Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara de Transporte

Por Francisco Machalskys

Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara de Transporte

La vida de las ciudades depende en altísimo grado de los productos del campo. Sin rubros agrícolas, no hay industria que genere bienes elaborados ni establecimientos que oferten. Y es la infraestructura vial el nexo que hace realidad el milagro de ese intercambio. Pero sin un sistema de vialidad integral, eficiente y seguro, ese intercambio se convierte en un mar de dificultades que, además de atentar contra la integridad de quienes lo hacen posible, introduce en el costo final del producto un factor especulativo francamente evitable.

Sobre el particular estado de colapso en que se encuentra el sistema vial en Venezuela, lo cual destaca como elemento discordante en el sano desarrollo de la distribución minorista local, giró la conversación que Punto de Venta sostuvo con Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara de Transporte, quien ha padecido en carne propia los avatares de trasladar mercancía por carreteras en abandono y cada vez más controladas por la delincuencia organizada.

El problema del deterioro de la vialidad se ha convertido en un tema político; la oposición culpa al actual gobierno de no atender el estado de puentes y carreteras, y la gestión en mando le echa la culpa a gobiernos anteriores...

Este no es un problema actual. Por el contrario, se viene arrastrando desde hace décadas por el factor del no mantenimiento. Este Gobierno no lo ha hecho, ciertamente, pero los anteriores tampoco lo hicieron, y yo calculo que ese deterioro se ha intensificado en los últimos 10 años.

La tendencia en nuestro país ha sido la de inaugurar compulsivamente obras que nos cuestan todos los dólares del mundo, pero luego no las mantenemos. Esto nos llevó a ser una nación que se jactaba de tener la mejor vialidad de toda Latinoamérica –contábamos con 37 mil kilómetros de carreteras asfaltadas- y con las obras de mayor trascendencia en materia de ingeniería, como el caso del hoy desaparecido viaducto.

Lamentablemente, al sistemático proceso de deterioro se sumó la falta del control de peso por eje…, y así fue colapsando nuestro sistema vial. Este pesaje se viene implementando desde hace 10 años o, mejor dicho, se había dispuesto que estuviera implementado en ese lapso de tiempo, pero igual, las largas hicieron que el plazo de 6 meses para instalar las balanzas en los peajes se extendiera indefinidamente...

¿Les convienen a los transportistas y al propio Gobierno ejecutar estos controles?

Es muy conveniente para ambos porque, por un lado, los vehículos no sufren tanto al evitar la sobrecarga y, por el otro, las carreteras duran más. Bueno, a los transportistas que cobran por tonelaje pareciera que no les convienen, pero

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