Esayo Sobre El Huevo

Para eso hacen falta huevos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que México es el país donde más huevo se consume anualmente: ¡27 kilos por persona! Esta cantidad sobrepasa por tres kilos a nuestros amigos chinos. Así que somos el primer país productor de óvulos, fecundados o no, rodeados de sustancias nutricias y protegidos por una envoltura más o menos rígida.

Esta situación hacía que los padres de familia mexicanos prefirieran gastar dinero en la compra del huevo en vez de carne de res, pollo o pescado para

darles a sus hijos en el lunch escolar, ya que con las altas cuotas de colegiatura, o útiles, el huevo era la opción para economizar.

El mes de enero también es, o era, la fecha ideal para comprar huevo porque los gastos navideños y de año nuevo repercuten en los bolsillos, dejando así un hueco suficientemente grande para que se escabullan las “carnes selectas”.

En esas fechas los vendedores se aprovechan de los inocentes y quebrados clientes para subir sus costos. Aunque, últimamente, gracias a la “gripe aviar”, todos los días se compra este alimento a precio de oro. Por ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), como otros organismos gubernamentales, se han dado a la tarea de regularlos porque se han disparado de $16 el kilo a $40. Incluso, en el mes de agosto de 2012, ha subido hasta 70 pesos por kilo.

Y en lo que esperamos una pronta y económica solución, por qué no desmentir algunos mitos de este delicioso alimento:

Mito número uno:

Comer huevos al estilo inigualable de Rocky Balboa, crudos y en ayunas, no nos hará los más fuertes del mundo, ni campeones mundiales. La verdad, es que la digestión será menos adecuada, ya que sin cocción, no cumple con las condiciones óptimas para que el intestino los digiera con sus enzimas.

Mito número dos:

El consumo de huevo crudo podría contener ciertas bacterias como la salmonella. Y aunque la yema y la clara no contienen dicha bacteria, el cascarón sí.

Sucede que en muchas ocasiones no tratamos con suficiente higiene nuestros alimentos y a la hora de prepararlos, juntamos el contenido con la cáscara

(contaminada), infectándose el contenido del mismo. Sin embargo, la bacteria de la salmonella puede morir cuando se cocina el huevo; pero muchas otras veces no pasa, y es cuando la infección estomacal nos provoca vómito y diarreas con fiebres y malestares corporales. ¿Cómo evitar el contagio? Muy sencillo: lavarlos con agua y jabón.

Un estudio demuestra cómo las distintas formas de preparar huevos revelan rasgos de personalidad e incluso de nuestra sexualidad. El modo de cocinar huevos revela no sólo sus gustos personales, sino que también pone de relieve rasgos

...