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Consecuencias generadas a corto y largo plazo x la contaminación de pilas y baterias


Enviado por   •  7 de Mayo de 2013  •  Trabajos  •  1.919 Palabras (8 Páginas)  •  729 Visitas

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Consecuencias generadas a corto y largo plazo x la contaminación de pilas y baterias

Las pilas y baterías, forman parte del equipo que todo viajero transporta cómodamente durante sus travesías y derroteros hacia la aventura. También nos son útiles en el hogar o la oficina.

Las hay de distintos tipos, tamaños, voltajes, capacidad y marcas. Desde las comunes hasta las especiales, todas ellas nos facilitan la vida, alimentando linternas, radios, gps, cámaras fotográficas, ecosondas, handys, etc.


En nuestro país se comercializa productos elaborados mayoritariamente con carbón, zinc, oxido de magnesio, óxido de mercurio, níquel, cadmio, hierro, litio, oxido de plata, etc. De las diversas combinaciones de estos elementos, surgen los distintos tipos de fuentes.

Pero como todo lo bueno, pronto se termina, también a las pilas y baterías les sucede lo mismo. Incluso a las recargables cuando se les cumple el ciclo útil de descarga y recarga.

Estos prodigios de la tecnología moderna, son fuentes de poder que basan su funcionamiento en reacciones químicas más o menos complejas y que dan lugar a la degradación de sus compuestos internos, liberando electrones que luego viajaran por los conductores y circuitos, produciendo fenómenos electromagnéticos aprovechables.
En realidad los electrones viajan de uno de los extremos o polos de la pila hacia el otro opuesto y a su paso a través de los circuitos, producen estos fenómenos.

Si tenemos en cuenta que para fabricar una pila, se consume 50 veces más energía que la que ella misma proporciona, este recurso energético ocasiona a posteriori más inconvenientes que beneficios.

Luego de su efímera vida útil, las pilas se transforman en un desecho difícil de disponer ya que se transforma en una fuente altamente contaminante para el medio ambiente.
Como ejemplo, una pequeña pila de reloj arrojada al agua y cuyo compuesto base sea el óxido de mercurio, llega a contaminar 8 millones de metros cúbicos de agua o el equivalente a 400 camiones cisternas. En el caso que la pila sea arrojada a un lago o estanque, los compuestos pesados pronto serán absorbidos por el lecho o subsuelo, permaneciendo allí por mucho años y si le medio es un río o el mar, las aguas arrastraran los compuestos, contaminando todo el recurso natural de una amplia zona.

Previendo que somos cuidadosos con nuestro medio ambiente, seguramente guardaremos la pila en un bolsillo y al llegar a casa la arrojaremos al tacho de basura, pensando que de allí, ira a parar a un lugar seguro. Esto está muy lejos de la realidad ya que desgraciadamente en la República Argentina, no hay una política de tratamiento para este tipo de desperdicios y tampoco hay una entidad que exija a las compañías recolectoras de residuos el clasificado y posterior tratamiento de estos materiales altamente peligrosos para la salud humana, a pesar que existe la ley 24051 que contempla a este tipo de residuos como material eco tóxico.

Tampoco sería una buena solución incinerar las pilas en desuso ya que al quemarlas, a parte del grave peligro de explosión que acarrea, también la volatilización y liberación de metales pesados a la atmósfera, puede producir graves lesiones a la salud de las personas.

En varias provincias nuestro país, se realizaron experiencias para el almacenamiento de estos desechos como enterrarlas o vitrificarlas, pero aún no se sabe a ciencia cierta sus resultados.

En algunos países, se esta tomando debida conciencia del peligro que encierra este tipo de desecho y se prohíbe la fabricación de pilas que contengan metales pesados u óxidos, y también se exige un tratamiento especial con clasificación y posterior almacenamiento en lugares apropiados y bajo estricta supervisión o el reciclado como en Japón.

En cambio en Suiza, la legislación contempla que las pilas descargadas, sean devueltas

al comercio en donde fueron adquiridas para su tratamiento. 
 
Se calcula que se desechan unas 4.100 toneladas de pilas y baterías al año solamente en nuestro país, lo que nos da un consumo de aproximado de algo más de 150 gr. de pilas anuales per capita. Y todo eso sin ningún tipo de control por parte del estado que debería promover el control de estos desechos.

A su vez los fabricantes de estos elementos, deberían cooperar para reducir la peligrosidad de los productos que utilizan en la fabricación de sus productos.

Mientras tanto, nosotros podemos colaborar con nuestro medio ambiente hasta tanto se elaboren pautas de control y salvaguarda de nuestra saludad a nivel nacional.

1. Propongamos el uso de aparatos eléctricos que se conecten directamente a la red domiciliaria de energía.

2. Utilizar pilas recargables, si bien son contaminantes éstas al durar más que las comunes, disminuyen la cantidad de pilas en desuso que se desechan.

3. Utilizar con mayor preferencia las pilas del tipo alcalina, ya que estas no contienen metales pesados en su constitución.

4. Utilicemos en lo posible, calculadoras, relojes de pulsera, juguetes y radios, energizados a energía solar.

5. No deje nunca al alcance de los niños, pilas o baterías. Son muy tóxicas.

1.

Y una recomendación del NGPS. Si tiene lugar en su casa, junte las pilas descartadas y colóquelas en un recipiente hermético como bidones de plástico con tapa a rosca y almacénelo en un lugar fresco y seco. Seguramente en un futuro no muy lejano, se podrán disponer de esos desechos sin peligro para nuestra salud.

Como se produce la contaminación

Las pilas son arrojadas con el resto de la basura domiciliaria, siendo vertidas en basureros, ya sean a cielo abierto o a rellenos sanitarios y en otros casos a terrenos baldíos, acequias, caminos vecinales, causes de agua, etc. Para imaginar la magnitud de la contaminación de estas pilas, vasta con saber que son las causantes del 93% del Mercurio en la basura domestica, así como del 47% del Zinc, del 48% del Cadmio, del 22% del Níquel, etc.

Estas pilas sufren la corrosión de sus carcazas afectadas internamente por sus componentes y externamente por la acción climática y por el proceso de fermentación de la basura, especialmente la materia orgánica, que al elevar su temperatura hasta los 70º C, actúa como un reactor de la contaminación.

Cuando se produce el derrame de los electrolitos internos de las pilas, arrastra los metales pesados. Estos metales fluyen por el suelo contaminando toda forma de vida (asimilación vegetal y animal).

El mecanismo de movilidad a través del suelo, se ve favorecido al estar los metales en su forma oxidada, estos los hace mucho más rápido en terrenos salinos o con PH muy ácido.

En este trabajo se trata de determinar los obstáculos para desarrollar programas de recolección o reciclado de pilas y baterías, y se proponen elementos y mecanismos necesarios para llevar a la práctica un plan de manejo en este sentido.

Actualmente no se conoce ningún estudio que evalúe el impacto al ambiente ocasionado por la utilización y manejo inadecuado de pilas y baterías en México; se sabe que varios componentes usados en su fabricación son tóxicos y por tanto la contaminación ambiental y los riesgos de afectar la salud y los ecosistemas dependen de la forma, lugar y volumen en que se ha dispuesto o tratado este tipo de residuos. Dado lo anterior, en este trabajo se calcula que en los últimos 43 años, en el territorio nacional se han liberado al ambiente aproximadamente 635 mil toneladas de pilas, cuyos contenidos incluyen elementos inocuos al ambiente y a la salud (en cantidades proporcionalmente adecuadas), como carbón (C) o zinc (Zn), pero también elementos que pueden representar un riesgo debido a los grandes volúmenes emitidos, como es el caso de 145,918 toneladas de dióxido de manganeso (MnO2) y otros elementos tóxicos como 1,232 toneladas de mercurio (Hg); 22,063 toneladas de níquel (Ni); 20,169 toneladas de cadmio (Cd) y 77 toneladas de compuestos de litio (Li). Dichas sustancias tóxicas representan casi el 30% del volumen total de residuos antes mencionado, es decir, aproximadamente 189,382 toneladas de materiales tóxicos para el periodo comprendido entre 1960 y 2003.

Las cifras anteriores se calcularon a partir de datos oficiales sobre población, producción, importación y exportación; dichas cifras se construyeron también a partir de inferencias hechas a causa de la inexistencia de datos, como en el caso de las pilas ingresadas ilegalmente al país, para lo cual se tuvo que comparar información de consumo por habitante en otros países.

Cabe mencionar que los datos sobre las toneladas emitidas de dichos contaminantes están subestimadas, pues no se contó con información sobre las baterías que ya vienen incluidas en los aparatos cuando se compran, ya sean primarias, como es el caso de linternas, radios o cepillos dentales, o secundarias de Ni-Cd, Ni-MH (metal hidruro) o Ion-Li como las aspiradoras, cámarasm entre otros; tampoco se tomaron en cuenta los millones de pilas de botón usadas en relojes de pulso desde principios de la década de 1980 que incluyen las de óxido de mercurio y litio.

Es importante señalar que este trabajo encuentra su justificación en varias razones, como la toxicidad de los materiales con que están hechas las pilas; su inadecuado manejo y la percepción de la ciudadanía con respecto a que las pilas gastadas que se desechan son nocivas para el ambiente y la salud, lo cual ha originado reacciones inmediatas que se expresan generalmente en el intento por manejar los riesgos inherentes a través de la organización de programas de recolección.

.Los principales problemas para el medio ambiente derivados del consumo de pilas pueden resumirse en:

- Deterioro producido por la toxicidad de sus componentes.
- Agotamiento progresivo de las materias primas utilizadas en su fabricación.
- Peligro potencial de los componentes de las pilas. 

La alternativa más lógica son las pilas recargables, que también son contaminantes, pero pueden ser utilizadas hasta 500 veces, lo que las convierte en las más convenientes. Las pilas secas se zinc-carbon también son una alternativa adecuada. La elección más ecológica sería no adquirir aparatos que funcionen con pilas: de hecho, este tipo de aparatos, son mucho más derrochadores que los de enchufe.

Todas las pilas contienen cierta cantidad de metales pesados como cadmio, mercurio, plomo... sustancias nocivas que representan un peligro potencial para la salud y el medio ambiente. los efectos de estos metales son:



Cadmio: los efectos tóxicos de este metal a bajas concentraciones se comprobaron hace quince años. El organismo humano puede asimilar el 6% de la dosis que absorbe, el resto puede acumularse en los riñones a lo largo de toda la vida, lo que puede producirles lesiones graves e irreversibles. También produce hipertensión arterial, con riesgo de infarto de miocardio y arterioesclerosis.



Mercurio: es el metal pesado contaminante más extendido en todo el planeta. Transformado por ciertas bacterias y en condiciones favorables, se convierte en un elemento muy tóxico. En caso de intoxicación producida por mercurio, los síntomas son: fatiga, anorexia o adelgazamiento, dolores gastrointestinales y, también, trastornos visuales y temblores. A la larga, el enfermo presenta trastornos psíquicos: estado de excitación, pérdida de memoria, insomnio persistente y depresión, e incluso, desordenes mentales, coma y después la muerte.



Plomo: las pilas contienen una pequeña proporción de plomo. La intoxicación recibida por el plomo se denomina saturnismo, que provoca: fatiga, dolores de cabeza, musculares y de estómago, anorexia, estreñimiento y, en su fase más crítica, "cólico del plomo", es decir, calambres abdominales intensos, acompañados de nauseas, vómitos y presión arterial elevada.
En contacto con el agua el mercurio de las pilas forma una sustancia llamada metil-mercurio, un compuesto muy tóxico que se encuentra y concentra en las cadenas alimenticias y provoca en el hombre, como hemos visto; graves desórdenes del sistema nervioso.
Las pilas alcalinas aunque indiquen un 0% de mercurio, contienen un 0,5% de esta sustancia, además de otros productos menos contaminantes. Las pilas botón contienen hasta un 30% de mercurio. En España se venden unos 10 millones de pilas botón al año .

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