DEFORESTACION

El hombre aprovecha los recursos forestales para obtener maderas, para usar leña, despejar el terreno para cultivarlo o para construir caminos. Si esta explotación excede el limite de crecimiento natural del propio bosque poniendo en peligro la vida de las especies animales y vegetales, se habla de una explotación irracional, la que suele practicarse en los países pobres, comenzando con la quema de grandes superficies, que se destinan a la cría de ganado o a la agricultura. Al desprenderse grandes cantidades de dióxido de carbono, incrementa el efecto invernadero y constituye el calentamiento global de la tierra. Como la calidad de los suelos es pobre, en un corto tiempo la superficie debe ser abandonada porque no rinde, se desplazan hacia otras regiones el bosque donde se repite el procedimiento destructivo.

Las grandes empresas madereras se dedican al desmonte de los bosques tropicales para vender la madera. La tala de árboles para aprovechar su madera, destruye unos 45.000 Km. de bosques por año. La selva amazónica en Brasil es la más afectada, se han perdido unos 400.000 Km. de selva. Por cada hectárea de bosque talado se pierden miles de individuos de diferentes especies, muchos aún no conocidos por el hombre. Los suelos quedan desprotegidos y se desgastan con facilidad, ya que las lluvias abundantes arrastran la capa superficial que contiene los nutrientes.

Junto con la vegetación desaparecen cientos de especies animales que viven allí, debido a: la deforestación; la contaminación de las aguas por derrames de petróleo o el vertido de sustancias químicas industriales; la contaminación del suelo, por la utilización de fertilizante y pesticidas; la caza furtiva de animales; la urbanización que impide la migración de muchos animales; el tráfico ilegal de especies para su colección; la lluvia ácida; la pesca descontrolada.

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