ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La mujer y el trabajo: redistribución y visibilización del trabajo de cuidado y doméstico


Enviado por   •  9 de Marzo de 2023  •  Ensayos  •  2.006 Palabras (9 Páginas)  •  133 Visitas

Página 1 de 9

Hernández Narcizo Jessica

El trabajador tuvo que nacer, ser cuidado, amado, alimentado y educado. Todas estas actividades se desarrollan en la esfera privada, conocida como el ‘hogar’. De esta manera, la esfera de la reproducción de la vida está íntimamente ligada con la esfera de producción del capital. Los cambios en una esfera tienen efecto en la otra. Sin este trabajo cotidiano, la economía no podría funcionar y el sistema colapsaría.

Sara Tufano

La mujer y el trabajo: redistribución y visibilización del trabajo de cuidado  y doméstico

La legitimación del trabajo a lo largo de la historia se ha circunscrito únicamente a su relación con el salario y por tanto con la producción de bienes materiales para el sistema capitalista. Por lo que la exclusión de las tareas que no reciben un salario -el cual se encuentra alienado mayormente por mujeres, cuya representación se expresa en “el 75 por ciento, de este tipo de trabajo” (Rodríguez, 2019:1) - reproduce un hecho dentro del sistema. En consecuencia su reconocimiento y redistribución radica en una mirada privada de perspectiva de género y olvidada. Es digno de mencionar que esta problemática no solamente es una realidad cualitativa sino también figura en el aspecto simbólico, propiamente proveniente de la cultura.

Por lo que, a razón de la magnitud de estas problemáticas, y con la intención de analizar y formular escenarios posibles en su mejora, el siguiente escrito se desarrolla en tres puntos medulares: primeramente un exposición y planteamiento breve del problema, posteriormente se ponen sobre la mesa cinco conceptos indispensables a la luz de algunos autores, para su abordaje idóneo del problema empezando por: división sexual del trabajo, trabajo remunerado, no remunerado y trabajo doméstico y de cuidado. Finalmente se exponen algunas propuestas que, en la medida de lo posible, subsanen y reduzcan el impacto de este problema.

Cada día, cada mañana, cada tarde y cada noche en las profundidades de los hogares el trabajo doméstico y de cuidado que las mujeres realizan 365 días al año, construye las relaciones cotidianas que sostienen los mecanismos de toda la sociedad. Estas van desde la alimentación, educación y cuidado de todos los futuros ciudadanos que se incluirán en las grandes dinámicas económicas, asegurando la reproducción de actividades, que incorporan todas las funciones que mantienen viva la estructura social, por lo que sin este trabajo la subsistencia del actual paradigma se derrumba. (Tufano, 2020).

De manera que, este trabajo realizado cada día también va a parar a la construcción del capital variable o las fuerzas de trabajo, participando indirectamente en la producción de bienes y servicios, por lo que el trabajo doméstico que sostienen mayormente las mujeres, es una de las actividades más importantes dentro de las relaciones sociales dado que “representa entre un 10 y un 39 por ciento del producto interior bruto; puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte” (Organización de Naciones Unidas Mujeres, 2016), sin embargo, este se encuentra extraviado, invisible y arrinconado. Su presencia se mantiene como una sombra borrosa y anónima para las políticas públicas, como para el reconocimiento económico y social

Es un hecho que la revolución industrial es uno de los acontecimientos históricos más importantes ya que su resonancia se ha mantenido imperecedera en el devenir histórico, tanto que ni siquiera la fugacidad de la modernidad la ha podido superar. Una serie de transformaciones se gestaron conforme a su instauración, entre ellas se encuentran las nuevas condiciones de trabajo que impuso, de las cuales estribo aún más en las condiciones definitivas que reina la vida de las mujeres, debido a que además de separar las clases en una dicotomía entre proletario y burgués también dividió sexualmente el trabajo entre hombre y mujer.

Desde hace décadas la división sexual del trabajo se volvió una costumbre, hasta convertirse en una realidad, la cual consistía en una asignación de roles y labores que se distinguían como un medio de organización socioeconómica que dividía las funciones de las sociedades por el “género”, cuya diferenciación consista en una consignación social en la que preponderantemente las tareas no remuneradas como el cuidado y realización las labores domésticas, se realizaba en la profundidad de los espacios privados y se le naturaliza a la mujer, mientras que el hombre se encargaba de las actividades remuneradas desempeñadas en los espacio públicos.

Esto se resume en una separación de las actividades de la mujer a las demás denominaciones de trabajo socialmente y económicamente remunerado, cuya diferenciación se desprende una infinidad de problemas de igualdad, de estimación y valorización. De la misma manera que origina un entorpecimiento hacia el ascenso de la mujer en su independencia y autonomía económica y psíquica, así como el abatimiento a sus derechos universales y finalmente una integración al trabajo no remunerado.

Ahora bien, el trabajo remunerado se concibe como toda actividad que se encuentra respaldada legalmente para poder acceder a un sueldo o salario fijo, más específicamente, “esta denominación general es referirse a una actividad que da acceso al pago de una cantidad de dinero. Este importe puede adoptar la forma de salario, si el trabajador desempeña su tarea en el ámbito y bajo la dependencia de otra persona; beneficio, cuando lo percibe el dueño de los medios de producción” (Raventós, 2016:3), por lo que queda estipulado que este tipo de trabajo se encuentra remunerado debido a que está aunado directamente al trabajo para el mercado.

De acuerdo con la doctora en Ciencia Políticas María Ángeles Durán (2012) define al trabajo no remunerado como una actividad que se efectúa cada día en el interior de la esfera privada denominada hogar. Supone una diversidad de labores cuyas actividades se concentran en un solo sector de la población, el cual no conlleva a un modo de pago directo. Por otro lado, el trabajo doméstico y de cuidado es una actividad que rebosa en las primordiales necesidades para cualquier sociedad, cuyas implicaciones van desde el cuidado y crianza de todos los ciudadanos y futuros consumidores y productores que se adentren en la dinámica del mercado, también conlleva labores de aseo en la vivienda, aspectos tanto psicológicos, educativos, nutricionales y de mantenimiento, de los que la mujer desde tiempos remotos ha sido inalterablemente y “naturalmente” encargada y responsable de dichas actividades.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.2 Kb)   pdf (87.5 Kb)   docx (13.3 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com