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Cuadro descriptivo: Dimensiones de la Educación Socioemocional y habilidades asociadas


Enviado por   •  29 de Enero de 2024  •  Tareas  •  2.677 Palabras (11 Páginas)  •  19 Visitas

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Actividad. Cuadro descriptivo: Dimensiones de la Educación Socioemocional y habilidades asociadas. (p. 537-561)

Instrucciones:

De manera individual elabora un cuadro descriptivo del tema según lo que se pide. Puedes desarrollar también otro tipo de organizador gráfico para su mejor comprensión y entregarlo en lugar del cuadro descriptivo.

Nombre:

Ana Fernanda Antelo Flores, Mayra Guadalupe Buitimea Rosas, Karla Michelle Davila Hernandez, Samantha Evangelina López González,

Angelica Martínez Valenzuela, Dora Alicia Monteon Corral.

Grupo:

2° “B”

Fecha:

17 de mayo de 2023

Nota: Puedes agregar más filas para cada dimensión si lo consideras para mejor organización de las ideas.

        

Dimensiones

Importancia de la dimensión↓

¿Cómo cultivar y fortalece la dimensión? ↓

Habilidades asociadas a la dimensión

La dimensión en el contexto escolar

Autoconocimiento

Implica reconocer en uno mismo fortalezas, limitaciones y potencialidades, adquirir la capacidad de apreciar y agradecer, e identificar condiciones internas y externas que promueven el propio bienestar.

Importancia:

Al tener conocimiento de cómo las emociones, pensamientos y deseos influyen en su manera de interpretar y actuar en una situación, el estudiante puede tomar responsabilidad sobre su mundo interno y hacer los ajustes necesarios para actuar consciente y libremente. requiere que explícitamente se desarrollen los procesos de atender, ser conscientes, identificar, almacenar, recordar y analizar información sobre uno mismo.189 Todos estos procesos son críticos para el éxito académico y para la autorregulación de la conducta.

Conocerse a sí mismo requiere que el estudiante gradualmente adquiera habilidades que le permitan explorar conscientemente sus estados, sus procesos de pensamiento y su sentimiento, para posteriormente regular la manera de responder de una forma asertiva a diversas situaciones que se le presenten en la vida.

Atención: permite enfocar los recursos sensoperceptuales y mentales en algún estímulo particular. Una manera de trabajar con la atención, particularmente relevante para la pedagogía y el desarrollo socioemocional, es desde el enfoque de la neurociencia. Existen diversas técnicas para aprender a regular la atención; entre ellas destacan técnicas de entrenamiento mental, que además ayudan a generar calma y claridad mental, reducen el estrés y promueve el bienestar.

Conciencia de las emociones: requiere de la capacidad de observar y reflexionar sobre la influencia que ejercen los diferentes estados mentales y emocionales en la manera de experimentar lo que le sucede y percibe, así como en sus decisiones y conductas. implica también reconocer el impacto de las acciones propias en otros y en el medioambiente, así como identificar el impacto de otras personas y del entorno en uno mismo.

Autoestima:  se basa en una adecuada valoración e identificación de las propias capacidades, limitaciones y potencialidades, como individuos y como miembros de una comunidad; al hacerlo se genera un sentido de apreciación y respeto hacia nosotros mismos y nuestras ideas, lo cual es esencial para actuar con autonomía.

Aprecio y gratitud:

Del aprecio deviene la gratitud, que se manifiesta como una emoción placentera y que se consolida en acciones para cuidar y proteger aquello que trae bienestar.

Bienestar: habilidad relacionada con el ser y estar, así como con el hacer y el convivir, y como tal, se aprende a vivir. depende del estudiante y de su relación con los demás, que trasciende factores externos o estímulos.

Es indispensable que los estudiantes reflexionen sobre su mundo interno y expresen sus necesidades, emociones, motivaciones, preferencias, fortalezas y limitaciones. Para ello es esencial tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Espacio seguro
  • Cuidado al generar acuerdos de trabajo
  • Motivación
  • Mirar hacia adentro para explorar las emociones
  • Documentar
  • Rutinas y transversalidad

Autorregulación

La autorregulación es la capacidad de regular los propios pensamientos, sentimientos y conductas, para expresar emociones de manera apropiada, equilibrada y consciente.

La importancia de la autorregulación cuando una persona no regula sus estados emocionales se refleja en su conducta y pensamientos, pues actúa de forma confusa, desorganizada. Esto disminuye su capacidad para responder y tomar decisiones de manera responsable, objetiva y reflexiva.

Cultivar la autorregulación forma personas reflexivas, capaces de escuchar, tolerantes y respetuosas, con lo cual se favorece el aprendizaje, y la prevención y manejo asertivo de conflictos.

La capacidad de autorregulación se puede cultivar mediante prácticas que produzcan un cambio en los procesos perceptuales y cognitivos asociados a esta capacidad, tales como la atención y la conciencia de las propias sensaciones y pensamientos, para expresar respuestas emocionales apropiadas y evitar respuestas impulsivas. Implica regular los impulsos emocionales, las respuestas “automáticas” frente a estímulos específicos que, en ocasiones, despiertan respuestas emocionales instintivas.

Para fortalecer la autorregulación, es imprescindible trabajar las capacidades para lidiar con los estados emocionales, lo que algunos autores denominan habilidades de afrontamiento emocional

Metacognición: Tener conciencia de los procesos del pensamiento permite potenciar el aprendizaje y regular las emociones. La capacidad de planeación, de anticipación, de aprender del error.

Expresión de las emociones: Expresar con respeto y claridad las emociones y sentimientos, tomando en cuenta a los demás y al contexto, es fundamental para alcanzar una buena autorregulación emocional. Implica reconocer el impacto que una expresión emocional externa puede tener en el propio comportamiento y en el de otras personas

Regulación de las emociones: Significa tener la capacidad de gestionar la intensidad y la duración de los estados emocionales, de manera que los estudiantes puedan afrontar retos y situaciones de conflicto de forma pacífica y exitosa sin desgastarse, lastimarse o lastimar a otros

Autogeneración de emociones para el bienestar: Experimentar emociones no aflictivas, de forma voluntaria y consciente, ayuda a mantener la motivación a pesar de la adversidad o la dificultad,

Perseverancia: Mostrar constancia en la persecución de objetivos, a pesar de las dificultades; así como diferir las recompensas inmediatas a favor de otras más a largo plazo que generan un mayor grado de bienestar.

La vida cotidiana y sus experiencias son el detonante del desarrollo socioemocional y cognitivo de las personas.

Es importante considerar los siguientes factores asociados a la autorregulación en un contexto educativo:

  • Aceptación de la necesidad: Para que inicie un proceso de autorregulación es necesario aceptar que los sentimientos y las emociones deben ser regulados. En este sentido, los estudiantes deberán reconocer en ellos mismos el beneficio de modular su expresión emocional.
  • Expresión emocional apropiada: Tomar consciencia de que un estado emocional puede modificar el propio comportamiento y el de otras personas, y comprender cómo estas expresiones se pueden enfatizar o moderar.
  • Tolerancia a la frustración: Este factor es muy común en el aula escolar debido a problemas, situaciones de conflicto que no parecieran tener una solución evidente; de ahí la necesidad de apoyar a los estudiantes para que aprendan a modular la sensación de insatisfacción, y generen emociones que conlleven a la calma a pesar de las dificultades.

Autonomía

La autonomía sienta las bases del sentido de agencia o autogestión, mismo que se relaciona con la percepción de autoeficacia, con la capacidad de determinación y con la conformación de la identidad. El sentirse capaz para realizar una tarea o actividad por sí mismo, una

visión integral de la autonomía requiere no solo considerar al estudiante en

su individualidad, sino en relación con otros y con su contexto sociocultural y

ambiental, ya que ser autónomo implica también buscar el bienestar colectivo.

Según Piaget, la autonomía puede desarrollarse en dos ámbitos principales:

-El moral y el intelectual.

  • La autonomía moral se considera como la capacidad de distinguir el bien del mal, tomar decisiones y actuar en función de lo que le beneficia a él y a los demás.
  • La autonomía intelectual es cuando la persona es capaz de pensar y resolver problemas haciendo uso de sus recursos y experiencias, así como en sus conocimientos y herramientas para llegar a sus propias conclusiones, distinguiendo lo verdadero de lo falso.

Según Vygotsky, a partir de la interacción social, ya sea con el docente o con sus pares, se va gestando en el estudiante la capacidad de comprender por sí mismo el mundo que lo rodea. Este desarrollo tiene lugar a nivel interpersonal y luego se internaliza.

Iniciativa personal:

Es una autonomía vinculada al crecimiento personal y a la identidad, con la cual los niños demuestran su habilidad para utilizar las propias capacidades y realizar acciones que les ayuden a valerse por sí mismos, también a determinar en libertad los valores, los intereses y la cultura propia a través de la reflexión crítica, encaminada a definir su identidad personal.

Identificación de necesidades y búsqueda de soluciones:

Se manifiesta cuando la persona se hace preguntas sobre su realidad y logra combinar conocimientos y habilidades para generar productos originales en un ámbito específico.

Liderazgo y apertura:

Implica identificar los puntos de vista propios de manera reflexiva y considerar los de los demás.

Toma de decisiones y compromiso:

Se relaciona con la capacidad de tomar decisiones sobre sí mismo y actuar en función de lo que beneficia o lo perjudica a sí mismo y a los demás.

Autoeficacia:

Implica contar con un sentido de agencia, haber tenido

oportunidades prácticas para llevar a cabo tales acciones, y tener un acervo de

experiencias previas que apoyen esa confianza personal.

En este sentido, la autonomía se gesta en la interacción respetuosa entre el yo, el

otro, y el entorno social y ambiental.

Al vincularse en un diálogo activo sobre la realidad que les rodea, el docente favorece que el estudiante tome conciencia de sí mismo y de su entorno, tome decisiones autónomas informadas y de forma asertiva, buscando el bien personal y el de los demás. El respeto y el diálogo activo son entonces algunos de los principales vehículos que el educador puede utilizar para favorecer la autonomía. se valoran las opiniones de los estudiantes y se les da la oportunidad de plantear hipótesis o de reflexionar críticamente sobre algún fenómeno o hecho;

cuando se facilita que tengan experiencias prácticas en las que tomen decisiones, las argumenten y asuman las consecuencias de estas, se está

cultivando la autonomía, de ese modo los estudiantes aprenden a pensar

por sí mismos, a ser autogestión y a considerar diversos factores antes de

tomar decisiones.

Es necesario educar en la autonomía para lograr una sociedad más justa, incluyente, solidaria y libre.

Empatía

La empatía es un elemento central del desarrollo afectivo y ético de las personas.

Es el elemento precursor de la moral, o dicho de otra manera, el “empático” origen del desarrollo ético y moral.

Hablando de las propias emociones posibilita que los niños y los adolescentes, cuando crecen, se conecten con las demandas y emociones del medio social, asuman riesgos, sean creativos y emprendan proyectos que no respondan solamente a sus propias necesidades, sino también a las de los demás y a las de su contexto social más amplio.

Por otro lado, es fundamental también en la comunicación humana. Se relaciona con la capacidad de percibir, identificar y comprender los aspectos afectivos, conductuales y actitudinales que comunica el otro a través del lenguaje verbal, corporal y gestual.

No muestra claramente que significa tener empatía, para tenerla debemos tomas en cuenta que es necesario identificar lo que la otra persona siente o piensa, y responder a sus pensamientos o sentimientos de una manera adecuada a las circunstancias.

Inicia con la capacidad de identificar y sentir con otros, acompañando la identificación con los “afectos” positivos o negativos que siente la otra persona, aunque no sea con la misma intensidad.

Bienestar y trato digno hacia otras personas

Se basa en reconocer el valor de uno mismo y de los demás sin excepción, por su condición de seres humanos y, en consecuencia, como merecedoras de cui- dado, atención a sus necesidades y respeto, lo que producirá sentimientos de bienestar.

Toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto

Es la capacidad de identificar las emociones de otras personas, así como de comprender puntos de vista, necesidades e intereses distintos, los cuales pueden ser incluso contrarios a los propios.

Reconocimiento de prejuicios asociados a la diferencia

Es el reconocimiento de las ideas, sobre todo negativas, en torno a las personas que son diferentes a uno mismo; ideas que separan, segregan o excluyen y que es necesario transformar para que predominen los aspectos positivos que se tienen en común.

Sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación

Se trata de despertar sentimientos de interés, solidaridad y empatía hacia otras personas, sobre todo hacia quienes se les ha vulnerado su dignidad como seres humanos. La empatía es una respuesta emocional que se experimenta ante las vivencias emocionales ajenas y que permite sentir lo que la otra persona siente.

Cuidado de otros seres vivos y de la naturaleza

Hace referencia a la conciencia de pertenencia planetaria, y esto implica asumir la responsabilidad del cuidado de la naturaleza y la conciencia del sufrimiento de los animales y plantas que la conforman.

La empatía no solamente puede enfocarse desde una perspectiva disposicional, sino también situacional.

Para trabajar en el ámbito educativo es necesario tomar en cuenta distintos aspectos como son:

  • Aprender a leer las expresiones emocionales, mediante la observación de situaciones o experiencias, de las más cercanas a las más lejanas para el propio individuo.
  • Promover el diálogo generativo y no confrontativo. La escucha activa y la participación social son fundamentales para la convivencia empática.

Así como también desarrollar el pensamiento crítico y sistémico, intercambiar experiencias, evocar situaciones y anticipar sentimientos y emociones asociados, experiencias de apreciación y creación artística.

Otra de ellas que permite poner en práctica y ver en situación las oportunidades que se generan para una buena convivencia es el trabajo con situaciones, dilemas y conflictos semirreales o reales que se dan en la escuela.

Colaboración

Aprender a colaborar permite desarrollar una conciencia más amplia

que supera el individualismo y nos hace capaces de construir una comunidad. La persona que

se siente parte de una comunidad satisface la necesidad fundamental del

sentido de pertenencia, pero también la del reconocimiento, porque en la comunidad no solo se es parte de algo, sino que se es alguien. La vida

entonces cobra un sentido y un propósito más claros, pues nos percibimos

como agentes activos y partícipes de un proyecto común. Aprendemos a ser

para hacer y convivir.

Una manera de fortalecer esta dimensión socioemocional es

mediante el cultivo de habilidades asociadas con la convivencia, la comunicación y la negociación de conflictos.

Comunicación asertiva:

Capacidad de entablar un diálogo a partir de escuchar activa

y atentamente al otro, al tiempo que se exponen los propios sentimientos y puntos de vista de una manera clara pero respetuosa. Permite estar consciente de los deseos y necesidades del otro y tratar

de armonizarlos con los propios.

Responsabilidad:

Garantiza que todos los integrantes de un grupo realmente se beneficien del trabajo y aprendizaje colaborativo. Es un acto voluntario, que parte de la autonomía y de la autorregulación; también va de la mano del respeto hacia los demás integrantes.

Inclusión:

Se funda en el aprecio y el respeto por la diversidad como fuente de la riqueza y creatividad de la interacción social, y por tanto es indispensable para fomentar la colaboración. Gracias a la actitud inclusiva una persona puede reconocer y valorar las diferencias en las personas, integrar a otros dentro de un grupo de trabajo, apreciar sus aportes, encontrar caminos comunes. La inclusión ayuda a reconocer y valorar

las diferencias y a crear un mundo más equitativo y justo.

Resolución de conflictos:
Es una de las habilidades más importantes para desarrollar la capacidad de colaboración. En la relación con los demás el antagonismo es inevitable, pues surge la oposición entre los intereses o los puntos de vista, por lo cual el manejo de conflictos se vale de las habilidades anteriores para buscar la mejor solución ante una discrepancia

que surja.

Interdependencia:

Es la capacidad de concebirse a sí mismo como parte de un sistema de intercambios y sostenimiento mutuo. Reconocer el valor de cada uno de los integrantes de la vida comunitaria y social requiere, a su vez, de la metacognición.

Es fundamental para el desarrollo de los niños y adolescentes que interactúen entre sí, pues
es precisamente la interacción entre pares lo que posibilita la confrontación de puntos de vista; o la aparición de un conflicto cognitivo lo que obliga a examinar y a argumentar las propias ideas y, en su caso, modificarlas. Este proceso de revisión enriquece el aprendizaje.

Plantea desde el inicio un horizonte común, en donde el objetivo principal es la realización colectiva de una meta compartida. En este escenario se establece una simetría y una mutualidad plena, pues todas las personas participan desde un plano de igualdad en

todo momento.

Lograr que los estudiantes trabajen de un modo colaborativo requiere de una cuidadosa planificación por parte del docente. La colaboración no consiste únicamente en solicitar a los estudiantes que formen equipos, sino que han de trabajarse de manera deliberada y explícitamente aquellos aspectos que permiten
que la interacción entre las personas sea positiva, armónica y productiva.

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