ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Simon Bolivar


Enviado por   •  15 de Agosto de 2012  •  4.290 Palabras (18 Páginas)  •  262 Visitas

Página 1 de 18

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MATURIN – ESTADO MONAGAS

:

VENEZUELA, JUNIO 2008.

INTRODUCCION

El desarrollo cultural de Venezuela fue tardío. Transcurrieron más de doscientos años después del “descubrimiento de América” para que alcanzara, el 22 de diciembre de 1721, su Universidad Real y Pontífice. Y la imprenta llegó a las costas de la isla de Trinidad en 1789, al publicarse el primer periódico, “El correo de la Trinidad Española”, cuando ya en México había imprenta desde 1535 y en Lima en 1538.

Con todas las limitaciones, la cultura venezolana echó profundas raíces en el siglo XVIII, siglo del quehacer económico y cultural, cuando ya el país define su personalidad.

La educación venezolana en los siglos XVI y XVII fue muy pobre. Esta estuvo limitada a los conventos franciscanos y dominicos, enclavados en casi toda la geografía del país. Los frailes, generosamente, enseñaban las primeras letras y rudimentos de gramática, filosofía y teología, sin cobrar estipendios. Caracas, Maracaibo, Cumaná, Coro, Mérida, Guanare y Trujillo, las principales ciudades del centro, el oriente y el occidente, recibieron la acción educadora de ordenes religiosas.

En 1628 en la ciudad de Mérida los jesuitas fundaron el primer colegio venezolano “San Francisco Javier”. Ahí comenzaron a enseñarse las primeras letras y a realizarse los estudios más amplios de gramática, que eran una base para los cursos superiores de filosofía, teología, derecho y medicina. Que los estudiantes continuaban en la Universidad de Caracas a partir de 1721, antes de eso era en la Universidad de Santo Domingo en Santa Fe de Bogota. Son pocos los nombres de los maestros que se han conservado en los viejos infolios, se sabe que en el rectorado del colegio alternaron jesuitas italianos, españoles y criollos. La mayoría de ellos se formo en los centros de enseñanzas establecidos por la Compañía de Jesús en el Virreinato de Nueva Granada, y algunos tuvieron alta figuraciones en las misiones de los llanos de Casanare y en los territorios ubicados a lo largo de los ríos Orinoco y Meta. Entre los primeros rectores del Colegio fueron los padres Juan de Arcos, Miguel Jerónimo de Tolosa, José Dadei, Julio Ledi, Juan Gregorio, Luís Vergel y Domingo de Molina. Como preceptores de gramática actuaron algunos de los rectores ya nombrados y también el padre Diego de Solano. Cuando Carlos III ordenó expulsar a la Compañía de Jesús de todos los dominios de América, ya el colegio merideño tenía una biblioteca de 450 volúmenes y un patrimonio económico representado en haciendas, hatos y tierras. Los bienes dejados por los jesuitas del colegio de Mérida sirvieron para fomentar la erección de escuelas de primeras letras en Maracaibo y para alcanzar, tiempo después, la instalación de una universidad en la propia ciudad de Mérida.

Ni lo conventos de los dominicos, franciscanos ni el colegio de la Compañía de Jesús en Mérida, llegaron a formar un clero numeroso que con tanta urgencia requería la Iglesia para su labor evangelizadora. Los obispos de Caracas, especialmente Fray Mauro de Tovar, hicieron activas diligencias para fundar un colegio seminario tridentino. Luego de muchos fracasos, pudo cristalizar la idea en 1673, cuando el obispo Antonio González de Acuña edificó el Seminario de Santa Rosa de Lima en la ciudad de Caracas. En 1696 el obispo Diego de Baños y Sotomayor redactó las primeras “constituciones” para este colegio, las cuales fueron aprobadas por el Monarca el 30 de diciembre de 1967. el Seminario contó con cátedras de gramática, filosofía, teología, música y jurisprudencia, y en 1721 el rey Felipe V lo elevó a la categoría de “Real y Pontificia Universidad”.

En cuanto a la enseñanza de las primeras letras – enseñanza primaria -, funcionaron escasas escuelas en Venezuela en los siglos XVI y XVII. En Trujillo, Fray Pedro de Ágreda, obispo de Coro, estableció estudios de primaria y secundaria en 1568, y en el año de 1600 el maestro Juan Ortiz Gobantes tenía a su cargo una escuela de primeras letras. Casi en la misma fecha, este preceptor fundó escuela y clase de gramática en la ciudad de Barquisimeto. Y en 1635, bajo protección del vicario Diego Guerrero de Torres, un maestro de origen portugués, Gaspar Margullón Dematos, instaló estudios de primaria y gramática en la ciudad de Valencia. El obispo Antonio González de Acuña patrocinó, en 1674, el establecimiento de una clase de gramática en el puerto de La Guaira; y en 1682 el licenciado Juan Díaz de Benavides erigió en Maracaibo una escuela de primeras letras y una cátedra de latinidad.

Caracas tuvo, desde los primeros tiempos, escuelas de primeras letras y clase de gramática, protegidas por el Cabildo secular. En las actas más remotas de este cuerpo capitular conservadas hasta el presente, y que comienzan en 1589, hay testimonios de cómo Luís de Cárdenas y Saavedra se ofrecía a los cabildantes “para enseñar a los niños de esta ciudad”, siempre que se le diera “algún partido… y casas en que vivir”, con la promesa de dar lecciones gratis a los huérfanos. Un estudio amplio y detallado del primer siglo del quehacer cultural de los maestros, los preceptores de gramática, los conventos y el Seminario de Santa Rosa lo presenta Caracciolo Parra León en su obra magistral “La instrucción en Caracas: 1567 – 1725”.

Entramos ahora en el siglo XVIII venezolano. Va a ser precisamente en esta centuria cuando Venezuela adquiera su forma definitiva. En eso se parece a dos países más de la vertiente atlántica: Brasil y Argentina. Venezuela cambia de ropaje cultural. Nuestra Universidad nace en 1721, del seno del Seminario Tridentino de Santa Rosa de Lima, por varias razones: lo costoso que resultaba a los estudiantes trasladarse a las universidades vecinas de Santo Domingo y Santa Fe de Bogota, la necesidad de formar abogados y médicos criollos, y el deseo de formar un clero culto, versado en teología y derecho canónico. El Estado y la Iglesia requerían una universidad para que los criollos desempeñaran con mayor eficiencia los cargos de la administración publica y las canonjías y prebendas de iglesia y catedrales.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (26.2 Kb)  
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com