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Contexto Histórico y social de la época


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  Tesis  •  3.187 Palabras (13 Páginas)  •  395 Visitas

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Trabajo de Exposición de Fallo

Ercolano c/ Lanteri de Renshaw

Cátedra de Derecho Administrativo I

Profesor: Plazas, Alejandro.

Integrantes:

Bigus, Jorge

Dios, Juan Ignacio

Gutierrez O’Farrell, Felipe

Iriarte, Tomas

Persichini, Sabrina

Fecha de exposición: 30/05/2012

ÍNDICE DE TEMAS:

Contexto Histórico y social de la época………………………………………...Pág.3

Hechos del Fallo…………………………………………………………………….Pág.8

Cuestiones de Derecho debatidas y Disidencia…………………………….....Pág.12

Relación con un tema del Programa…………………………………………….Pág.16

Conclusión…………………………………………………………………………..Pág.19

Bibliografía………………………………………………………………………….Pág.21

Anexo………………………………………………………………………………..Pág.22

1) CONTEXTO HISTORICO

1860 - Ingresan al país casi cinco millones de inmigrantes

1871 - Argentina sufre la epidemia de fiebre amarilla.

1907 - Huelga de inquilinos.

1912 - Ley Sáenz Peña – Voto secreto.

1916 - Primer gobierno electo: Hipólito Yrigoyen.

1919 - Semana Trágica

1921 - Patagonia Rebelde.

1922 - Caso Ercolano.

INFLUENCIA DE LA INMIGRACIÓN

La Argentina fue siempre un país de inmigración debido a sus espacios vacíos y su pobreza, según los censos del Siglo XVIII, el Río de la Plata era la provincia hispánica con mayor presencia de extranjeros, la inmensa mayoría del flujo migratorio venía de España. Esta inmigración casi desaparece a principios del Siglo XIX, no sólo en la Argentina, por las razones obvias del estado de guerra en que se encontraba, sino también Europa en general; y España y América en particular, pero no tardó en recomenzar en forma ilegal.

La situación europea se complicó entre 1850 y 1910 pues por el aumento demográfico y la mecanización de la industria y el agro (Segunda Revolución Industrial), una gran cantidad de europeos quedaron desempleados: se calcula que más de cincuenta millones de personas emigraron hacia América en ese período.

Domingo Faustino Sarmiento sostenía que era necesario cambiar la población autóctona por europeos (preferentemente anglosajones), y Juan Bautista Alberdi enunciaba aquella famosa frase que decía: “Gobernar es poblar”.

La Constitución Nacional de 1853, ya en el Preámbulo, advierte que está escrita “para todos los hombres que quieran habitar el suelo argentino”;

en el art. 20 se declara que “los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles de los ciudadanos”, y en el art. 25 que “El Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes”.

En cincuenta años, tres millones de extranjeros se instalaron en el país, dictándose leyes para su instalación y seguridad.

A partir de 1860 entraron al país casi cinco millones de inmigrantes de origen europeo, en especial italianos y españoles.

En 1864 se creó la “Comisión Promotora de la Inmigración”, con sede en Rosario; y

en 1869 la “Comisión Nacional de Inmigración”.

La primera ley de inmigración fue la Nº 761 de 1875, que autorizaba al gobierno a conceder tierras a los colonos y adelantarles el costo de pasajes.

La ley Nº°817 de 1876 resumió todo lo actuado, concediendo a los inmigrantes:

1º: “ser alojados y mantenidos por la Nación durante cinco días o más si cayeren enfermos o tuvieren que ser trasladados a colonias, por contrato de la Nación, debiendo en caso contrario pagar una módica suma de dinero por cada día que pase del quinto.

2º: ”ser colocados en el trabajo o industria existente en el país a que prefieran dedicarse”

3º: “ser trasladados a costa de la Nación hasta el punto donde quieran radicarse...” a los trabajadores rurales se les donaban cien hectáreas, animales de labor y de cría, semillas y herramientas de labranza, por una suma de mil pesos a pagar en cinco anualidades.

Según los censos, entre 1880 y 1890 entraron 841.122 personas, de las que volvieron a emigrar 203.455; entre 1890 y 1900, entraron 648.326, de los que 328.444 retornaron.

Esto se debió a que, pese a la ley, no encontraron en el gobierno el apoyo que esperaban.

ARGENTINA SUFRE LA EPIDEMIA FIEBRE AMARILLA 1871:

Los dueños de las casas de los barrios selectos de la ciudad, como lo eran San Telmo y Barracas se trasladan por la epidemia a la Zona Norte dejando sus viviendas que luego serian las casas de alquiler para inmigrantes o “Conventillos”,

El problema más importante es que el inmigrante difícilmente podía llegar a ser dueño de la tierra, que estaba en manos de sociedades o grandes propietarios, a pesar de que se dictaron leyes destinadas al reparto de tierras fiscales, como las de 1878 y 1885.

El Presidente Nicolás Avellaneda, por ejemplo, entregó casi once millones y medio de hectáreas, casi todas en el sur, que quedaron en manos de apenas 198 propietarios; Juárez Celman, en 1888, adjudicó 890.000 hectáreas entre 10 personas (correspondientes a Chaco, Formosa, Neuquén y Chubut, según la Memoria del Ministerio del Interior).

Esta imposibilidad de acceder a la tierra nos explica dos cosas: el voluntarismo legal, no sirve; porque entre 1870 y 1913 la población rural crece tres veces y la población urbana, ocho.

Por otra parte, la llegada de la inmigración masiva, a partir de 1876, conmovió a la sociedad argentina y el criollo habitante del suelo patrio se sintió extranjero en su propia tierra (esto es solo un millón de italianos, hablando otro

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