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EL JUEGO COMO UNA HERRAMIENTA PARA LA EDUCACIÓN EN VALORES


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  Exámen  •  2.028 Palabras (9 Páginas)  •  383 Visitas

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EL JUEGO COMO UNA HERRAMIENTA PARA LA EDUCACIÓN EN VALORES

Cuando Sigmund Freud afirmó que una vida feliz y equilibrada depende por completo de “la pulsión del trabajo y el poder del amor”, no tuvo en cuenta la importancia del juego. Cuando jugamos, nos olvidamos de nosotros mismo. Nos sumergimos en el acto de jugar. Y nos convertimos en seres libres.

El juego alegra el ánimo, crea un estado mental que nos capacita para empezar a entender los problemas. La falta de juego deprime, entristece, tanto a los individuos como a una sociedad en general.

Defino juego como “actividad destinada a pasarlo bien”. El juego conlleva una tensión interna que se debe resolver. Contiene cierta dosis de suspense.

Mihaly Csikszentmihalyi psicólogo de la Universidad de Chicago define el juego como “basado en el concepto de la posibilidad”. Cuando jugamos, no experimentamos límites. De hecho, cuando estamos jugando, en general no somos conscientes de nuestro propio ser. La autoobervación desaparece. Olvidamos todas las lecciones anteriores de la vida, nuestra capacidad potencial de ridículo, nos olvidamos de nosotros mismos. Nos implicamos totalmente en el juego. Y nos volvemos libres.

Descubrí que los juegos individuales suponen una puerta abierta para conocer la forma de ser de una persona. Lo vemos luego de que un niño vivencia un hecho traumático por ejemplo.

Sabemos que estamos jugando, porque de repente nos olvidamos de todos lo problemas y preocupaciones. Lo sabemos porque después nos sentimos purificados y renovados, a pesar de nuestros cuerpos cansados o músculos doloridos, a pesar del sueño. El interludio ha sido positivo. Ocurre al margen de nuestro deseo de supervivencia o éxito personal. El juego es desinteresado.

Un juego determinado es una forma especial de jugar, en la cual existen una serie de reglas fijas. Pero no todos lo juegos en los que existen reglas fijas son para divertirse. Algunos resultan demasiado peligrosos o competitivos como para ser considerados un juego.

Jugar con la vida de los demás es propio de personas con conductas disfuncionales.

Para que una actividad constituya un juego, debe ser alegre. Cuando las personas juegan, se produce una sensación de placer alegre, espiritual, incluso brillante. Jugar es contagioso, anima a unirse a la fiesta.

El juego nos permite una descarga emocional sin grandes riesgos. Nuestros problemas, preocupaciones, tristezas y secretos salen a la luz. Las tensiones se incorporan al juego pero a diferencia de las descargas directas que se producen en el acto sexual o en la lucha, la liberación del juego es más prolongada, más sutil; ya no se trata de conseguir un objetivo inmediato. Reírse, jugar a la pelota, volver a plantar flores secas, caminar, pesar, bromear, fingir otro rol: estas diversiones generan una serie de liberaciones lentas y profundas que nos relajan y nos dejan satisfecho, listos para afrontar un nuevo día.

El juego es necesario para una infancia normal. El juego es biológicamente importante para los animales adultos así como para los cachorros. El juego es esencial para la madurez. Nos proporciona placer, un sentido de logro, de pertenencia. Es una oportunidad para aprender, reduce nuestras tensiones. El juego es importante para nuestras relaciones. Nos proporciona flexibilidad. Como afirmó Roberto Fagen: “En un mundo que presenta continuamente retos únicos y una gran ambigüedad, el juego nos prepara para un planeta en constantes cambios”. Las personas deben parar a examinar su vida y deben hacerlo a intervalos frecuentes. Como adultos, la mayoría de nosotros ya no juega. Creemos que estamos demasiado ocupados, o no queremos comportarnos de forma que consideremos frívola. A la mayoría de nosotros ni siquiera se le pasa por la cabeza jugar. Sin embargo, pocas personas mueren con la sensación de no haber trabajado lo suficiente. Cuando es demasiado tarde, a veces nos arrepentimos de no haber jugado más. Si ya estamos acostumbrados a jugar, debemos seguir jugando y encontrando tiempo libre. Si nunca jugamos, debemos empezar a hacerlo. En el mundo actual, el juego es una llave perdida. Abre la puerta a nuestra alma.

Aunque seguimos unidos a nuestros parientes los animales, los humanos somos capaces casi desde que nacemos de jugar a juegos exclusivamente humanos. Por ejemplo el juego simbólico y el juego lingüístico.

Cuando fantaseamos en el juego, solemos expresar nuestros deseos y nuestras defensas. El “desplazamiento” (trasladar el deseo o su objeto, uno o dos pasos más adelante) es la defensa más importante usada en la pretensión

La forma de entrar en un juego es muy importante para el éxito. Los animales se adaptan muy bien a esta primera fase del juego. Adaptan una expresión lúdica y se inclinan antes de empezar. Los humanos tenemos que decir cosas como “Vamos a jugar” o “¿a qué vamos a jugar?”. Por supuesto, uno puede unirse a competiciones ya iniciadas con otros participantes. Pero empezar un partido exige cierta planificación.

Huinzinga “El juego es una acción o actividad que se desarrolla sin interés material, realizada dentro de ciertos límites fijos de tiempo y espacio, según una regla libremente consentida pero completamente imperiosa, provista de un fin en si misma y acompañada de un sentimiento de tensión y alegría”.

Pedagogía: Arte de enseñar o educar a los niños. Por extensión en general, lo que enseña y educa.

Didáctica: Arte de enseñar modernamente relegado al aspecto práctico o de aplicación de la pedagogía y la metodología pedagógica (algunos lo definen como ciencia).

Metodología: Formas y modos de proceder, con los cuales los seres humanos intentan influir consciente y en forma planificada en el aprendizaje de otros seres en objetivos pedagógicos: los denominamos “métodos” en el uso del lenguaje de la ciencia de la educación.

Acerca de las corrientes, nos encontramos con dos tipos:

Las instrumentalistas: El juego es un instrumento para algo. Acento en el fin, en el producto.

Las fundamentalistas: El juego está en el juego en sí mismo, en el placer por jugar.

Si al juego le empieza a faltar el clima del juego (placer), eso le va a quitar valoración pedagógica.

El juego cuenta con las siguientes características:

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