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AUTOBIOGRAFIA


Enviado por   •  9 de Marzo de 2014  •  2.053 Palabras (9 Páginas)  •  190 Visitas

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Me llamo Angie Katherine Robles Martínez, nací el 4 de Junio de 1997, un caótico y afanado Miércoles en la ciudad de Bucaramanga, la famosa “cuidad bonita”. En la clínica comuneros a la 1:40 se anunció mi llegada, una pequeña bebe que en realidad si era muy pequeña, con sus escasos 47 centímetros y sus cachetes regordetes.

Soy la hija de dos grandiosas y jóvenes personas, Ana Milena Martínez Guerrero y Jhon Freddy Robles Márquez, tengo un pequeño hermano de 6 años, así que me toco la “famosa” obligación de ser la hermana mayor.

En mi primer año de vida ya hablaba y no como un niño pequeño suele hacerlo, no, hablaba nítido “como un reproductor de sonido”, solían decir y no tan solo eso, a los dos años me cuenta mi madre, que me sabía canciones y que la gente se asombraba de ver, a una niña tan pequeña la cual aún medio sabía caminar, hablar de manera tan fluida. Desde muy niña mis talentos se empezaron a notar y aunque de pequeña no lo entendía, ahora que tengo 16, puedo afirmar que el hecho de hablar tan temprano, es lo que me hace ser tan “charlatana” y poseedora de una hermosa voz.

A mis cuatro años y medio, entre a una guardería llamada Caperucita roja, y aunque mis recuerdos son muy borrosos, no podría olvidar aquel hermoso hogar, solía llamarlo la esperanza, casualmente porque así se llamaba la mujer que nos cuidaba y porque después de subir más de 250 escaleras para llegar a esa casa, yo sentía que era lo más parecido al paraíso.

A mis cinco años y medio empecé mi etapa preescolar, en un colegio Privado llamado Colpsibu, este era más parecido a una casa, que a una institución real. Y ahora que lo comparo con mi casa actual, tengo que admitir que la mía es mucho más grande. Este pequeño “colegio” se encuentra en el barrio Bucaramanga, muy cerca de mi hogar, así que supongo que a mis padres les dio temor, soltar a su calabacita de más de cinco años, a enfrentar la dura realidad del “no solo naces para comer y dormir también debes estudiar” ,claro está, que a esa corta edad de mi vida, aun no entendía que esa “realidad” ,era la que me daría las bases necesarias, para sostenerme y así adquirir con mi esfuerzo ,un mejor futuro, así que lloraba como cualquier nena pequeña ,que tiene que dejar su rutina del come, duerme y tu mami te hace el resto. A medida del tiempo y de los años ,me fui apegando a este chiquito lugar, en donde aprendía lo suficiente que se debe saber desde primero hasta tercero, pero cuando ya me había adaptado del todo, tenía a los mejores maestros, a dos fantásticas amigas , las cuales conmigo hacían en clan perfecto, de las chicas súper poderosas y ya había mecanizando el posible próximo mejor año estudiantil ,mi hermosa burbuja color rosa exploto ante mis ojos, abriéndomelos frente a la grande Sede C del Colegio nuestra señora del pilar, en el cual entre a hacer cuatro de primaria, recuerdo el miedo que sentí, puesto que este si era una institución y aunque no es tan grande , como la sede A, es lo bastante grande para una niña de nueve años , que estaba acostumbrada a un “colegio” más pequeño que su casa, pero para mi sorpresa, mis mejores amigas las otras dos chicas súper poderosas, ingresaron conmigo y gracias al cielo quedaron en mi salón, así que esta adaptación de mi vida ,a una institución “real” y la culminación de mi primaria al final no fue tan peligrosa,” y así una vez más, todo está bajo control, gracias a las chicas súper poderosas. Además la noticia de un próximo bebe en mi familia, de seguro me daría muchos motivos, para que los próximos años fueran maravillosos.

En el 2008 a mis once años ya tenía un hermano de un poco más de un año, el cual por cosas de mi madre se llamó Freddy Johan, la versión masculina más hermosa de mi misma, recuerdo sus grandes ojos cafés y la alegría que trajo a mi hogar y aunque yo quería una hermanita para enseñarles cosas de niña, estoy feliz y agradecida de poder ver con mis ojos, él cómo crecerá un niño y se convertirá en hombre ,porque el crecimiento de una mujer lo vivo conmigo, él y las ganas de ser su ejemplo , fue lo que me lleno de valor para enfrentar mi primer año bachiller y aunque sabía que era una niña, capacitada e inteligente y una de las mejores de la clase tenía miedo de empezar otra nueva etapa , más cuando el destino, me había hecho la mala jugada de separarme de mis compañeros , porque para mí mala suerte la mayoría había quedado en contra jornada, así que ya no estaba el clan súper poderosas para vencer el mal, tuve que enfrentarme sola, al aterrador y gigante monstruo que me haría compañía hasta el final de mi bachillerato y enfrentar la realidad de ser una primípara, en una institución de secundaria conformada en su mayoría por gigantes trogloditas, pero más fue el susto y la preparación “psicológica” implantada en mi mente como un chip, por parte de mis maestros de primaria, que mi notoria capacidad de adaptación a los nuevos aspectos en mi vida, después de un tiempo concluí , que los maestros no eran tan malvados como el profesor Snape en Harry Potter, y que los gigantes hombres y mujeres, vivían en su mundo de testosterona tanto como el superficial, así que sin importar las circunstancias, no saldrían de ese ciclo, solo porque un Hobbit los pateaba , la escuela secundaria al fin y al cabo no era tan terrorífica, pero tampoco tan mágica como Hogwarts ,simplemente esperaba ansiosa llegar a séptimo grado, para sentirme un poco más al margen , a final de año ya me había acostumbrado a la rutina de ser una de las más pequeñas , recuerdo recibir la mención de honor por excelencia, las felicitaciones

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