Agua en el Ecuador

Agua en el Ecuador.

Aunque parezca increíble, que con tantos avances tecnológicos, la modernidad en nuestras manos; tantos millones de años de evolución y todavía existan personas sin acceso a agua. Como si la sociedad los hubiera dejado décadas atrás. Como si aquellas comunidades sin riego de agua potable no pertenecieran a la tan nombrada era del siglo XXI.

Siendo un elemento esencial en la vida y en el desarrollo de ella, es inhumano imaginar las condiciones insalubres que esto genera, o todo lo que estos individuos tienen que hacer para conseguirla y satisfacer en algo sus necesidades básicas. Nos encontramos en un caos institucional, donde las responsabilidades se pasan una respecto a otra a diferentes ministerios, no existe una política de asignación, información y monitoreo de recursos al sector y cuando sí, la calidad del servicio es intermitente en la mitad de los centros urbanos. La presión con la que corre el agua está muy por debajo de la norma; especialmente en barrios marginales. En los sectores rurales existe un 42% de deterioro en el sistema, 20% colapsado y el resto son considerados insostenibles o inexistentes.

Es merecedor reconocer que en los últimos 15 años el avance ha sido de 70 millones de nuevos usuarios en América Latina quienes ahora disfrutan de una infraestructura adecuada, canales de riego limpios y por ende disminución de pestes, epidemias y contaminación. Lástima que no es suficiente, nos hace falta conciencia; los polos se derriten, los ríos se infectan, las sequias e inundaciones cada vez son más severas, sin olvidar lo alarmante que es el cuidado y saneamiento del agua que aunque sean parte de los objetivos del milenio aún no se los controle. Un billón de personas carecen de acceso al agua potable segura, tres billones de personas no tienen saneamiento seguro, y el Instituto Internacional de Recursos Hídricos (IWMI) pronostica que para alimentar al planeta dentro de 20-30 años el sector agrícola requerirá por lo menos un 17% más de agua de lo que dispone actualmente y esa cantidad es insostenible. Hay tantos temas en los cuales debemos trabajar, pero es necesario tener prioridades.

Es verdad aquello de que ahora nuestro país cuenta con empresas hidroeléctricas estupendas, y que ello ha provocado un avance y ahorro al país. El agua tiene tantos usos es gratificante que los sepan emplearlos de la mejor manera; pero no nos olvidemos de lo fundamental. La vida sin agua no es vida, es imperativo tener responsabilidad con este recurso tan importante.

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