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ANTICUERPOS MONO0CLONARES


Enviado por   •  25 de Octubre de 2012  •  3.378 Palabras (14 Páginas)  •  532 Visitas

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ANTICUERPOS MONOCLONALES

PRESENTADO AL Q.F

ALFREDO LAGARES

PRESENTADO POR LOS ALUMNOS

GUZMAN FABIO

MOZO KEVIN

OCHOA JORGE

OJITO OSNEIDER

BIOTECNOLOGIA

VI SEMESTRE

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

FACULTAD DE QUÍMICA Y FARMACIA

PROGRAMA FARMACIA

2012

INTRODUCCIÓN

Los anticuerpos monoclonales son capaces de reconocer moléculas específicas (antígenos). Los anticuerpos monoclonales son herramientas esenciales en el ámbito clínico y biotecnológico, y han probado ser útiles en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas, inmunológicas y neoplásicas, así como también en el estudio de las interacciones patógeno-hospedero y la marcación, detección y cuantificación de diversas moléculas.

Actualmente, la incorporación de las técnicas de biología molecular e ingeniería genética y proteica han permitido ampliar el horizonte de la generación de anticuerpos monoclonales y sus usos, y se han encontrado técnicas como la hibridación, la quimerización, la humanización y la producción de anticuerpos monoclonales totalmente humanos. Es una de las áreas de mayor crecimiento en la industria biotecnológica y farmacéutica; en el mercado se encuentran cerca de 29 anticuerpos monoclonales aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos para uso en humanos.

ANTICUERPOS

Los anticuerpos, también denominados inmunoglobulinas (Ig), son glucoproteínas especializadas que hacen parte de la inmunidad humoral; son producidas por las células del sistema inmune llamadas linfocitos B, que tienen la capacidad de reconocer otras moléculas específicas llamadas antígenos. Funcionan como la parte específica del denominado complejo receptor de células B (BCR) reconociendo al antígeno a nivel de la membrana del linfocito B, y como moléculas circulantes secretadas por las células plasmáticas procedentes de la activación, proliferación y diferenciación de linfocitos B.

La respuesta inmunológica específica se desarrolla cuando un organismo ha sido expuesto a uno o varios antígenos, originando una respuesta policlonal, es decir, la producción de anticuerpos contra un rango amplio de estructuras presentes en los antígenos. Por el contrario, la respuesta monoclonal se da por la selección de un solo clon activado de células B que produce un anticuerpo para un determinante antigénico único.

TIPOS DE ANTICUERPOS

Existen cinco clases diferentes de anticuerpos, que se diferencian entre sí por una serie de cambios estructurales que les confieren diferentes funciones en el organismo. Los cinco tipos de anticuerpos se denominan: Ig G, Ig M, Ig E, Ig A e Ig D.

ESTRUCTURA DE LOS ANTICUERPOS

Los anticuerpos son proteínas que envuelven una estructura bioquímica compleja demarcada por la unión de cuatro cadenas proteicas: dos pesadas (CH), y dos ligeras (CL), unidas mediante puentes disulfuro.

Las cadenas ligeras consisten en una región variable (VL) y una constante (CL) mientras que las pesadas presentan una región variable (VH) y tres constantes (CH1, CH2, CH3). Funcionalmente podemos distinguir dos porciones en los anticuerpos: una de ellas implicada en el reconocimiento y unión al antígeno denominada región Fab (antigen binding Fragment) y otra implicada en las funciones de los anticuerpos y en su vida media en sangre, llamada región Fc (crystallizable Fragment).

Las regiones concretas donde se produce el reconocimiento por parte de un anticuerpo hacia un epítopo concreto, se llaman regiones CDR (Complementary Determining Regions). Hay tres regiones CDR (regiones determinantes de complementariedad o hipervariables) denominadas CDR1, CDR2 y CDR3 y se localizan todas ellas en las regiones o dominios variables de cada cadena (ligera y pesada) del anticuerpo. Las regiones CDR confieren a las inmunoglobulinas una enorme especificidad y diversidad.

ANTICUERPOS MONOCLONALES

Los anticuerpos monoclonales son glucoproteínas especializadas que hacen parte del sistema inmune, producidos por un clon de linfocitos B, con la capacidad de reconocer específicamente una parte del antígeno, es decir, un epítopo concreto.

El efecto terapéutico de los anticuerpos monoclonales se debe, por un lado, a sus propiedades naturales como elementos efectores de la respuesta inmune, que incluyen la activación de células y por otro lado, pueden tener efectos derivados de la naturaleza de la diana. En este segundo caso, pueden desarrollar su actividad terapéutica bloqueando la actividad de moléculas. El bloqueo de la actividad de citoquinas o factores de crecimiento es llevado a cabo mediante la unión específica de los anticuerpos a dichos factores o a sus receptores en la superficie de las células. Además, los anticuerpos pueden emplearse como transportadores de fármacos, toxinas, enzimas o bien átomos radiactivos con el fin de dirigir estas moléculas terapéuticas exclusivamente al tipo celular deseado disminuyendo así el riesgo de toxicidad sistémica.

Los anticuerpos monoclonales se utilizan de manera extensiva en la investigación biomédica, en el diagnóstico de diferentes patologías y en el tratamiento de enfermedades. Desde que en el año 1975 se desarrollara la tecnología del hibridoma, por la cual fue posible producir poblaciones homogéneas de anticuerpos monoclonales frente a un antígeno único, la investigación y desarrollo en el campo de los anticuerpos terapéuticos ha experimentado un gran avance. El desarrollo de nuevas tecnologías de producción de anticuerpos monoclonales a gran escala y la generación de grandes colecciones de anticuerpos han consolidado

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