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Sistema Respiratorio


Enviado por   •  26 de Junio de 2014  •  2.091 Palabras (9 Páginas)  •  272 Visitas

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El Sistema Respiratorio.

El Sistema Respiratorio está constituido por el conjunto de órganos de nuestro cuerpo, encargados de la respiración. La respiración consiste en tomar oxigeno del aire y desprender el dióxido de carbono que se produce en las células.

Un ser vivo puede estar varias horas sin comer, dormir o tomar agua, pero no puede dejar de respirar por más de tres minutos. Esto grafica la importancia de la respiración en nuestra vida.

Respiramos unas 17 veces por minuto y cada vez que lo hacemos introducimos en una respiración normal ½ litro de aire.

Partes del Sistema Respiratorio u Órganos que intervienen en la Respiración.

El Sistema Respiratorio está formado por las vías respiratorias, los pulmones y el diafragma.

Las Vías Respiratorias:

1.- La Nariz: contiene las fosas nasales. Éstas son dos cavidades por donde entra el aire y se conectan con la faringe. Cuando no podemos respirar por la nariz, podemos hacerlo por la boca. En el interior de las fosas nasales se encuentra la membrana pituitaria, que calienta y humedece el aire que inspiramos para evitar que llegue muy frío hasta los pulmones

2.- La Faringe: se comunica con las fosas nasales y la boca. Forma parte también del sistema digestivo, ya que por ella pasan el alimento que ingerimos y el aire que respiramos porque se conecta a su vez con la tráquea y el esófago. Termina en la epiglotis.

3.- La Laringe: es un tubo formado por cartílagos. Está situada en el comienzo de la tráquea. Aquí se produce la voz. Los cartílagos que la componen son cartílago epiglotis, cartílago tiroides y cartílago cricoides.

La epiglotis está orientada hacia arriba, pero cuando comemos o bebemos, la epiglotis se pliega hacia abajo sobre la glotis, para evitar que la comida entre en la tráquea. Esto es conocido como función de la laringe.

4.- La tráquea: conducto de unos doce centímetros. Se extiende entre la laringe y los bronquios, y se sitúa por delante del esófago. Está formada por anillos cartilaginosos. Estos se distribuyen el por tejido muscular fibroso. Su función es transferir el aire inhalado y exhalado hacia y desde los pulmones.

5.- Los bronquios son los dos conductos en que se divide la tráquea. Penetran en los pulmones, donde se ramifican, hasta llegar a formar los bronquiolos. Los Bronquiolos son la continuación de la parte conductora del aire que van desde la tráquea hasta los alvéolos, lugar donde se realiza la respiración o intercambio gaseoso del aire inspirado u oxígeno y el dióxido de carbono en la sangre.

Los Pulmones:

Son dos órganos que se encuentran en la cavidad torácica y en donde se lleva a cabo la respiración. Se encargan de distribuir el oxígeno y el intercambio de gases. Parecidos a un par de esponjas, forman uno de los órganos más grandes del cuerpo. Su función esencial, compartida con el sistema circulatorio, es la distribución de oxígeno y el intercambio de gases. Tienen la capacidad de aumentar de tamaño cada vez que se inspira y de volver a su tamaño normal cuando el aire es expulsado.

El pulmón derecho es más grande que el izquierdo, porque está dividido en tres lóbulos -superior, medio e inferior- y el izquierdo solamente en dos – superior e inferior. Dentro de los pulmones, los bronquios se subdividen en bronquiolos, que dan lugar a los conductos alveolares; éstos terminan en unos pequeños saquitos de aire llamados alvéolos que están rodeados de una tupida red de capilares sanguíneos. Cada pulmón tiene entre 300 y 400 millones de alvéolos. Los alvéolos son considerados la Unidad Funcional del Pulmón, y son sacos terminales del aparato respiratorio en el que se realiza el intercambio de gases entre la sangre y el aire respirado. Cuando los alvéolos se llenan con el aire inhalado, el oxígeno se difunde hacia la sangre de los capilares, que es bombeada por el corazón hasta los tejidos del cuerpo. El dióxido de carbono se difunde desde la sangre a los pulmones, desde donde es exhalado.

Estos dos órganos están separados por una estructura denominada mediastino, que encierra el corazón, la tráquea, el timo, el esófago y vasos sanguíneos.

El Diafragma:

El diafragma es el músculo que permite realizar los movimientos de respiración (Inhalar y Exhalar).

Es un músculo extenso que separa la cavidad torácica de la abdominal. En los seres humanos el diafragma está unido a las vértebras lumbares, a las costillas inferiores y al esternón. Las tres principales aberturas del diafragma permiten el paso del esófago, la aorta, los nervios, y los vasos linfáticos y torácicos.

El diafragma de los seres humanos es deforma elíptica y aspecto rugoso. Está inclinado hacia arriba, más elevado en la parte anterior que en la posterior y tiene forma de bóveda cuando está relajado. La respiración está asistida por este músculo. Durante la inspiración se contrae y al estirarse aumenta la capacidad del tórax; entonces, el aire tiende a entrar en los pulmones para compensar el vacío creado. Cuando se relaja, el aire se expulsa.

Además, al contraerse ejerce presión sobre el abdomen, y de esta manera ayuda al estómago a realizar la digestión. Las contracciones espasmódicas involuntarias del diafragma originan el hipo.

Función Respiratoria

La función respiratoria es incorporar oxígeno al organismo para que al llegar a la célula se produzca la combustión y así quemar los nutrientes y liberar energía. De ésta combustión quedan desechos como el dióxido de carbono, el cual es expulsado al exterior a través del proceso de espiración.

Mecánica de la Respiración:

Inspiración o Inhalación: Cuando el diafragma se contrae y se mueve hacia abajo, los músculos pectorales menores y los intercostales presionan las costillas hacia fuera. La cavidad torácica se expande y el aire entra con rapidez en los pulmones a través de la tráquea para llenar el vacío resultante.

Espiración o Exhalación: Cuando el diafragma se relaja, adopta su posición normal, curvado hacia arriba; entonces los pulmones se contraen y el aire se expele. Esta acción se llama mecánica respiratoria.

El Proceso de la Respiración

El Proceso de la Respiración tiene tres fases:

1. Intercambio de gases.

2. El transporte de gases.

3. La respiración en las células y tejidos.

1.- Intercambio de gases: oxígeno para la sangre y dióxido de carbono para el ambiente.

El primer paso en el proceso respiratorio consiste en la inhalación, es decir, introducir el aire al cuerpo a través de la nariz, entrando en la faringe, siguiendo la epiglotis , pasando después a la laringe, el aire viaja entonces por la tráquea, que es la vía que lo conduce a los pulmones. Al llegar a los pulmones, la tráquea se divide en 2 tubos más angostos llamados bronquios, cada uno de ellos se divide a su vez en numerosas ramificaciones en los que al final se encuentran miles de sacos de pared delgada llamados alvéolos, los cuales son considerados como la Unidad Funcional del Pulmón, porque cuando el aire llega a los alvéolos, parte del oxigeno del aire se difunde en los vasos sanguíneos que los rodean atravesando las finísimas paredes y pasa a los glóbulos rojos de la sangre y el dióxido de carbono que traía la sangre pasa al aire, así la sangre venenosa se convierte en sangre arterial. Esta operación se denomina hematosis.

2.- Transporte de Gases:

Una vez que el oxígeno del aire se difunde en los vasos sanguíneos es transportado por los glóbulos rojos de la sangre hasta el corazón y después distribuido por las arterias a todas las células del cuerpo, donde se usa en la respiración celular. En este proceso se utiliza el oxígeno por el cual se descompone la glucosa, esto da como resultado la liberación de energía originando dióxido de carbono y agua como productos de desecho, difundiéndose en la sangre en parte por los glóbulos rojos y parte por el plasma y transportado por las venas cavas hasta el corazón y de allí es llevado a los pulmones para ser eliminado del organismo arrojándolo al exterior.

3.- Respiración Celular

Es un conjunto de reacciones que permiten a las células obtener energía de las moléculas orgánicas al combinar sus átomos de carbono e hidrógeno con el oxígeno para producir dióxido de carbono y agua. Entonces, las células toman el oxigeno que les lleva la sangre y lo utilizan para quemar los alimentos que han absorbido, allí producen la energía que el cuerpo necesita, en especial el calor que mantiene la temperatura del cuerpo humano a unos 37 grados.

Enfermedades Respiratorias.

Cuando hablamos de enfermedades respiratorias estamos incluyendo todos aquellos padecimientos que afectan el Sistema Respiratorio que van desde molestias en la garganta, hasta enfermedades pulmonares graves. Pueden manifestarse a través de síntomas muy conocidos como obstrucción nasal, dolor de garganta, de cabeza, de oídos, fiebre y malestar general.

Son causadas por diversidad de elementos, aunque lo más común es que sea a través de infecciones bacterianas o víricas (que se transmiten a través de las gotitas de saliva o moco que una persona enferma arroja al toser), así como causas ambientales, polución, alta exposición a tóxicos aéreos e incluso tabaquismo como en el caso del cáncer de pulmón.

Como la vía de entrada de los microbios es a través de la nariz y la boca, las primeras manifestaciones suelen ser la tos y el estornudo.

Padecimientos más comunes del Sistema Respiratorio:

Gripe o Resfriado Común: Son infecciones respiratorias virales. Por lo regular tienen una duración de entre 3 y 5 días Se manifiesta por dolor de garganta, fiebre, estornudos, tos, malestar general y obstrucción nasal.

Faringitis: Infección en la garganta que puede ser de tipo viral o bacteriana, en este último caso se requiere el uso de antibiótico.

Amigdalitis: Las amígdalas o ganglios linfáticos se encuentran en la parte superior de la boca y arriba de la garganta. Normalmente ayudan a eliminar gérmenes y bacterias, pero cuando existe infección (viral o bacteriana) ocasiona síntomas como dificultad para deglutir, dolor de oído, fiebre, dolor de cabeza y de garganta.

Bronquitis: Inflamación de los bronquios, las vías aéreas principales hacia los pulmones. Esta hinchazón estrecha las vías respiratorias por lo que dificulta la respiración.

Pulmonía o neumonía: Es la inflamación de los espacios alveolares de los pulmones. Es una de las enfermedades respiratorias más serias. Se produce cuando los pulmones se exponen a distintos gérmenes, infección por hongos, enfermedad crónica permanente. Sus síntomas son: Tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, dolores musculares, la flema puede contener sangre. Se recomienda tratamiento con antibióticos y reposo.

Rinitis: Inflamación del revestimiento mucoso de la nariz. Sus síntomas incluyen estornudo, picor nasal, congestión nasal y secreción nasal. Su causa puede ser alérgica, infecciosa (por virus o bacterias), por mal uso de medicamentos, por uso de antidepresivos, por embarazo o problemas hormonales (hipertiroidismo), por frío o ambiente húmedo o física (tabique desviado, tumores o cuerpos extraños).

Otitis: Es la infección que se presenta en la piel y en los tejidos blandos del conducto auditivo externo en la vecindad con el pabellón auricular. Algunos síntomas de la otitis son: inflamación, infecciones virales, dificultad al escuchar, dolor, fiebre; entre otros. El tratamiento consiste generalmente en antibióticos y analgésicos.

Asma: Es un trastorno que provoca que las vías respiratorias se hinchen y se estrechen, llevando a que se presenten sibilancias, retracción de la piel entre las costillas al respirar, dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos. Los desencadenantes del asma son: animales, polvo, cambios en el clima, químicos en el aire o en los alimentos, ejercicios físicos, humo, polen, infecciones respiratorias, estrés, humo del tabaco.

Medidas preventivas

+ Evitar lugares cerrados y/o húmedos.

+ Tratar de no estar lugares conglomerados.

+ En la medida de lo posible evitar el frío y cubrirse de él.

+ No exponerse a cambios bruscos de temperatura.

+ Lavarse las manos con frecuencia.

+ Limpiar áreas comunes con regularidad, sobre todo en oficinas y transportes públicos.

+ Llevar una alimentación saludable con un consumo adecuado de cítricos y vitamina C.

+ Dormir y descansar el tiempo suficiente.

+ Beber abundantes líquidos.

+ Evitar la automedicación porque puede complicar más la infección.

+ Acudir al médico para un diagnóstico adecuado.

+ Las personas enfermas es recomendable que utilicen bufandas y cubre bocas para evitar la propagación de la infección.

Si se atienden oportunamente las enfermedades respiratorias son fáciles de curar, pero cuando no se controlan pueden ocasionar graves problemas como la pulmonía. Lo más importante es no automedicarse porque muchas veces no se toma el fármaco adecuado ni el tiempo que se debe lo que origina resistencia de la enfermedad y complicaciones.

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