EL SOL, LA ESTRELLA MÁS CERCANA

Hasta entonces, los movimientos del Sol y los planetas se describen mediante un complejísimo modelo de círculos excéntricos que había sido perfeccionado por Tolomeo. La conclusión de Copérnico de que el Sol es el centro alrededor del cual orbitan los planetas fue la primera sacudida científica en el camino que nos ha llevado a la conclusión de que los seres humanos habitamos un lugar del Universo que no tiene nada de especial. El Sol, que contiene el 99.9% de la masa total del Sistema Solar se halla en su centro y, a su alrededor, como granos de polvo, giran los planetas. Por ello, el Sol casi no se mueve a causa de la atracción de los planetas, pero éstos sí son afectados muy notoriamente por la fuerza de atracción del Sol.

Es ésta la que mantiene a los planetas en su órbita alrededor del Sol. Si la fuerza de atracción gravitacional desapareciera, los planetas se moverían en línea recta abandonando tangencialmente sus órbitas. Primero, todos los planetas, con la excepción de Plutón, se hallan situados aproximadamente en un mismo plano y giran en el mismo sentido . Si el Sistema Solar se hubiese formado mediante la captura al azar de planetas por el Sol sería de esperarse que los planetas giraran en todas direcciones y sentidos.

EL SOL, LA ESTRELLA MÁS CERCANA

En estas colisiones, a veces dos o más núcleos atómicos se fusionan para formar uno. En su forma más básica, este proceso fusiona cuatro átomos de hidrógeno para formar un átomo de helio. Si tomamos cuatro gramos de núcleos de hidrógeno y los fusionamos en núcleos de helio, no obtendremos exactamente cuatro gramos de helio como se esperaba, sino solo 3,97 gramos.

Cuatro núcleos de hidrógeno son ligeramente más pesados ​​que un núcleo de helio, la diferencia de masa se convierte en energía. La cantidad de energía liberada en los procesos de fusión termonuclear es increíble. Un gramo de materia que se transforme completamente en energía será suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de una familia promedio durante miles de años. Más de cuatro millones de toneladas de materia se transforman en energía cada segundo bajo el sol.

Esta energía resultante de las reacciones termonucleares llega a la superficie del Sol desde el centro y se irradia al espacio circundante en forma de luz. La Tierra corta solo una pequeña cantidad de este flujo de energía extremadamente generoso, y casi todo se escapa al espacio interestelar. Para lograr esto, tuvieron que rodear su sol con una capa hecha de células solares que convertiría la luz en energía eléctrica. En el caso de la Tierra, más del 99,9999999% de la energía luminosa del Sol se escapa fuera del Sistema Solar.

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