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EL ROL DEL TERAPEUTA Y EL PROCESO DE LA TERAPIA


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2022  •  Ensayos  •  3.413 Palabras (14 Páginas)  •  39 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

INTRODUCCION A LA PSICOTERAPIA

SECCIÓN B

PROFESORA: SALLY MARK

EL ROL DEL TERAPEUTA Y EL PROCESO DE LA TERAPIA

Elaborado por:

Borges, Camila C.I 29.761.010

Maracaibo, octubre 2022

El comenzar un proceso terapéutico es una decisión que con lleva la unión de dos mundos, influye tanto en el paciente como en el terapeuta en donde cada uno cumple un rol determinado y lleva el proceso de posturas diferentes, pero siempre aliados hacia un mismo objetivo. Es fundamental reflexionar sobre lo que realmente es la terapia y sobre como son esos roles que se dan en el proceso, ya que el terapeuta muchas veces es posicionado como un salvador o guiador para “arreglar” los problemas que presente el cliente, pero esa concepción es totalmente errada, va mucho más allá de eso, de ser una simple persona guiadora en la vida del cliente. Para comenzar esta reflexión sobre las posturas, roles y proceso terapéutico desde el libro llamado “Cartas a Pedro” de Loretta Cornejo, me gustaría definir primero lo que es la psicoterapia.

¿Qué es la psicoterapia? (Zeig y Munion, 1990, como se citó en Feixas y Miró, 1993). “La psicoterapia es un proceso orientado al cambio que ocurre en el contexto de una relación profesional, empática, poderosa y contractual. Su razón de ser se centra explícita o implícitamente en la personalidad de los clientes, la técnica de la psicoterapia o ambas cosas. Afecta a un cambio duradero en múltiples aspectos de las vidas de los clientes. El proceso es idiosincrásico y está determinado por las posiciones preconcebidas de los pacientes y terapeutas”.

La terapia si conlleva una formación teórica fundamentada en principios y técnicas de cada dimensión que se escoja mas esto no significa que la persona del terapeuta deba dejarse a un lado, cada persona se forma y crece como terapeuta con las experiencias y conocimientos que se adquieren en el proceso de aprendizaje, pero también va construyendo su propio estilo y maneras de abordar sus sesiones y espacios.

Es muy triste ver a un profesional, profesando oraciones y creencias vacías, tomando una postura directiva, rígida y solo centrado en la teoría, muchas veces el posicionarse desde esta postura deja un lado el ser humano y solo busca ser considerado omnipotente, esto se ve cuando una persona cuenta con títulos de alto prestigio, miles de seguidores en redes sociales y un gran alcance, pero no significa que éste hable verdades absolutas, de que nos sirve tener miles de títulos y seguidores si en verdad no somos realmente humanos y no nos expresamos como tal, con una postura igualitaria entre el paciente y terapeuta. Mantener la esencia es un factor determinante en el éxito de la terapia, porque ningún cliente busca ayuda para que alguien le imponga técnicas o teorías, realmente busca es ser escuchado y acompañado.

Mediante este ensayo se dará una reflexión personal sobre la importancia de la persona del terapeuta, como este se manifiesta, relaciona, cuáles son esas habilidades que tiene, además de como es el proceso de la terapia y por cuales etapas, procesos o dificultades pasa o trascurre a medida que se inicia y finaliza un proceso terapéutico, a través de la alianza imprescindible que se crea o genera de manera espontánea. Primero me centrare en el estilo y aspectos personales que considero que debe cuestionarse cada terapeuta.

De acuerdo con la visión de (Fernández Álvarez, 1996, como se cito en)  es posible concebir al “estilo” del terapeuta como los modos de ser constantes, habituales y únicos de cada sujeto que comprenden una serie de factores tales como: sus ideas, creencias, situación vital, experiencia de vida, relaciones interpersonales en general, posición socioeconómica, ámbito social, estilo afectivo, religión, procesos emotivos y cognitivos, su propia historia, visión del mundo, flexibilidad, etc. Considero que internalizar todos estos factores ayudan al terapeuta a darse cuenta de aquellos rasgos que debe mejorar o preguntarse para saber si podrá abordar todo tipo de casos o si se centrara en un campo en específico.

Freud (1933) citado en, teorizó acerca de la transferencia y la contratransferencia. Entiende la contratransferencia como los “sentimientos inconscientes” relacionados con los complejos neuróticos no resueltos del analista. Originalmente para Freud la solución para la contratransferencia era el análisis. En este sentido, Freud revisó el requisito del autoanálisis, como el proceso continuo de trabajo sobre sí mismos para los analistas. El terapeuta también debe sanar y hacer una introspección de su vida y creencias inconscientes mediante su propio proceso terapéutico, porque de manera directa o indirecta influyen en la manera de reflejarse o no en el cliente, como, por ejemplo: el no haber sanado una ruptura amorosa puede verse reflejado en un cliente que este pasando por lo mismo y no sepa abordar el problema porque en su momento no pudo con el suyo, esto también se podría complementar con lo que es la contratransferencia. Desde esta perspectiva parto de la pregunta de como el terapeuta debe ponerse a un lado para realmente centrase al cliente y amarlo.

La pregunta cuanto amas a las personas en general para poder entregarte al proceso me revolvió muchas cosas, ¿seré capaz de amar tanto al prójimo como para entregarme? o ¿mi amor no será el suficiente como para dejarme ganar por el cansancio?, seré más grande yo que la lucha de no ver un proceso de cambio en mi cliente? o ¿la lucha de no poder manejar las circunstancias como quisiera?, y me pregunte ¿por qué tiene que ser como yo quisiera? simplemente no tengo el control de la situación, no tengo el control sobre mi paciente, es decir no puedo tomar un rol controlador y sobre si se darán o no esos cambios esperados, eso está totalmente bien porque en verdad no es mi proceso por el cual estaré pasando en cada sesión o con cada cliente, es por el proceso de esa persona en el que juntos estaremos pasando, yo tomando una posición de acompañamiento y acogimiento y el cliente la posición de protagonista en este caso, porque a mi parecer el cliente siempre será el protagonista y como terapeuta pienso que debo hacerlo sentir y  percibir eso, esto para mi es una forma de amar al prójimo respondiendo a mi pregunta inicial, ponerme a un lado y ver en realidad que él es el protagonista de su historia y proceso y que iremos a su ritmo, los cambios vendrán a su tiempo.

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