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Etica Medica - Estatuto Del Embrion


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  2.703 Palabras (11 Páginas)  •  268 Visitas

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Etica medica - estatuto del embrion

Cuando se habla sobre el estatuto del embrión humano se entra en un importante proceso de deliberación donde la búsqueda de un consenso sobre el punto de origen de la vida humana y la dignidad del embrión se convierte en el principal objeto de discusión. La humanidad ha producido grandes pensadores a lo largo de la historia que han planteado desde diversas perspectivas; entre ellas científicas, filosóficas, jurídicas, y teológico-religiosas, una serie de argumentos que intentan definir la naturaleza del embrión humano, sin embargo, más que una definición lo que se produce era tras era es un discurso que no tiene fin. ¿Es el embrión propiamente un ser humano? O ¿Es uno en potencia?, ¿Dónde comienza la vida humana? ¿Sería a partir de la concepción?, ¿el cigoto?, o ¿en estadios posteriores de maduración luego de la implantación en una etapa postembrionaria? ¿Es el nacimiento el comienzo de la vida? ¿En qué etapa del desarrollo prenatal el embrión adquiere identidad o es considerado persona humana?, ¿El ser humano es digno desde el comienzo de su existencia? ¿Es el embrión un alma infundida en un cuerpo desde su concepción? El siguiente trabajo reconoce la importancia de este debate y recopila una serie de enfoques dentro de las dos disciplinas básicas fundamentales en el desarrollo de esta discusión: la ciencia y la religión, que intentan definir el valor ontológico, el génesis y la dignidad del embrión humano. Al mismo tiempo tomando como punto de partida todos los argumentos presentados se adopta una postura propia, humanista, con una propuesta hacia el desarrollo de un discurso bioético preventivo sobre la vida humana donde la individualidad original y única de cada ser humano sea respetada y valorada desde el momento de su concepción. COSMOLOGÍA Desde la antigüedad greco-romana comienzan las disputas sobre la definición del estatuto del embrión humano donde las dos tesis más importantes de esta era giran en torno a la animación del embrión: la animación inmediata la cual postula que el embrión recibe el alma en el momento de la concepción; y la animación retardada, es decir, el alma se recibe al momento en que el embrión está conformado. Este último caso, el periodo en que el embrión no posee alma es considerada no persona, no humano. Aunque el problema de la animación del feto obedeció en un principio una inquietud teológica-eclesiástica, es el planteamiento base de la discusión ética sobre el estatuto del embrión humano científica-religiosa de todos los tiempos. La primera ya sea por intereses económicos e ideológicos o por fines terapéuticos, se inclina por la animación retardada del feto o vida humana precedida por alguna “cosa compleja con material genético” que pueda ser utilizado como objeto de laboratorio para diferentes fines. La segunda busca conectar al ser humano con lo divino desde su concepción alegando que el alma es infundida por Dios desde la unión de los gametos paternos haciendo a este ser persona humana desde el principio conteniendo lo dicho por el salmista David cuando cantó: “Tus ojos (los ojos de Dios) vieron mi embrión”, “tus ojos vieron mi sustancia informada”, “tus ojos vieron mi cuerpo en gestación”, “tus ojos vieron mi cuerpo en formación”1. Los principales aportes al conocimiento embriológico de esta era fueron dados por Hipócrates, Galeno y Aristóteles. La intuición embrionaria comienza con Hipócrates (460-370 a.C.) y el Corpus Hippocraticum, el cual afirma que el nuevo ser surge del semen masculino y el semen femenino. Galeno avanza un poco más en su estudio y plantea cuatro estadios del desarrollo embrionario que va desde los seis primeros días del desarrollo (Goné), la formación de los órganos (Kyema), la maduración de dichos órganos (Embryon) y la perfección del feto formado (Paidion)2. Aristóteles como uno de los filósofos más trascendentes de la antigüedad planteo la especial teoría hilemórfica del embrión humano. Este último define la llamada triple alma en potencia: alma vegetativa o nutritiva (treptike) donde la vida del embrión es similar a la de las plantas; sensitiva (aisthetike), en que la vida del embrión se constituye vida animal; y espiritual (noetike), la cual le otorga características de un ser humano propiamente dicho3. A principios del siglo III Orígenes, Tertuliano y Clemente de Alejandría introducen el pensamiento cristiano en dicho debate embriológico marcando así el umbral del empoderamiento eclesiástico del discurso Bioético del inicio de la vida y la dignidad del embrión humano por los próximos siglos. Entre los periodos de mayor actividad en el debate sobre el embrión debemos recordar la polémica producida por las campañas a favor de la legalización del aborto en los años 70; y el debate que se produjo alrededor de los años 80 debido al empleo de la fecundación artificial. Nuestra época contemporánea se caracteriza por grandes avances científicos y biológicos los cuales nos revelan cada día nuevos secretos de la vida humana. La procreación artificial asistida, planificada, modificada o industrializada, pone en una aparente contraposición la visión científica y la visión religiosa sobre el estatuto del embrión humano. Así mismo, el tema de la dignidad del embrión humano sigue siendo uno de los puntos clave dentro del debate bioético de los últimos tiempos, su definición seria el punto de partida en la toma de decisiones sobre lo que algunos han llamado la fase incipiente de un ser humano. ENFOQUE CIENTÍFICO El ser humano experimenta dos etapas importantes en la vida: la etapa prenatal y la etapa postnatal separadas entre sí por el nacimiento, donde la primera a su vez ha sido dividida en tres fases: fase de pre-implantación, post-implantación y maduración. Todo esto alrededor de un periodo de 38 semanas o 9 meses Concepción y Desarrollo. Primeramente la fase de pre-implantación está constituida principalmente por la fecundación. Durante este periodo se une el óvulo y el espermatozoide, este último pasa a través de la membrana pelúcida que rodea al óvulo, penetra la membrana ovular, se fusionan ambos pronúcleos masculino y femenino donde ocurre un intercambio de material genético formando un cigoto con un número total de cuarenta y seis cromosomas, veinte y tres cromosomas cada progenitor. Lo que significa que el nuevo ser que se forma es único e irrepetible. El cigoto es la célula que contiene toda la información genética requerida para que tenga lugar todo el proceso de diferenciación de células que dan origen a los diferentes tejidos, órganos y sistemas, cada uno con una función específica. El huevo se desarrolla gradualmente mediante varias etapas, dando lugar a la mórula, luego al blastocisto, al embrión propiamente dicho, al niño en gestación y al

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