, especialmente el homicidio, sin que ello implique que la tarea está acabada. Sin embargo, como usualmente sucede, la reducción del homicidio coincide con el aumento en las lesiones comunes, en su mayoría con arma blanca y de fuego.

De la misma forma, se han presentado aumentos en lo que podríamos llamar el “delito menor” como los hurtos, el cual aunque muchas veces las autoridades resisten de importancia, puede ser aún más difícil de combatir que incluso el homicidio, no sólo por afectar a más personas, sino por ser uno de los delitos que más inciden en el aumento de la percepción de inseguridad en la ciudad.

Una mirada en cifras

Delitos que afectan la vida y la libertad

Fuente: Subid

Cálculos: Autor

Durante los últimos años el homicidio ha presentado reducciones significativas; mientras llegamos a tener tasas que superaban los 30 homicidios por cien mil habitantes, durante el primer cuatrimestre del 2007 se contó con una tasa de 17,7. Sin embargo el escenario no es tan alentador cuando analizamos el comportamiento por localidades. Según datos del SUIVD 9 localidades se encuentran por encima de esta tasa, algunas con situaciones bastante críticas, como son las localidades de Los Mártires (63,3), Santa Fé (40), Usme (38,7) y Ciudad Bolívar (31,6) que duplican e incluso, en el caso de Los Mártires, triplican la tasa de Bogotá. Mientras tanto, localidades como Engativa, Tunjuelito y Teusaquillo, no supera los 8 homicidios por 100,000 hab.

Fuente: UNODC, Violencia, crimen y Tráfico ilegal de armas en Colombia, Pág 19.

Según análisis del Observatorio de Convivencia y Seguridad del Distrito, el comportamiento del homicidio en Bogotá ha tenido una tendencia en su caracterización. Mientras hoy se adjudica a las deudas de honor o venganzas como la principal motivación del homicidio, hace algunos años cuando la tasa de homicidios de Bogotá alcanzó a estar en 1995 en 58,8 por 100,000 hab., el debate era contradictorio y frases como la siguiente, eran mencionadas por académicos y políticos:

“Desde un corte de luz hasta el cambio de una melodía; desde un robo de una gorra hasta el piropo a una acompañante, arrastran a los colombianos a matarse unos a otros”

Esta crítica situación y análisis que mostraban a los bogotanos como violentos por naturaleza, llevaron a que el país entero fuera considerado como uno de los sitios más peligrosos del mundo, trayendo como consecuencia la disminución de la inversión y turismo extranjero. Sin embargo, los avances en materia de caracterización del homicidio, han mostrado que la anterior afirmación es poco relevante.

Más bien, lo que tenemos son estudios que corroboran que el mayor porcentaje de homicidios son probablemente por ajustes de cuentas o venganzas, es decir, provienen del espacio de la criminalidad oculta, y del campo de los negocios ilegales. Con esto, los tipos de violencia impulsiva o cultural, tal como lo plantea Rubio (2000), en el cual se adjudicaba todo lo que no parecía se violencia racional o instrumental, parece ser muchísimo menor a la dimensionada inicialmente.

Fuente: SUIVD

Esta teoría se va reafirmando con algunos datos adicionales, que tienen que ver con la modalidad del delito. Para el primer cuatrimestre del 2007, el 58,3% de los homicidios se cometieron con arma de fuego, mientras el 33,5% con arma blanca; el 30% es por venganza o deudas de honor, el 16,5% por discusión o riña, el 10% por resistencia al robo, el 5,5% en persona vulnerable, el 4,1 en conflicto intrafamiliar, 3,7% conflicto entre barras o pandillas, entre otros .

Frente a la problemática de las armas de fuego, hay que decir que en Colombia no todos tienen acceso a las armas y que el porcentaje de tenencia legal es bajo . Lo anterior se muestra en la baja presencia de armas legales en los homicidios cometidos entre enero y abril de 2007 en la ciudad. Así, del porcentaje de armas que se logra conocer su condición, sólo el 6,3 son legales, mientras que el 29,9 son ilegales; el restante 63,8 se encuentran en investigación .

El porcentaje que se encuentra en investigación parece incrementar el porcentaje de las armas ilegales, pues se trata de casos en los cuales el la escena del delito no se deja rastro de la arma, o de la bala, con lo cual puede adjudicarse a algunos de los delitos a sicarios o delincuentes profesiones.

Fuente: UNODC, Violencia, crimen y Tráfico ilegal de armas en Colombia, Pág. 23.

Sin embargo, quizá uno de los datos más alarmantes en la caracterización del homicidio y que nos permite hablar hoy de un tipo de violencia racional e instrumental, más que impulsiva, es que en el 43,9% de los casos, el sitio del impacto por arma de fuego es en la cabeza, y en el 40% hubo sólo un impacto. Lo mismo ocurre en el caso del arma blanca, la herida en el tórax (corazón) es la que prevalece con un 41% de los casos, y una sola herida, en el 34,7% de estos. Es indudable que si se tratara de violencia espontánea, no cualquier persona tiene la capacidad de matar a alguien de un solo tiro o herida, y en sitios en dónde definitivamente el propósito es causar la muerte y no una simple lesión.

Lo anterior nos puede dar algunos indicadores de la criminalidad de la ciudad. Por un lado, que podemos contar con una delincuencia muy profesional y especializada, que opera en un mundo al que las autoridades distritales no han logrado llegar. Por otro lado, que nos encontramos ante eventos de importante envergadura como son el incremento de los negocios ilegales y por tanto ante el sistema delincuencial que surge de esta, y que se concentraría en Bogotá, por tratarse de una ciudad cosmopolita, compleja, y receptiva de los distintos eventos que ocurren en la ciudad.

Con lo anterior no deja de preocupar, que del total de víctimas de los homicidios,

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