Agricultura Tradicional

UNIVERSIDAD INTERCULTURAL DEL ESTADO DE GUERRERO

ÁREA DE CIENCIAS Y MEDIO AMBIENTE

“Creciendo en la sabiduría y por la voz de nuestros pueblos”

Licenciatura: Desarrollo Sustentable

Materia: Sistemas de Producción Agrícola

Ensayo: Agricultura Tradicional

Maestra: Lucelia Mora Ojendiz

Universitario: Felix Romero Leal

Grado: Cuarto Semestre

Grupo: Tzotzil

La Ciénega Municipio de Malinaltepec, Guerrero. A 25 de Abril del 2013.

INTRODUCCIÓN

La agricultura se define como el conjunto de técnicas y conocimientos para trabajar la tierra, es decir una parte del sector primario. También es conceptualizada como el cultivo de las plantas para el uso humano. Asimismo la ciencia que estudia los procesos de la agricultura es la agronomía.

Hoy en día se sabe que la agricultura fue inventada hace aproximadamente 10 000 años durante lo que hoy se conoce como “revolución o periodo neolítico”, cuando la economía de las sociedades humanas paso de la recolección, caza y pesca; a la agricultura y ganadería. Las primeras plantas cultivadas fueron el trigo y la cebada. Sus orígenes se pierden en la prehistoria y su desarrollo se gestó en varias culturas que la practicaron de forma independiente.

De acuerdo con Palerm (1972), el pilar de la evolución humana fue el descubrimiento de la agricultura, el primer proceso civilizatorio de nuestro género. Gracias a éste tuvo su origen la ciudad y el florecimiento de lo que llamamos civilización.

Lo anterior provocó una transformación económica profunda, la sociedad se volvió más compleja, muchas veces a través de la imposición de tributos, la producción de excedentes agropecuarios y forestales se destinó al mantenimiento de artesanos, sacerdotes, comerciantes, funcionarios y guerreros, entre otros (Wolf, 1982).

Desde aquel momento el hombre ha tratado de modificar los procesos naturales a fin de obtener los alimentos y fibras que necesita para satisfacer algunas de sus necesidades básicas; a lo largo de todo este periodo ha ido cambiando progresivamente el modo de vincularse con la naturaleza y ha incorporado un gran número de innovaciones tecnológicas y productivas.

No obstante, a pesar de que este proceso ha sido progresivo y sostenido, la tasa de los cambios a través de los cuales se produjo la transformación e intensificación de la agricultura, no ha sido constante a lo largo de la historia. Los cambios se aceleraron después de la revolución industrial del siglo XVIII, pero fundamentalmente a partir de la “revolución verde” surgida a mediados del siglo XX.

AGRICULTURA TRADICIONAL

Hernández (1980), definió a la agricultura tradicional como aquella que se distingue por una prolongada experiencia empírica, la comprensión detallada y fina del ambiente, la transmisión del conocimiento y habilidades a través de educación no formal, un acervo cultural heredado ancestralmente, la presencia de un conjunto diverso de plantas en espacios definidos como agroecosistemas; en otras palabras, ecosistemas modificados por el ser humano para establecer diferentes cultivos y obtener alimentos.

Después de esto nació la conciencia racional, que poseen actualmente muchas personas y que encarna al método de experimentación científica. Lo antes dicho se refiere a tendencias generales en la humanidad, porque a lo largo de la historia han existido y existen personas con restos de esa capacidad intuitiva o conciencia más avanzada que sus vecinos, sus indicaciones han sido convertidas por los demás agricultores en recetas, o lo que son tradiciones. Incluso podría decirse que la agricultura convencional es tradicional en el sentido de que quien la práctica sigue las recetas de los sabios agricultores.

De la misma forma tiene mucho de ecológico, pero no es agricultura ecológica porque le falta la conciencia actual científica de la ecología. Las peculiares percepciones intuitivas de los pueblos antiguos se fueron perdiendo y los conocimientos sobre el funcionamiento de la naturaleza, obtenidos gracias a ellos tuvieron que mantenerse fijados mediante las tradiciones (Lesur, 2006).

La agricultura tradicional también se caracteriza por el uso de abundante mano de obra y poca maquinaria. En ella se utilizan herramientas muy rudimentarias (como la azada, el arado tirado por animales, etc.) para desarrollar las diferentes actividades agrícolas: arar la tierra, sembrar o cosechar.

Uno de sus objetivos primordiales es lograr estabilidad en la producción y la satisfacción de las necesidades alimenticias de la familia o la comunidad, no la acumulación de capital (Wolf, 1982); aunque puede adaptarse a modos de producción intensivos, así como adoptar y adaptar innovaciones modernas de acuerdo con sus necesidades. La agricultura tradicional además de impulsar la civilización, fue la base para el desarrollo inicial de muchas ciencias, entre ellas la aritmética, la ecología, la agronomía y la genética vegetal, ninguno de los avances en el mejoramiento genético actual se habría logrado sin el trabajo paciente, esmerado y amoroso de estos grupos humanos.

En este sistema las actividades productivas son realizadas por la familia; en las áreas tropicales predomina sobre todo el uso de la roza-tumba-quema. La costumbre hasta ahora preservada por muchas comunidades campesinas e indígenas, es manejar una alta heterogeneidad de especies, genes y comunidades, ello complementa los niveles de conservación de la diversidad biológica que dan estabilidad a una región (Nadal, 2008).

Si bien es cierto que la agricultura tradicional se diferencia ampliamente según el ámbito ecológico y la sociedad donde se desarrolla, también es cierto que independientemente de su paisaje y de sus condicionamientos podemos definir líneas comunes que la precisan. Una de sus inexcusables características es el atraso técnico y tecnológico, que implica una economía de subsistencia, la cual dedica al gasto familiar gran parte de lo cultivado.

Pero la tecnificación del campo permitió pasar en muy poco tiempo de una agricultura elemental y rudimentaria que se asemejaba bastante a la de sus orígenes neolíticos, a otra extremadamente sofisticada que se parece cada vez más a los procedimientos que predominan en la industria (Palerm, 1972).

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