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Se llama Analía y es el amor de mi vida. No mío, solo de mi vida.


Enviado por   •  31 de Agosto de 2018  •  Tesis  •  477 Palabras (2 Páginas)  •  233 Visitas

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Se llama Analía y es el amor de mi vida. No mío, solo de mi vida.

Mi amor esta en otro lado, mi amor es mas eterno que el de mi vida; el de mi vida solo dura una vida y el mío lo llevo por siempre. No quiero confesar cual es mi amor porque no lo tengo ahora en mi mente.  Sigo encadenado en este pensamiento. Sé que está pero no sé dónde. Ya lo busque en la bañera y debajo de la cama. Tampoco lo encontré en la concina ni en aquella hamaca que supe hace años tener de compañera. Esa hamaca de tablas perdidas en el deterioro, como mi verdadero amor;  no el de mi vida, sólo el mío. Amor de cadenas oxidadas y  también olvidadas, amor de metal helado por el invierno, amor insondable por su inexistencia. Pero yo sé que está ahí, debe de estarlo; junto a la hamaca que hace muchos años supe tener de compañera.

Vivo en una doble indecisión; me preocupo por mi amor y por el de mi vida. Quizás el amor de mi vida sea el mismo que el mío; tengo claro el amor hacia Analía pero no el de Analía hacia mi vida, o hacia mí mismo. Sé que el sentimiento hacia Analía es problema de mi vida; pero no puedo dejar que ésta haya encontrado su amor y yo no el mío.

Tengo la teoría que para poder encontrar mi amor debo alejar a mi vida de mí. Pero todavía soy muy cobarde para ello. Recuerdo que el que me pertenece fue mío en algún momento, antes de que mi vida encuentre al suyo, a Analía. Pero eso fue muchos años atrás, cuando no podía mecerme por mí mismo en la hamaca y tenía que depender de mi madre para poder sentir aquello que solo con ellas sentía.

Mi vida conoció a Analía cuando yo cursaba tercero de secundaria. Era nueva en la clase pero cuando mi vida la vio, ella sonrió como si ya se conocieran hace décadas. Tengo que admitir que a mi también me gustaba Analía, pero nunca nos atrevimos a hablarle. Ni ella ni yo. Pero por lo menos tenía a su amor y yo no el mío. De esto me di cuenta más tarde porque en ese entonces estaba más preocupado en salir al recreo y escuchar mi música. La mía, no la de mi vida.

En fin, tampoco creo poder hacer a mi vida parte de mí nueva mente. Alguna vez fuimos uno pero ya no es así. Esta solución me parece hasta más radical que la de alejar mi vida de mí. A ella ya no la conozco, ya no sé si puedo y debo llamarla mi vida o la de alguien más. Pensándolo mejor, creo que alejarme de mi vida no suena tan mal después de todo.  

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