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UN COLLAR DE PERLAS, UN SOMBRERO Y UN VESTIDO


Enviado por   •  8 de Febrero de 2020  •  Documentos de Investigación  •  821 Palabras (4 Páginas)  •  140 Visitas

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UN COLLAR DE PERLAS, UN SOMBRERO Y UN VESTIDO

Por Beatriz Torres Martínez

Heme aquí, en medio de los atavismos no manifestados en generaciones intermedias.

cual si estuviese vedado para ellas, la copa ya vacía de los ditirambos estivales, otrora,

rebosante de los roncos bramidos de las olas que se quiebran en francas llamas blancas;

delante del agua salaz de ojos humanos, cuyas ilaciones deducen el estrepitoso mutismo

de  las  endebles cicatrices de la tarde que versan elocuentemente así:

Los atavismos no manifestados en  generaciones intermedias me remite cuando tenía 6 años, fuimos a visitar a mi bisabuela y recuerdo que ingrese en su recamara. Tenía un armario blanco con imágenes pintadas en los costados, habían dos muñecas: el estilo del mueble era antiguo. Del ropero saque un banco, me subí y tome unas perlas en forma de collar, un sombrero y un vestido. Me disfrace y dispuse un espejo para verme.

La gente dice que recordar es vivir, aquí expreso que las cosas pasadas pueden hacerse presentes y vívidas a través de nuestra existencia. ¿Por qué no utilizar los atavismos y actitudes o el lenguaje de épocas inmediatas anteriores, y por que condenarlas a ser restringidas a un ámbito clasista, descontinuado e injustificadamente retrograda respecto de un presente no conquistado?

Como en otros tiempos, dichos atributos rebosaban de juventud y espontaneidad sin estar restringidos únicamente a términos insidiosos, nada mas que un exceso de civilización; insisto en que las personas confunden el espacio con el tiempo. La generación actual es una generación espacial, porque en un espacio disponible intentan identificar las cualidades de afinidad, ambientación, accesibilidad, control y mas control en la sucesión de eventos, viendo como se repitan, embruteciendo la percepción y la verdad, todo aquello que es consonante con la naturaleza. Mientras se divorcian la contemplación natural del oficio ocioso de la comunicación y la falta de proporción inteligible sin características, es decir, antecedente y consecuente, relacionándolas con variados convencionalismos idénticos a una figura de cera, con todos los rasgos que la distinguen de un modelo sin génesis y sin parentesco.

El intruso por inoportuno acecha a la niña,  especulando de la imagen que confronta, sin comprender lo que vive la niña con sus imágenes, su individualidad; todas esas ilaciones, pensamientos inconexos,  junto con el mismo ser que las intuye (el intruso con su personalidad), las especula, estando coronadas con un intempestivo silencio, un abrumador, obligado e innecesario silencio en vez de una escucha activa a la respiración del sujeto que escudriña . Esas cicatrices de la tarde (metonimia) refieren que el contraste entre lo que acontece y lo que consiguientemente es generado como lo acontecido equivalen a una relación dual en lo temporal.

“Mirada inquieta de plata intenso,

pez dorado del azul profundo, ven a mí.  

te escucho siempre cuando estoy en derredor

de una nube gris y de una inmensa brisa alegre.  

La fantasía propia descubriendo y la sensación del descubrimiento ante el ropero que inunda e instruye a los sentidos de la niña, a fin de indagar posteriormente, cual puede ser algún significado para las palabras legado y herencia que, la conducirán hasta sus semejantes cuando su aventura se traduzca en el lenguaje hablado y escrito de las sociedades.

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