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EL Búho


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2012  •  Ensayos  •  1.020 Palabras (5 Páginas)  •  440 Visitas

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9- EL Búho

El Zarco se encontraba en su mayor esplendor, mucho de lo que soñaba lo había conseguido, su sed de sangre y rapiña estaban satisfechas, pero sentía que aún le faltaba algo. Era el amor, pero no de mujeres pasajeras, sino de una mujer hermosa, de una clase social superior a la de él, que lo quisiera sin ninguna condición.

Manuela era una mujer imposible para él, ya que era un pobre siervo. Estaba seguro que la linda muchacha de familia acomodada, vestida a cierto lujo, que recibía con una sonrisa los halagos de los hacendados, o de los apuestos empleados que pasaban en sus caballos, llenos de plata, para lucirse delante de ella, nunca se habría fijado en aquel criado.

Y ahora que era guapo, que traía los mejores caballos, que iba vestido de plata; ahora que podía regalar joyas, que valían mucho; ahora esa joven, la más bella de Yautepec, lloraba por él, lo esperaba todas las noches con gran amor, abandonaría a su familia por él e iba a entregársele a él sin límite; iba a mostrarla a todos, a pasearla por todos lados y a humillar a sus antiguos pretendientes. El amor que sentía el Zarco hacía Manuela, daba un sabor de venganza hacía los la joven y hacía los demás.

Todo aquello que sentía no era un sentimiento íntimo y hermoso, más bien era un deseo sensual y salvaje, excitado por la belleza de la joven.

Si ella hubiera sido menos bella o más pobre, tal vez él no desearía tanto su posesión. Iba a poseer a la linda joven para satisfacer una necesidad de su organización, ya había saboreado el placer de tener maravillosos caballos y de juntar onzas de oro y finísimos alhajas, solo le faltaba ese deseo.

Pero después de cumplir este deseo ¿qué haría con ella?, se preguntaba ¿se casaría con ella? Esto era imposible, y además una esposa legítima no halagaba su orgullo. Una querida como ella, si sería un triunfo entre sus compañeros. ¿Abandonaría aquella vida de peligros, para irse lejos, para disfrutar en un rincón de una existencia oscura y tranquila? Esto también era imposible, dejar aquella vida de peligros, pero también llena de abundantes recompensas, para conformarse a ser pobre, tranquilo, era exponerse a que algún día un alcalde de pueblo lo atrapará y lo encerrará en la cárcel para ser juzgado por todo el mal que hizo antes. Podía convertir sus riquezas en tierras para trabajar, en un rancho, en una tienda, pero está idea no le agradaba, ya que el solo hecho de pensarlo le ponía de mal humor. Pero, ya después, habría tiempo de decidir, cuando las circunstancias lo exigieran.

El Zarco iba reflexionando cuando se detuvo sobresaltado escuchando el canto de un búho que salía de entre las ramas de un gran árbol.

¡Maldito tecolote! – dijo en voz baja, sintiendo un frío que recorría sus venas - ¡Se le ocurre cantar siempre que yo paso! ¿Qué significa esto? – añadió, con precaución y sumergiéndose en negros pensamientos. Pero enseguida arreó su caballo y dijo:

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