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Analisis Transaccional


Enviado por   •  4 de Junio de 2015  •  2.351 Palabras (10 Páginas)  •  169 Visitas

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El análisis transaccional

es un sistema de psicoterapia individual y social que se engloba dentro de la psicología humanista y que fue propuesto por el psiquiatra Eric a partir de los años 1950 en Estados Unidos, quien lo divulgó a través de su libro Juegos en que participamos. Actualmente el análisis transaccional se encuentra en un momento de cambios con respecto a algunos de sus paradigmas. Sin embargo, la práctica del método sigue persiguiendo la eficacia de cara a que el cliente pueda cambiar sentimientos, pensamientos y comportamiento.

La psicoterapia del análisis transaccional es reconocida como un método científico para el tratamiento de trastornos psiquiátricos en Suiza y en Austria, dos países con una alta cultura en tratamiento de trastornos psiquiátricos.

A nivel funcional, busca facilitar el análisis de las formas en que las personas interactúan entre sí, mediante transacciones psicológicas, con sus estados del yo Padre, Adulto y Niño, aprendiendo a utilizar el primero para dar cuidados, el segundo para individualizarnos y el tercero para buscar y recibir cuidados, tanto en nuestra interacción con los demás, como también en nosotros mismos, creciendo en el logro de una personalidad integradora.

A nivel profundo, busca facilitar el abandono del guión psicológico que decidimos en la infancia bajo la influencia de las figuras parentales y de autoridad, pero que fue necesario para sobrevivir y que podemos aún estar siguiendo de forma inconsciente. Al dejar el guión, dejamos también de jugar los juegos psicológicos que lo refuerzan, pudiendo entonces usar integradoramente nuestra capacidad de pensar, sentir y actuar, al servicio de un vivir saludable.

LOS ESTADO DEL YO

YO PADRE: Es un estado en el que se actúa, piensa o habla con los patrones aprendidos de los padres o alguna figura autoritaria importante en la niñez.

Nos enseñaron lo que está bien y lo que está mal, cómo se debe vivir, sentir, en qué debemos creer. Todo eso quedó grabado y dentro de cada uno hay un “padre interior”.

Dependiendo de cómo nos trataron, esa figura podría ser crítica, como un padre recto, poco flexible, autoritario, enfadado, serio, rígido, juzgador, culpabilizador, etc.… O también si hemos tenido la suerte de tener unos padres nutritivos, cuando estemos en el estado del yo padre, nos comportaremos de una manera flexible, ayudadora, halagadora, cooperadora, aportando refuerzo positivo, etc…

Todo depende de los patrones que hayamos aprendido en la niñez. Tu estado del yo padre será como una copia de lo que viste y copiaste en tu infancia.

YO ADULTO: Es el estado más racional y realista. Un estado desde donde se analiza información, se ordena y se toma la decisión que se cree más acertada, sin dejarse influenciar por las emociones ni las normas.

Se centra en “lo que se debe hacer” y no en “lo que se desea hacer”. Las reacciones del adulto son las ideales para que cualquier conversación tenga fluidez y sea positiva. Es el estado que aminora conflictos y devuelve el bienestar a las situaciones.

El adulto es el que piensa y razona de una manera realista. Los otros dos estados de padre y niño, están más dominados por las emociones y reacciones automáticas.

Una persona que está actuando desde un estado del yo adulto, se mostrará sincera, humana, respetuosa, flexible, empática, resolutiva. Es el estado más racional y eficiente, porque se basa en la lógica sin dejar que las emociones enturbien el pensamiento inteligente.

YO NIÑO: Es la parte más dominada por los deseos, impulsos, sueños, espontaneidad, creatividad, entusiasmo. Es la parte espontánea y la de los impulsos naturales. También el yo niño, si está dañado, tiene su vertiente insegura, vergonzosa, atemorizada, cruel, egoísta.

Responderemos desde este estado como lo hacíamos cuando éramos niños, con un alto grado de fantasía y poca racionalidad.

No es negativo sacar este estado. Reprimir a nuestro niño interior trae consecuencias negativas. Hay que dejar que salga, que sienta, se divierta. Si la cuidas en vez de reprimirla, la parte adulta se desarrollará de una manera saludable. Todos llevamos dentro el niño que fuimos.

TIPOS DE TRANSACCIONES

En las transacciones cruzadas (Fig. 2) el estímulo que parte de un estado del yo de una persona y se dirige a un estado del yo de otra persona, recibe desde otro estado del yo una respuesta no pertinente o inesperada, es decir, cruzada. Y la segunda regla de la comunicación dice que cuando sucede una transacción cruzada se rompe la comunicación, aunque a veces en el fondo ello puede conducir a otro tipo de comunicación positiva.

En las transacciones ulteriores angulares (Fig. 3) desde un mismo estado del yo de una persona parte un doble estímulo, social y psicológico, que se dirige a dos estados del yo de la otra persona, uno recibiendo el estímulo social y el otro el psicológico. Si esta persona responde complementariamente al nivel psicológico, la transacción logra su finalidad. Si no, si responde complementariamente al nivel social, la transacción no logra lo que pretendía. Y la tercera regla para las transacciones ulteriores en general, es que en ellas su finalidad está en el nivel psicológico y no en el nivel social.

En las transacciones ulteriores dobles (Fig. 4) desde dos estados del yo de una persona parte un doble estímulo, desde un estado del yo el estímulo social y desde el otro el estímulo psicológico, dirigiéndose a dos estados del yo de la otra persona y complementándose la respuesta de ésta tanto en el nivel social como en el nivel psicológico, aunque siendo este último el que rige la transacción y su finalidad, de acuerdo con la tercera regla de la comunicación anteriormente citada. Las transacciones ulteriores dobles son las que subyacen en la dinámica de los juegos psicológicos, posibilitándolos.

Existen también las denominadas transacciones ocultas, que obedecen a un lenguaje de doble sentido, que se presta a malinterpretar el mensaje, o a no darse cuenta del mensaje oculto que esconde la transacción visible. Son propias del flirteo, el cinismo y otros elementos en los que no voy a entrar, y por supuesto si no es entre amigos y en momentos de diversión, no las recomiendo en absoluto. Sólo algunos ejemplos. Entre paréntesis y cursiva, el mensaje real.

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