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EL SOL DE LA HISTORIA


Enviado por   •  28 de Mayo de 2015  •  1.291 Palabras (6 Páginas)  •  140 Visitas

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Pensamiento Económico

Los Fisiócratas la consideración de la riqueza no son el oro y la plata, sino aquello que se produce (y, por tanto, que sólo el sector primario, agricultura e industria, genera riqueza). Nuestro mundo, contrariamente, genera riqueza sobre todo de la nada especulativa. Interesante también el apunte sobre J.B. Say de que la gente quiere bienes, no dinero. Simplificándolo mucho, y desde mi desconocimiento, esta afirmación sería precursora del anticapitalismo, en tanto que una manera de entender el CAPITAL, en oposición al DINERO, es la siguiente:

El Dinero es lo que sirve para intercambiarse mercancías, según el ciclo clásico M-D-M (es decir: produces una Mercancía, que al venderla te da Dinero, con el que puedes comprar otras Mercancías)

El Capital es el dinero usado no ya para intercambiar mercancías, sino para conseguir todavía más dinero, según el esquema D-M-D (es decir: tengo un Dinero, lo invierto en alguna Mercancía cuyo único interés para mi es poderla vender luego por más Dinero).

Conclusión

Cuando la sociedad primitiva fue evolucionando y las relaciones sociales de producción también fueron cambiando, el pensamiento económico se tuvo que transformar, esto se ve reflejado sobre todo en el antiguo testamento de la Biblia, especialmente en los profetas.

Independencia de las 13 colonias

EEn 1733, los ingleses habían ocupado trece colonias a lo largo de la costa del Atlántico, desde New Hampshire en el norte hasta Georgia en el sur:

New Hampshire, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia

Los franceses controlaban Canadá y Louisiana, que comprendían toda la vertiente del río Misisipi: un imperio vasto con pocos habitantes. Entre 1689 y 1815, Francia y la Gran Bretaña sostuvieron varias guerras, y América del Norte se vio envuelta en cada una de ellas. En 1756 Francia e Inglaterra estaban enfrascadas en la Guerra de los Siete Años, conocida en Estados Unidos como la Guerra Francesa e Indígena. El primer ministro británico, William Pitt, invirtió soldados y dinero en América del Norte y ganó un imperio. Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760). La Paz de París, firmada en 1763, dio a la Gran Bretaña derechos sobre Canadá y toda América del Norte al este del río Misisipi. La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias. Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena. Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta entonces. En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense.

Revolución Francesa

En 1789, Francia sufría una crisis económica y social, la burguesía esperaba animada por lo ocurrido en la revolucion de USA para acabar con el Antiguo Régimen.

En mayo de ese año Luis XVI abre los Estados Generales, formados por representantes

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