Técnica para extraer gas natural de yacimientos no convencionales

Esta técnica para extraer gas natural de yacimientos no convencionales (fracking), 5 consiste en explotar el gas acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino o muy fino, generalmente arcillosas o margosas, cuya poca permeabilidad impide la migración del metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Para ello es necesario realizar cientos de pozos ocupando amplias áreas (la separación entre ellos ronda entre 0,6 a 2 km) e inyectar en ellos millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico para extraerlo.

Los pozos pueden ser perforados verticalmente cientos a miles de metros bajo la superficie de la tierra y pueden incluir secciones horizontales o direccionales que se extienden miles de metros.

6 Las fracturas se crean mediante el bombeo de grandes cantidades de fluidos a alta presión hacia abajo un pozo y en la formación de roca de destino. El fluido de fracturamiento hidráulico consiste comúnmente de aditivos de agua, algunos químicos y arena, que se abren y amplían las fracturas dentro de la formación rocosa. Estas fracturas pueden extenderse a varios cientos de metros de distancia de la boca del pozo. Los agentes de sostén (arena, bolitas de cerámica u otras pequeñas partículas incompresibles) mantener abierta las nuevas fracturas creadas.

Una vez se ha completado el proceso de inyección, la presión interna de la formación de roca hace que el fluido se devuelva a la superficie a través del pozo. Este líquido se conoce como "flujo de retorno" o "agua producida" que puede contener los productos químicos inyectados además de materiales de origen natural tales como salmueras (agua saturada de sal), metales, radionúclidos, y los hidrocarburos. El agua producida y el flujo de retorno se almacena normalmente en el lugar en tanques o pozos antes del tratamiento, eliminación o reciclaje. En muchos casos, se inyecta subterráneo para su eliminación. En las zonas en que no es una opción, puede ser tratada y reutilizada o procesada por una planta de tratamiento de aguas residuales y luego dado de alta a las aguas superficiales.

Este proceso conlleva una serie de impactos ambientales, algunos de los cuales aún no están plenamente caracterizados o comprendidos, 7 entre ellos contaminación de las aguas subterráneas, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano), terremotos (sismicidad inducida), contaminación acústica e impactos paisajísticos. Además de estos impactos, también se debe tener en cuenta los relacionados con el tráfico de camiones para transportar el gas extraído, el consumo de agua y la ocupación del territorio.

Contaminación del agua

El proceso de fractura hidráulica consume enormes cantidades de agua. Se ha calculado que se requieren entre 9.000 y 29.000 metros cúbicos de agua para las operaciones de un solo pozo. Esto podría causar problemas con la sostenibilidad de los recursos hídricos incluso en países de clima templado, y aumentar la presión del consumo de suministros en las zonas más áridas.

Se sabe muy poco de los peligros ambientales asociados con los productos químicos que se añaden a los fluidos usados para fracturar la roca, productos que equivalen a un 2% del volumen de esos fluidos. Se sabe que hay al menos 260 sustancias químicas presentes en alrededor de 197 productos, y algunos de ellos se sabe que son tóxicos, cancerígenos o mutagénicos. Estos productos pueden contaminar

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