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Micaela Cortez


Enviado por   •  5 de Octubre de 2011  •  Biografías  •  1.210 Palabras (5 Páginas)  •  518 Visitas

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Micaela Cortez

(Autobiografía)

Soy Micaela, nací en Capital Federal, a los 16 días del mes de julio del año 1993.

Yo crecí y viví una mayor parte de mi vida en el colegio, donde sigo compartiendo momentos especiales junto a las personas que elijo día a día para pasar mañanas inolvidables.

Abocándome a mi vida escolar, fue en el año 1999, con tan solo 5 años que ingrese al preescolar ya que mis papas consideraban que el jardín no era tan necesario y no querían que siendo tan pequeña tenga que enfrentar ese tipo de responsabilidad por así decirlo.

Era una experiencia nueva a vivir, debía desprenderme de mi hogar, de mi mamá, de mis juguetes e ir al colegio a conocer nuevos compañeros, una señorita, que por si recuerdo se llamaba Cinthia, pertenecer a un grupo, la salita de Los Delfines y comenzar a aprender un poco de todo lo que aprendí hasta este año.

Recuerdo que el preescolar fue unos de los mejores años, conocí a mis compañeritos con los que jugaba en todos los recreos, corríamos, saltábamos la soga, jugábamos a la mama, a la maestra, dibujábamos y a veces hacíamos travesuras, no tantas y en ningún momento travesuras que iban más allá de todo. Aunque recuerdo que un día yo, me pase un poco quise hacer una travesura, que por supuesto desde mi punto de vista se veía así, pero para Cinthia, mi maestra, fue algo que nunca iba a poder entender por qué le rompí un cuentito a mi compañera, ¡SÌ! el cuentito de los tres chanchitos.

Ahí creo que aprendí un poco a valorar mis cosas, y las cosas ajenas ya que ese día me hicieron pasar una de las tantas vergüenzas que tuve que vivir a lo largo de mi vida.

Ya para el año 2000, había finalizado mi etapa de preescolar, y se habría una nueva etapa en mi vida, la llamada primaria. En donde si bien seguía encargada de mi señorita, tenía que empezar a estudiar algo que en preescolar no hacía, ya que me la pasaba jugando y dibujando.

El cambio fue muy positivo, desde primer grado hasta séptimo grado, logre entender que estudiar es algo muy importante para la vida, no solo por el hecho de aprender cosas nuevas, porque todos nosotros constantemente estamos aprendiendo cosas, por más mínima que sean sino porque nos forman como personas.

En el trayecto de estos años, no solamente mi vida escolar estuvo abocada a estudiar todo el tiempo, si bien me gustaba y también me incitaba a estudiar el hecho de que cada fin de año nos premien con diplomas, como por ejemplo mejor alumnos, compañeros tuve mis momentos de diabluras, como así llamarlos.

En primer grado recuerdo que me corte el flequillo, no sé si fue porque lo tenía largo y me molestaba o porque quise experimentar con algo que forma parte de mi cuerpo, en tercer grado recuerdo que me fui por primera vez de campamento, la pasé genial no se puede comparar con nada, al aire libre, con mis compañeros, corriendo por el pasto… bueno infinitas cosas.

En cuarto grado, recuerdo que a mí me encantaba ser, por así decir “chupamedias” de las maestras, y había una en particular súper coqueta, y a mí me encantaba llevarle el bolso, además que también debo confesar que me encantaba que me elijan de secretaria diaria, entonces yo me acuerdo que le había hecho algo a mi compañero, no me acuerdo con puntualidad qué, pero la maestra no me dejo llevarle el bolso, me encapriche y llore, solo por un bolso.

Ya concluyendo mi etapa

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