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Pedro Figari


Enviado por   •  3 de Octubre de 2012  •  2.834 Palabras (12 Páginas)  •  446 Visitas

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Introducción:

Así como la sociedad es importante para que el ser humano pueda sobrevivir, la educación es imprescindible para que se mantenga y desarrolle esta sociedad. El presente trabajo trata de contener e ilustrar el lapso de tiempo en el que actuó laboriosamente el Dr. Pedro Figari dentro de la educación, en relación constante con las necesidades de la sociedad. Quien introdujo y promovió reformas sustanciales, obedeciendo a un plan de difusión de la cultura y del prestigio del trabajo en todo el país. Un gran innovador de la educación uruguaya. LLEVO SU INQUIENTISMO AL MISMO ESTABLECIMIENTO, DESENVOLVIENDO SU TESIS ARTISTICA Y AUTOCTONA.

Su postura filosófica con respecto a la unidad conceptual del arte y el trabajo lo llevo a emprendimientos quijotescos que no fueron comprendidos por sus contemporáneos, con su renuncia, la enseñanza del Uruguay perdía para siempre a un gran visionario, a un individuo practico, ejecutor y conocedor de la capacidad del los orientales.

Biografía

Pedro Figari Solari nació en Montevideo, el 29 de junio de 1861, y falleció el 24 de julio de 1938 fue pintor, abogado, político, escritor y periodista uruguayo. Una de las figuras más destacadas de la pintura latinoamericana, caracterizadas por su estilo propio y su voluntad americanista.

Hijo de Juan Figari de Lázaro y Paula Solari, ambos inmigrantes italianos, Pedro Figari manifestó desde joven inclinaciones artísticas que postergó por sus estudios y actividades profesionales. En 1885 se recibió de Doctor en Jurisprudencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Se publicó su tesis de grado, Ley Agraria. Al año siguiente se casó con María de Castro Caravia y viajó por primera vez a Europa. En 1887 nació su primera hija, Isabel, que fallece a poco tiempo de nacer y luego vendrán María Elena, Mercedes, María Margarita, María Delia, Juan Carlos, María Isabel, Emma y Pedro. A los 29 años asistió a clases de pintura con el maestro italiano Goffredo Sommavilla, pero no es hasta 1918 que da rienda a su vocación pictórica.

En 1915, desde la dirección de la Escuela de Artes y Oficios, propuso nuevos talleres en régimen mixto, orientados a capacitar no sólo en la técnica de los oficios sino a vincular la industria y el arte con una identidad americana, fomentando “la mentalidad nacional con criterio propio”. Su destacada labor como abogado, político, periodista, escritor, pedagogo y humanista hacen imposible disociar el contenido y la riqueza de sus pinturas de las demás facetas que nutrieron su acción y pensamiento.

Sus avanzadas ideas sobre la educación que debía implantarse en esta institución lo vincularon al movimiento inglés Arts and Crafts. Planteó la formación de artesanos-artistas que no fueran simples obreros sino creadores pensantes; promovió el trabajo práctico en talleres y creó algunos nuevos como el de mimbrería. Asimismo intentó imponer un tipo de diseño que rescatara las formas de la flora y la fauna nativas, estimulando su conocimiento entre los estudiantes. El apoyo que recibió para realizar todas estas profundas transformaciones no fue suficiente y renunció al cargo dos años después de haberlo ocupado. También escribió ensayos como el titulado Arte, estética e ideal (1912).

En un Uruguay que no estaba listo para su visión vanguardista, Figari se vio enfrentado a fuertes intereses políticos y económicos.

Tuvo una intensa actividad pública, en 1889 fue designado Defensor de los Pobres en lo Civil y lo Criminal, cargo que ocupará hasta 1897. En 1895 emprendió la defensa del alférez Enrique Almeida, acusado falsamente de asesinato. La causa de El crimen de la calle Chaná le insumió cuatro años de trabajo, pero develó finalmente la inocencia de Almeida. En 1896 publicó Causa célebre. El crimen de la calle Chaná, vindicación del Alférez Enrique Almeida, donde dejó al descubierto los intereses de la prensa obstinada en inculpar a Almeida. Fue electo diputado del Partido Colorado en 1897 por el departamento de Rocha y en 1900 y 1902 por Minas. En esos años presentó un proyecto de ley para la creación de una escuela de Bellas Artes, se desempeñó como Consejero de Estado, fue nombrado abogado asesor del Departamento Nacional de Ingenieros, integró del Consejo Penitenciario y presidió el Ateneo de Montevideo, desde donde impulsó proyectos culturales. Durante la Revolución de 1904 fue nombrado Presidente de la Junta Central de Auxilios creada por José Batlle y Ordoñez para proveer asistencia médica a los heridos luego de las batallas. En 1927 el Ministerio de Relaciones Exteriores lo nombró miembro de la misión especial ante el Rey Jorge V de Inglaterra con el rango de Ministro Plenipotenciario, poco después recibió la orden de Caballero del Imperio Británico en el Palacio de Buckingham.

“Todo es vida en la realidad. Todo lo que ha existido existe, y no puede dejar de existir, de una u otra manera, por cuanto no puede haber creación ni destrucción de substancia, ni tampoco creación o destrucción de energía. Estos dos elementos por lo demás, inseparables –substancia, energía, son la vida, pues; vale decir, lo que ES. Enteramente inmutables, en cuanto a su esencia, lo único que puede ocurrir, es que se transformen dentro de su propia aspiración insaciable, desbordante, perpetua.”

Pedro Figari en 1912.

Siendo director de la Escuela de Artes y Oficios, publicó su Plan General de la Enseñanza Industrial y escribió junto con su hijo el arquitecto Juan Carlos Figari Castro Educación Integral. En 1928, luego del prematuro fallecimiento de su hijo Juan Carlos, publicó el ensayo poético con acotaciones gráficas El Arquitecto, escribió una serie de cuentos y la novela utópica Historia Kiria que fue publicada en 1930 en París.

“En el Uruguay, lo que es Varela a la enseñanza primaria y Vázquez Acevedo a la secundaria y universitaria, lo es Figari a la artístico- industrial; un reformador con mucho de fundador. Al igual que ellos, está en la base misma de la institución respectiva, como autor práctico a la vez que doctrinario de una verdadera recreación de la misma. Por su ideal americanista, así como por el humanismo de sus concepciones, se incorpora, aún, al grupo escogido de los grandes educadores de América”.

Escuela de Artes y Oficios

En 1879, y sin que mediara un acto fundacional, se instaló una Escuela de Artes y Oficios sobre la base de unos talleres que disponía el ejército (llamado “Parque viejo”). Desde el punto de vista institucional, la Escuela

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