La Extrema Pobreza: Una Situación De Desigualdad Y De Imposibilidad

La extrema pobreza: una situación de desigualdad y de imposibilidad

Por Saúl Cancino A.

Tratando, en el curso de Teoría General del Derecho, sobre Derecho y realidad humana, en lo que respecta a los individuos, no dejó de llamarme fuertemente la atención la opinión de un jurista francés, Jean Carbonnier, quien sostuvo la tesis de que el pobre extremo es un no sujeto de derecho.

Trata este autor sobre la cosificación de la persona humana y planteo, en este ensayo, algo que aparece como natural del enunciado arriba expuesto, y algo quizá más discutible. Todo esto en relación a dos principios generales del derecho, cuales son el de igualdad y el de imposibilidad.

Así, se ha planteado que en un mundo convulsionado por problemáticas de muy diversa índole (medio ambientales, territoriales, energéticos, etcétera) en lo que respecta a aquellas de carácter social en los países occidentales, se observan por una parte un gran crecimiento económico, la irrupción de costosas tecnologías, un modo de vida que demanda cada vez más dinero para poder obtener los bienes que exige el estándar de vida impuesto por intereses económicos, que valiéndose de la publicidad han puesto en la cabeza de millones de persona la necesidad contar con un ilimitado número de bienes (casas multi equipadas, vehículos costosos, artefactos de entretención digitales, etcétera) y por otro, un importante sector de la población que no tiene los medios de subsistencia básicos para poder llevar una vida más o menos digna, esto es, que le permita sobrellevar con meridiana tranquilidad los avatares que impone la propia existencia de las personas (desde los consumos básicos como alimentación, vestimenta y vivienda; como otros igualmente necesarios y justos, como el derecho a la recreación y al descanso) .

Extrema pobreza y relación con la desigualdad

Hablar de extrema pobreza y desigualdad significa ir a la raíz del problema, a sus orígenes.

En la desigualdad en la distribución de los recursos está la causa de la pobreza, y en una desigualdad extrema en la distribución de los recursos, está la causa de una pobreza extrema.

Esto que planteo como una obviedad no es tan así. Por ello no es casualidad que países denominados del primer mundo, no obstante tener cotas de su población en niveles de pobreza, estos son muy bajos y corresponden a sectores compuestos comúnmente por inmigrantes, que pobres y todo, han mejorado su calidad de vida en relación a la que tenían en los países de los cuales migraron.

En países donde los niveles de pobreza son elevados y los de pobreza extrema son considerables, se evidencia una aberrante distribución de la riqueza.

En América Latina hay países en donde la pobreza alcanza una vergonzosa proporción como lo que ocurre en Haití en donde más de la mitad de su población es pobre .

En Chile ocurre algo similar, aunque más atenuado. A pesar de que a nivel estadístico se manejen cifras que no se corresponden con la realidad. Llama la atención de cuando se hace un debate de la pobreza se maneja cifras irreales, ya que una persona que tenga un ingreso diario de $2000 pesos ya no es pobre, situación que es totalmente irreal.

Este problema jurídico queda esbozado en los textos jurídicos pero rezagado en el aspecto social.

Pensar en las razones del porqué se vivencia esta situación en nuestra región, y más en nuestro país, no es tarea fácil. Considerando que nos rigen y somos parte a nivel de Estados, de los mismos convenios internacionales que proscriben las situaciones de desigualdad, se enuncian como principios generales el derecho o garantía de igualdad. Principio que se opone, como se ha dicho en el texto, a distinciones o discriminaciones arbitrarias o injustas.

No se trata de que exista una igualdad absoluta, pero sí de que el Derecho (y el Estado como creador y aplicador de una de sus fuentes, la ley) no tolere situaciones de desigualdad injustas o infundadas.

Si se asegura, de modo general, la igualdad ante la ley, y en definitiva que ciudadanos que nacen en un plano de igualdad, regidos por un mismo estatuto social, con las mismas condiciones y posibilidades de obtener su mayor grado de desarrollo material y espiritual posible , no puede aceptarse que en ese entendido, y de la forma enunciada, haya tan graves y abismantes realidades sociales y, agrego, jurídicas, en Chile.

Por ello, iniciativas como la del boletín 7143-07

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