EL DUENDE

EL DUENDE

No sé si esto sea cierto, pero la persona que me contó (una persona en la que confío y le guardo mucho respeto), lo hizo con mucha seriedad y con plena seguridad de que es verdadera.

En la selva peruana hay muchos mitos y leyendas que se creen son ciertos, aunque mucha gente los da por simples cuentos de viejas.

La historia realmente aquí, cuando un amigo (al que llamaré Carlos) viaja junto a su mamá, su hermano bebé y su amigo (al que llamaré Lucho) a la selva para asistir al matrimonio de un pariente de Juan y amigo de Lucho.

Ya que ese pariente conocía las leyendas de la Amazonía, les advirtió a la pareja que ya que su hijo no estaba bautizado, lo cuidaran bien porque los duendes se lo llevarían.

El matrimonio no hizo caso alguno de esto ya que no creían en duendes y esas “tonterías”, pero a Carlos lo dejó un poco pensativo.

Dos días antes de la boda, en la noche, dejaron el bebé en el cuarto donde dormiría. El niño, que no tendría más de un año, estaba en su cuna cuando sus padres lo dejaron. A eso de las doce de la noche, escucharon al bebé llorando y fueron a verlo, pero el bebé no estaba en su cuna, al contrario, se encontraba al borde de las escaleras a punto de caerse. La madre lo tomó y lo acunó. Al día siguiente no ocurrió nada y nadie habló del tema.

Esa noche, volvió a repetirse con la diferencia de que esta vez el niño apareció al pie y ya no lloraba. Al volver a ocurrir esto, Carlos se preocupó y dijo que dormía con el niño, pero Lucho se opuso como él dormía solo, aceptaron que fuera él que durmiera con el niño hasta q lo bauticen el día de la boda.

Carlos se despertó esa tercera noche al oír el sonido de las escaleras, despertó a su mamá y a todos mientras corría hacia el cuarto del niño. No estaba Lucho ni el bebé, ni en el cuarto del niño. Ni en las escaleras, ni en su cuarto, pero lograron ver una figura muy pequeña corriendo por el patio hacia los árboles que habían ahí cerca.

El pariente que se iba casar, Carlos, su mamá y a los que se habían despertado en el alboroto; entonces cogieron palanas, picos y agua bendita y salieron en busca del hombrecillo (por no llamarlo duende, pues eso parecía).

Corrieron a través del bosque, cuando estuvieron cerca le vieron unas orejitas puntiagudas, un cuerpecillo chiquito y regordete el duendecito se trepo a un árbol y volteo la cabeza para ver dónde están sus perseguidores, los perseguidores se quedaron asombrados con lo que vieron; el duende tenía un rostro al igual de Lucho y una sonrisa burlona en la cara. Luego saltó del árbol y cayó en el riachuelo, en el cual se sumergió (o se hundió) y no lo vieron salir.

Cuando el grupo se acercó al riachuelo se dieron cuenta de que el agua no les llegaba ni a las rodillas y dijeron.- ¿cómo pudo sumergirse, aún con ese tamaño?-¿qué les paso a Lucho esa noche, ya que nadie lo volvió a ver?-¿y si Lucho fuera el Duende, que fue lo que paso realmente con él?                                                                 Autor: Brayan Pool Cañari Ricce del 2°C

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