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TEORIA INFORMACIONAL DE LA PERSONALIDAD (Pedro Ortiz)


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2011  •  9.165 Palabras (37 Páginas)  •  3.131 Visitas

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SECCIÓN 1

LA PERSONALIDAD COMO SUJETO DE EXAMEN

Sostenemos el principio según el cual el sujeto de la atención médica, neurológica en el presente caso, es una personalidad, es decir, el sistema del individuo social cuya historia se desarrolla dentro de un sistema social que tiene su propia estructura, historia y condiciones. Ver a un paciente como la personalidad que es realmente, significa, desde nuestro punto de vista, una salida científica social a las contradicciones que han surgido dentro del naturalismo mecanicista que, en realidad, mantiene irresuelto el problema del dualismo mente-cerebro, y no diferencia la estructura psíquica consciente de los hombres de la estructura inconsciente de los animales.

Desde el primer volumen de este texto, consideramos, además, que el método clínico no es el procedimiento de examinar al paciente “junto a su cama”, sino que es el método de conocer la lógica de desarrollo de la realidad concreta y singular que es un individuo social; es decir, el método que orienta el estudio y la explicación de los procesos internos de una personalidad cuya historia ha sido modificada por los procesos de una enfermedad. Más aún, es el mismo método que nos sirve para elaborar la explicación de los procesos patogenéticos y patocinéticos que han determinado la situación actual del paciente, es decir, para elegir los procedimientos más apropiados para el diagnóstico; para explicar el pronóstico o posible curso futuro de tales procesos, así como para tomar las decisiones terapéuticas pertinentes y apropiadas a la situación del mismo paciente.

Al aplicar este método, tendremos en cuenta que el sistema de la personalidad, puede ser observado y analizado como estructura activa o como actividad estructurada; como un sistema organizado en varios niveles a base de las distintas clases información que se procesan al interior del sistema vivo en general y de cada hombre en particular. Por la misma razón, el examen neurológico respecto de este complejo sistema individual no puede ser sólo el examen del nivel neural de su organización, sino que debe ser el examen clínico de todos los niveles de su actividad y estructura, aunque con el sesgo lógico que resulta del énfasis puesto en el estudio de su actividad nerviosa, en vista de la naturaleza del problema clínico que presenta o sufre. El objetivo principal del examen realizado por el médico, especialista o no, tendrá que ser el de conocer y explicar la historia y el estado actual de dicha personalidad, en tanto se presume o es obvio que ella ha sido alterada por un trastorno, defecto o deterioro de su sistema nervioso. La atención neurológica de los pacientes con problemas de índole posiblemente nerviosa es pues necesaria, en razón de que esta personalidad adolece de un problema clínico que resulta ciertamente de un conjunto de trastornos, defectos o deterioros, no sólo anatómicos y funcionales, sino también celulares, metabólicos, psíquicos y sociales que le han afectado o le afectan, parcialmente o en su totalidad.

El primer objetivo de la atención médica es entonces conocer la historia de esta personalidad afectada. Sabemos cuán imprescindible es en este caso conocer clínicamente la historia y el estado actual de esta personalidad, especialmente respecto a su actividad psíquica, funcional y metabólica, lo cual, en sentido estricto significa tener información acerca de la historia de su sistema nervioso. Lógicamente que un examen clínico tendiente a cubrir este objetivo, así como el de curar o modificar favorablemente el curso de los procesos de su enfermedad, tendrá que basarse en la teoría neurológica y efectuarse por medio de procedimientos técnicos igualmente neurológicos, a sabiendas de que no se atiende una enfermedad, ni un órgano enfermo, sino a un individuo enfermo afectado en su integridad.

Como podrá colegirse, para lograr tales objetivos, es necesario replantear el problema de la naturaleza del individuo social, y adoptar una concepción que tome en cuenta no sólo los dos aspectos más accesibles a la observación objetiva: su estructura orgánica y su actividad psíquica, sino todos los niveles que puedan abstraerse respecto de su organización interna. Se entiende que una concepción de esta naturaleza, no tiene utilidad exclusivamente teórica, sino que es de aplicación práctica general, asequible e indispensable para todo médico que atiende o sirve a otras personas por estar enfermas. Dentro de este objetivo, repetimos, era indispensable una concepción acerca de lo que es realmente la actividad nerviosa como un sistema relativamente aislado dentro de la unidad de la persona. Para ello hay que tener una definición del sistema nervioso que exprese claramente su papel en la estructuración de la actividad personal, al interior del individuo concreto, una vez que su actividad consciente ha sido o es estructurada por el sistema de la sociedad.

Justamente para comprender estos procesos de determinación social de la personalidad, hemos sostenido lo siguiente

• hace unos millones de años atrás, la información psíquica inconsciente de tipo animal de los hombres en ese momento miembros de la especie Homo sapiens, fue el principio o punto de partida de los procesos sociogenéticos por los que tales individuos dieron origen a la sociedad.

• desde hace unos 30 mil años existe la sociedad como un sistema supraindividual estructurado por la información social que ahora es la verdadera base o modelo de desarrollo de cada uno de los hombres

• al ser aprendida dicha información social por cada hombre, y al ser codificada en su neocórtex cerebral, se convierte en la información psíquica consciente por medio de la cual toda la actividad individual de tipo humano se convierte en actividad personal

• la actividad psíquica consciente transforma – en este proceso - al individuo humano en personalidad; en otros términos, el psiquismo humano se transforma en psiquismo social, en un proceso que empieza alrededor del nacimiento y continúa a lo largo de su infancia, niñez y adolescencia.

Más aún, quedará claro que todo el proceso de formación y desarrollo de una personalidad, por ser un proceso de naturaleza informacional, ya no es determinado sólo por procesos epigenéticos –por los cuales la actividad de un nivel informacional da origen a otro de mayor complejidad–, sino que es más evidente su doble determinación, pues por medio de procesos cinéticos cada nivel superior de información es el modelo que reestructura a los inferiores que le dieron origen, y así los transforma en el soporte activo de la unidad del individuo social. Por consiguiente, así como la información social determina cinéticamente

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