Sulfato De Cobre

Es impresionante como el capitalismo nos ha llevado a transformarnos en unas bestias, comportándonos como tales. Actuando muchas veces por simple inercia o con incentivos o motivaciones baratas que se disfrazan de inofensivas novedades, de urgentes necesidades estéticas de la temporada, el remedio más prometedor, las comidas más sabrosas, involucrándonos en su acelerado mundo. O simplemente con un sinfín de oportunidades que nos ofrecen día a día, un llamativo slogan fácil y pegajoso.

Así es como nos seduce un tipo de publicidad absorbente, que nos hace profesantes o seguidores de un credo que gira en torno al dinero, del que dependen nuestras penas y glorias, con el que podemos proyectar una imagen ilustre y ser quien nos vende dicha publicidad.

Estamos en pleno siglo XXI, y generalizando es evidente la involución del ser humano, por volver a ser irracional, dejándonos guiar y dominar, por un papel, o un plástico al que se han encargado de darle valor, por el que viven y mueren. Y por mientras que viven, se encargan de “romperse el lomo” por tenerlo o acumularlo en grandes cantidades si es posible, para darse gustos aún más grandes. Todos ellos solo son objetivos materiales que nos hacen creer que seremos mejores personas, exitosas, confiables, por el solo hecho de tenerlos en nuestro poder.

Todo este fenómeno comenzó hace varias décadas atrás, con la revolución industrial, la producción en masas y la globalización, cuando las grandes empresas se dieron cuenta de que podían producir bienes a un bajo costo, a una gran cantidad y con calidades mucho más inferiores a los que estaban.

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