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Cantar Segundo Mio Cid


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  4.156 Palabras (17 Páginas)  •  768 Visitas

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CANTAR SEGUNDO

Bodas de las hijas del Cid

Tirada 64

El Cid se dirige contra tierras de Valencia

Aquí se empieza el poema de Mío Cid el de Vivar.

Ya ha poblado Mío Cid aquel puerto de Alucat,

se aleja de Zaragoza y de las tierras de allá,

atrás se ha dejado Huesca y el campo de Montalbán

de cara a la mar salada ahora quiere guerrear:

por Oriente sale el sol y él hacia esa parte irá.

A Jérica gana el Cid, después Onda y Almenar,

y las tierras de Burriana conquistadas quedan ya.

65

Toma de Murviedro

Ayudóle el Creador, el Señor que está en el cielo,

y con su favor el Cid pudo tomar a Murviedro.

Bien claro ha visto que Dios siempre le va socorriendo.

En la ciudad de Valencia ha cundido mucho miedo.

66

Los moros valencianos cercan al Cid.

Éste reúne sus gentes

Arenga

Aquello a los de Valencia muy poco gusto les da.

En consejo se reúnen y al Cid fueron a cercar.

Marcharon toda la noche; cuando el alba fue a rayar,

allí cerca de Murviedro sus tiendas van a plantar.

El Campeador al verlos se empieza a maravillar:

"¡Alabado sea Dios, Señor espiritual!

Nos metimos en sus tierras, les hacemos mucho mal,

el vino suyo bebemos y nos comemos su pan.

Con buen derecho lo hacen si nos vienen a cercar,

como no sea con lucha esto no se arreglará.

Salgan mensajes a aquéllos que nos deben ayudar,

los unos vayan a Jérica y los otros a Alucat,

desde allí pasen a Onda y después hasta Almenar,

que las gentes de Burriana se vengan ya para acá.

Pronto tiene que empezarse esta batalla campal.

Nuestro provecho en Dios fío que con ella crecerá".

Al pasar el tercer día todos juntados están.

Mío Cid el bienhadado entonces empieza a hablar:

"Sálveos el Creador, mesnadas, y ahora escuchad:

después de que nos salimos de la limpia cristiandad

-y no fue por nuestro gusto, no se pudo remediar--,

gracias a Dios nuestras cosas siempre hacia adelante van.

Hoy las gentes de Valencia nos han venido a cercar;

si en estas tierras nosotros nos quisiéramos quedar,

muy firmemente a estos moros tenemos que escarmentar".

67

Fin de la arenga del Cid

"Cuando se pase la noche y ya venga la mañana,

tenedme bien preparados los caballos y las armas;

entonces iremos todos a atacar a su mesnada.

Hombres desterrados somos, estamos en tierra extraña,

en la lucha se ha de ver quién merece la soldada".

68

Minaya da el plan de batalla

El Cid vence otra lid campal

Toma de Cebolla

Oíd ahora lo que el bueno de Álvar Fáñez quiso hablar:

"Mío Cid, lo que habéis dicho como os place se hará,

dadme a mí cien caballeros, no os quiero pedir más,

vos con los otros que quedan de frente iréis a atacar.

Heridlos sin compasión, atacad sin vacilar,

que yo con los otros ciento por otro lado iré a entrar

y fío en el Dios del cielo que el triunfo nuestro será".

Muy bien le parece al Cid lo que Minaya fue a hablar.

La mañana ya llegó y se empezaron a armar,

sabe cada cual el puesto que en la batalla tendrá.

Con el alba Mío Cid contra los moros se va:

"Por Jesucristo y Santiago que allá en los cielos están,

atacad, mis caballeros, a esos moros de verdad.

Aquí está Rodrigo Díaz, aquí está el Cid de Vivar".

Viérais allí tanta tienda romper y desbaratar ;

los postes los arrancaban, se empiezan a derrumbar.

Pero los moros son muchos y se quieren recobrar.

Minaya por otro lado ya los venía a atacar;

los moros, mal que les pese, por derrotados se dan,

a uña de caballo escapan los que pueden escapar.

A dos emires mataron en la caza que les dan

y hasta la misma Valencia van los cristianos detrás.

Grandes ganancias ha hecho Mío Cid el de Vivar,

todo aquel campo saquean, luego se vuelven atrás.

Con las ganancias que llevan en Murviedro entraban ya,

una

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