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Natalidad Y Mortalidad


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  296 Visitas

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politicas Urbanas:

Ciudades y Ciudadanía reconoce de forma clara y explícita la necesidad de la contribución del gobierno nacional a la consecución de este propósito societal: se trata de una responsabilidad colectiva, al interior de la cual uno de los agentes comprometidos lanza su política para que sea discutida, concertada y perfeccionada, arrancando así un proceso que estaba en mora de desencadenarse, activando igualmente la reflexión y la acción sobre la ciudad, comprometiendo a los más variados agentes sociales vinculados en su construcción. Se trata entonces de un pacto urbano que sirva de referencia y establezca un espacio apto a la más amplia concertación y desarrollo del proyecto de ciudad que el país necesita para alcanzar las ya mencionadas metas societales.

Se espera que la Política Urbana sirva de referencia, al lado de los Planes le Gobierno de los Alcaldes del país, para la elaboración de los Planes de Desarrollo Municipal que han de darles cuerpo a los propósitos generales y particulares planteados, conjugando los esfuerzos de las distintas instancias de la sociedad y del Estado en la consecución de los más altos objetivos del desarrollo social y económico.

La Política Urbana se propone una acción consciente que va más allá de contemplar pasivamente la operación del sistema de precios, ese mecanismo eficaz, pero incapaz de establecer valores y conductas. Ciudades y Ciudadanía parte del imperativo categórico y moral de que la creación del espacio colectivo y de la nueva ciudadanía son una función pública irrenunciable, en cuyo ejercicio es imprescindible la colaboración de la totalidad de los agentes sociales. La sociedad civil, a través de sus instituciones democráticas y por medio de la planeación y la gestión urbana, decide cómo, cuándo y de qué forma se hace la ciudad: las infraestructuras territoriales, la protección de espacios naturales de interés o de cualquier otro elemento de conformación del territorio, ponen de presente cómo desde los griegos las palabras "Política" y "Ciudad" tienen la misma raíz: polis. En la ciudad es donde en la sociedad contemporánea se ejerce con mayor fuerza la política, ese esfuerzo organizado por obtener y ejercer poder: poder administrar lo que es "público" y gobernar la sociedad.

El objeto de la Política Urbana es la ciudad, entendida como la unidad socioespacial básica de soporte de la producción cultural, de la innovación social y de la actividad económica en el mundo contemporáneo. Por consiguiente, las características de esta Política deben corresponder a la naturaleza de la ciudad y a la forma como ésta se produce y reproduce.

El deterioro de los atributos urbanos

La tierra, el transporte, la vivienda, el espacio público, el equipamiento y los servicios públicos son los atributos propios de la urbe. Constituyen los elementos consubstanciales a las ciudades sin los cuales éstas no merecen, en justicia, ese nombre. Civitas, decían los latinos, para designar los conglomerados que ostentaban un rango superior a las villas, ésto es, los pequeños poblados desprovistos de las virtudes de la ciudad autentica.

La Ciudad, es decir, aquel lugar del espacio en que los hombres se encuentran para realizar, cotidianamente, el milagro de la convivencia y soñar el bienestar es, hoy, solamente un propósito. Sus condiciones son ineptas para atender la plenitud de las demandas de sus habitantes. Los procesos demográficos, económicos, sociales, institucionales y políticos han desbordado la capacidad del Estado cuyas herramientas, por ende, han resultado impotentes para prevenirlos y controlarlos.

La tierra

El rigor del mercado ha conducido a un alto grado de concentración de la tierra, a la consiguiente elevación de su valor y, de contera, a la informalización de la urbanización. En la imposibilidad de acudir al mercado regular en busca de tierra barata las familias de bajos ingresos optan por la ilegalidad. Así surgen las urbanizaciones clandestinas, las viviendas construidas en zonas de alto riesgo, las comunidades subnormales, las densas líneas negras que forman los anillos de la ignominia.

La fuerza implacable del mercado inmobiliario ha sido, pues, superior a las previsiones contenidas en los planes y programas locales. La ausencia de instrumentos adecuados para intervenirlo explica la frustración habida y pone al descubierto la causa de la ineficiencia, la congestión y la avería obstinada que el medio ambiente padece.

El transporte

No menos agobiante es la situación del transporte. Se estima que la oferta vial, presenta notorios atrasos; por no haber sido construida con sujeción a un plan determinado, su infraestructura es precaria habiendo sido, además, objeto de un mantenimiento deficiente.

El transporte colectivo es más eficiente en el uso del espacio y la energía; tiene otra ventaja: causa un menor impacto sobre el tejido ecológico y su utilización apropiada puede favorecer tanto la calidad de vida de sus usuarios como los índices de productividad de la economía.

No obstante éstas virtudes, su participación en el conjunto de los sistemas de movilización en las ciudades ha venido siendo cada vez menor en beneficio del transporte individual que, en las circunstancias actuales, resulta muy costoso y, por lo mismo, inconveniente.

La vivienda

La vivienda, por su parte, no es una sola. Hay, vivienda popular y dentro de ésta una categoría, no por ignorada, menos trascendente: la vivienda clandestina. La vivienda en propiedad convive con aquella que se da en arriendo del mismo modo que la nueva coexiste con la vivienda usada.

La diversidad de las formas que asume la vivienda contrasta con la ausencia de una política específica destinada a asegurar la regulación de los planes de vivienda y garantizar su adecuada localización. La inexistencia de sistemas de planificación urbana, por parte del Estado, también ha contribuido al actual desarreglo. Y la marcada diferenciación, por segmentos de mercado, ha acentuado las barreras que, entre éstos, t interponen.

Los servicios públicos

Hay una percepción general según la cual, hechas algunas salvedades notables, las empresas de servicios públicos domiciliarios no son eficientes. Costos operacionales elevados, sobrecostos en las inversiones, déficit presupuestal crónico, retrasos en los planes de expansión, mala organización de los servicios, entre otros, son signos evidentes de los defectos que acusan las entidades encargadas de prestarlos.

Equipamiento

El equipamiento comprende todos los espacios de uso público ó privado construidos ó remodelados para el cabal desarrollo de las acciones que correspondan ó complementan el escenario urbano. Son las edificaciones y obras distintas a la vivienda tales como aeropuertos, centrales de abasto, terminales de transporte, universidades, colegios, hospitales, etc.

La cobertura de estas obras y el servicio que prestan están dictados por la escasez de los recursos disponibles, la ausencia de planificación y el perfil de la administración.

El término desastre natural

Hace referencia a las enormes pérdidas materiales [cita requerida] ocasionadas por eventos o fenómenos naturales como los terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierra, deforestación, contaminación ambiental y otros.

Los fenómenos naturales, como la lluvia, terremotos, huracanes o el viento, se convierten en desastre cuando superan un límite de normalidad, medido generalmente a través de un parámetro.[cita requerida] Éste varía dependiendo del tipo de fenómeno,[cita requerida] pudiendo ser el Magnitud de Momento Sísmico (Mw), la escala de Richter para movimientos sísmicos, la escala Saphir-Simpson para huracanes, etc.[cita requerida]

Algunos desastres son causados por las actividades humanas, que alteran la normalidad del medio ambiente. Algunos de estos tenemos: la contaminación del medio ambiente, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo y no renovables como los minerales, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo.

Los efectos de un desastre pueden amplificarse debido a una mala planificación de los asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta provocados por el hombre se torna un poco difusa.

A fin de la capacidad institucional para reducir el riesgo colectivo de desastres, éstos pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a éste debido a carencias en la planificación y en las medidas de seguridad. Un ejemplo clásico son los terremotos, que derrumban edificios y casas, dejando atrapadas a personas entre los escombros y rompiendo tuberías de gas que pueden incendiarse y quemar a los heridos bajo las ruinas.

La actividad humana en áreas con alta probabilidad de desastres naturales se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto riesgo sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre natural o reducir sus efectos negativos se conocen como de zonas de alta vulnerabilidad.

Los desastres no son naturales, los fenómenos son naturales. Los desastres siempre se presentan por la acción del hombre en su entorno. Por ejemplo: un huracán en la mitad del océano no es un desastre, a menos que pase por allí un navío.

Incendio

Un incendio es una ocurrencia de fuego no controlada que puede abrasar algo que no está destinado a quemarse. Puede afectar a estructuras y a seres vivos. La exposición de los seres vivos a un incendio puede producir daños muy graves hasta la muerte, generalmente por inhalación de humo o por desvanecimiento producido por la intoxicación y posteriormente quemaduras graves.

Para que se inicie un fuego es necesario que se den conjuntamente tres componentes: combustible, oxígeno y calor o energía de activación.

Origen del fuego

Incendio forestal.

En los edificios, los incendios pueden empezar por causas muy variadas: fallos en las instalaciones eléctricas o de combustión, como las calderas, escapes de combustible, accidentes en la cocina, niños jugando con mecheros o cerillas, o accidentes que implican otras fuentes de fuego, como velas y cigarrillos. El fuego puede propagarse rápidamente a otras estructuras, especialmente en aquellas que no cumplen las normas básicas de seguridad. Por ello, muchos municipios ofrecen servicios de bomberos para extinguir los posibles incendios rápidamente.

Las normativas sobre Protección de Incendios clasifican el riesgo que presenta cada tipo de edificio según sus características, para adecuar los medios de prevención.

El riesgo atiende a tres factores:

* Ocupación: mayor o menor cantidad de gente y conocimiento que tienen los ocupantes del edificio.

* Continente: atiende a los materiales con que está construido el edificio, más o menos inflamables, así como a la disposición constructiva, especialmente la altura que, si es grande, dificulta tanto la evacuación como la extinción.

* Contenido: materias más o menos inflamables. Según estos factores, el riesgo se clasifica en Ligero, Ordinario y Extraordinario

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