ALCANZA EL MAÑANA

ALCANZA EL MAÑANA

Trata sobre una serie de cuentos cortos de ciencia ficción el primero Partida de rescate, cuenta sobre un grupo de seres de otro planeta o bien llamados extraterrestres con enormes tentáculos, que tienen como objetivo salvar a todos los miembros que puedan de una raza sentenciada en el planeta Tierra, con naves que exploraran secciones del planeta donde los fuegos se habían extinguido, es decir, no había nada que quemar, las ciudades estaban muertas y la luz del sol ya no era blanca, grandes nubes azul violáceas cubrían la mitad de su superficie, era como si un árbol de fuego hubiera echado raíces en la superficie del sol, cuyas ramas eran ríos de llamas que barrían el espacio a cientos de millas por segundo.

Habían montañas decapitadas, sus cúspides estaban completamente cortadas por alguna hazaña ingenieril.

Estos extraterrestres fueron en sus naves hasta el planeta destruido viendo que podían encontrar topándose así con un edificio de radio que estaba totalmente desierto con espejos que emitían programas diferentes. La ciudad estaba completamente vacía no pudieron explorarla porque no había el suficiente oxigeno, trataron de imaginar hacia donde había desaparecido esa raza, pensaban que quizás se habían matado entre ellos porque era imposible escapar o talvez que hayan construido grandes refugios o millones agachados a sus pies esperando el fin.

Pero por falta de oxigeno tenían que regresar, ellos querían salvar algo de lo que había quedado de la tierra pero su expedición fue un fracaso, puesto que no hubo señales de vida por ninguna parte, pero siguieron en el planeta hasta que las ondas de detonación los alcance y así verían que podrían rescatar. Decían que lo último que alguien iba a ver de la Tierra era una gran llanura bañada con la plateada luz de la luna anormalmente brillante. El mar había ganado su victoria final ya que grandes olas invadían sus costas, pero este triunfo tenía una corta vida, porque en poco tiempo ya no habría ni mar ni tierra, era como si de repente hubiera estallado el alba sobre este paisaje iluminado por la luna.

Otro de sus cuentos era “Un paseo en la oscuridad”, trataba sobre Robert Armstrong quien camino dos millas cuando su antorcha se descompuso, el no era hombre de llorar su suerte por mucho tiempo. Él caminó en línea recta a lo largo de la ruta, solo sentía la textura con sus pies, nunca había sabido lo difícil que era caminar en línea recta.

Viajaba en largos zigzags que le llevaban alternativamente a uno y otro borde de la ruta, pero finalmente dominó la técnica y se pudo dar gusto de pensar, no pretendía gozar de experiencia, pero había estado en peores condiciones, no podía ver el camino porque no podía adaptarse a la luz de las estrellas. Toda esa travesía fue a ciegas, quería llegar hasta Port Sanderson

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