¿Qué Papel Juega El Pueblo En Las Relaciones De Poder Estudiadas Por La Ciencia Política?

La vida de los seres humanos se ha caracterizado siempre por la necesidad de agrupación. Esto porque somos una especie que requiere el apoyo y la presencia del otro tanto para cuestiones de supervivencia como para desarrollar y mantener habilidades específicas y únicas, como el lenguaje hablado que es nuestra herramienta para interactuar con el otro y expresar la relación que tenemos con nuestro entorno. Desde las sociedades más primitivas de las que se tiene noticia, los grupos humanos han pasado por diversas fases de organización social de acuerdo a la cantidad de individuos que los componen, al hecho de que fueran nómadas o sedentarios y a las actividades económicas que desarrollaran para subsistir.

Sin embargo, todas las actividades grupales, como salir a cazar, recolectar frutos o decidir qué ruta migratoria tomar, requieren de organización, división y liderazgo, de esta manera empiezan a establecerse jerarquías que más adelante, cuando los grupos humanos se empiezan a convertir en sociedades que ocupan territorios estables, derivaran en relaciones de poder en las cuales un individuo o un pequeño grupo de estos estará por encima de la mayoría.

En este ensayo se responderá la pregunta acerca de cuál es el papel del pueblo, entendido como la mayoría que está sometida al poder de una minoría o de un individuo, en cuanto a las relaciones de poder que se presentan bajo las diferentes formas de gobierno.

Las formas políticas “pre-estatales” se pueden identificar desde la denominada sociedad acéfala, en la cual el poder no se concentra de manera exclusiva en una cabeza, y en el caso de tener un jefe, esta condición se debe a sus capacidades en actividades específicas y necesarias para la supervivencia; otra forma de gobierno pre-estatal es la sociedad segmentada, propia de una población más numerosa que la anterior y con actividades más variadas y complejas, dentro de estas se empiezan a establecer jerarquías y relaciones de poder más explícitas que en las sociedades acéfalas; la ciudad-Estado o polis, que se origina en Grecia y se caracteriza por que, en ciudades con riqueza, diversidad económica y población creciente, se dividió el poder y el pueblo tuvo injerencia en la política; más adelante está el imperio burocrático, caracterizado por una fuerte relación entre la religión y el Estado como forma de gobierno, la burocracia tiene la función coordinar grandes proyectos, sobre todo de infraestructura y los súbditos no tienen capacidad de decidir; finalmente, antes de los Estados se encuentra la sociedad feudal, en la cual predomina la agricultura y se basa en la sumisión total del pueblo o los vasallos hacia el monarca y los señores feudales.

Estas formas de organización social se presentaron en diferentes periodos históricos de manera cronológica, sin embargo, las polis o ciudades-Estado de los griegos son la base de los Estados modernos, según lo explica el Manual:

En síntesis, como consecuencia de un conjunto de cambios económicos, sociales y culturales, surgió una nueva forma de organización política, con un centro relativamente diferenciado desde el punto de vista estructural, basado en los principios de ciudadanía e igualdad legal y política y en los mecanismos de participación en asamblea de todos los ciudadanos y de rotación de las magistraturas.

Como se puede observar, esta organización es muy parecida a la de los estados actuales, como el de nuestro país. EL pueblo en las polis Griegas contaba con una división social que se basaba en el linaje y en la posesión de tierras, había un concepto de ciudadanía basado en la igualdad y el poder de participar en la política y la cultura y la economía funcionaban de acuerdo a la división del trabajo, pues existía especialización en distintas artes y oficios. Sin embargo, cabe señalar que el motor de la economía griega era el esclavismo, la gran cantidad de esclavos se encargaba de trabajos pesados y de infraestructura. En la sociedad griega ellos no tenían estatus de ciudadanos y por lo tanto, al igual que las mujeres no tenían participación en las decisiones políticas.

Los Estados surgen como tal en la Europa del siglo XVII y actualmente son la forma de organización social predominante en el mundo, aunque todavía se mantienen algunas sociedades de carácter acéfalo, como los esquimales. Al igual que en el sistema político de las ciudades-Estado griegas, en los Estados modernos el ordenamiento estatal se basa en el derecho y en el consenso del pueblo ante las decisiones de los dirigentes que los representan. No obstante la principal fuerza que marca la relación entre el pueblo y sus dirigentes es el poder.

Según la situación o el sistema político dentro del cual esté enmarcado, el poder político se puede encontrar en tres formas: el poder coercitivo, el poder persuasivo y el poder retributivo. El poder coercitivo es aquel en el cual el pueblo obedece a sus dirigentes como respuesta a amenazas explícitas o implícitas a su vida, su integridad o sus libertades. El poder persuasivo se ejerce cuando la ideología cumple su función que es generar afinidad entre las preferencias y elecciones éticas de los gobernados y el ideario de los gobernantes,

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