MECANISMOS DE LA HOMEOSTASIS

MECANISMOS DE LA HOMEOSTASIS

M. en C. Rafael Avendaño Martínez.

Enero 2010

“Es un proceso por el cual los organismos mantienen las condiciones internas relativamente constantes a pesar de los cambios en el ambiente externo”. (Miller & Levine, 2004)

Una forma de entender la homeostasis es observar un sistema no vivo que también mantiene las condiciones ambientales dentro de cierto rango. El sistema de control de la temperatura del motor de un carro es un ejemplo adecuado. En un motor encendido, la temperatura va ascendiendo poco a poco. Al llegar a cierto nivel de temperatura, se estimula un sensor de calor (termostato), el cual envía una señal eléctrica que enciende el ventilador del carro, para que enfríe el agua del radiador y con esto la temperatura descienda hasta niveles tolerables para el motor y este no sufra desperfecto. Este proceso ocurre durante todo el tiempo que dure el motor encendido, incluso en algunos casos al apagar el motor, notamos que el ventilador sigue funcionando, para enfriar el motor.

Lo mismo ocurre cuando la temperatura baja a un determinado rango, el termostato envía una nueva señal para apagar el ventilador y así permitir que el motor mantenga una temperatura adecuada para su buen funcionamiento.

En el organismo existen también estos sistemas de “aviso” en caso de cambio en la composición de los líquidos o fluidos (extracelulares) que rodean a las células y como consecuencia de los líquidos intracelulares, que constituyen nuestros tejidos o relativos a la temperatura, presión atmosférica, y otros cambios físicos en el ambiente, que se activan o desactivan en caso necesario.

La homeostasis requiere la participación permanente de todos los sistemas orgánicos que constituyen nuestro organismo. Ejemplos de esto son: los que intervienen para mantener una temperatura corporal estable, mantener un volumen sanguíneo estable, el peso, la cantidad de energía, la hidratación y oxigenación de los tejidos y otras condiciones necesarias para mantener la salud y la vida.

En el primer caso, el organismo regula la temperatura corporal con un mecanismo similar al que se requiere para enfriar el motor de un carro encendido. Un pequeño órgano del sistema nervioso central, ubicado en la base del cerebro, llamado hipotálamo, contiene células nerviosas que reciben información acerca de la temperatura corporal, tanto externa (piel) como de los órganos internos.

Si el estímulo que reciben estas células se refiere a una baja en la temperatura corporal normal (37º C), el hipotálamo responde enviando señales para propiciar la secreción de sustancias que estimulan la actividad de diferentes órganos, propiciando con ello la producción de calor que paulatinamente irá incrementando la temperatura corporal hasta llegar a niveles de normalidad. Algunas de estas señales son por ejemplo las que van a los músculos en los cuales provocan contracciones involuntarias (escalofríos) y que liberan calor para incrementar la temperatura corporal.

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