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EL SAPO Y SU PARAISO


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  605 Palabras (3 Páginas)  •  213 Visitas

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EL SAPO Y SU PARAISO

Hoy quiero contarles la historia de un Sapo, pero no de un sapo cualquiera; él es muy especial, recuerdan que en otros cuentos, el sapo se convierte en príncipe cuando lo besa una bella princesa? Pues a este no le sucede eso.

El diariamente se mira en el estanque y ve que le ha salido una nueva verruga y esto lo hace tan feliz, que salta y brinca por todos lados.

Pero una mañana, todo parecía diferente, el se despertó, y como siempre al bañarse, se admiraba de la nueva verruga que le había salido, pero esta vez, no sólo veía su imagen en el agua, sentía que no estaba solo, era como si ya no fuera el único dueño del que él llamaba su paraíso, sentía la presencia de alguien mas...

Muy lentamente...volteó a mirar y frente a su cara vio a una linda ranita de hermosos ojos, esto lo dejó sin palabras, pues hacía muchos años que él se encontraba sólo en ese lugar, tímidamente, le preguntó.... ¿Y tú quién eres?? Con una tierna sonrisa ella le contestó, ¡¡me dicen Anita!!

Ha!!! Y que haces por estos lados? porque andar sola, y en un lugar desconocido, puede ser muy peligroso!!

Si, ya lo sé, dijo Anita, pero es que al estanque donde vivía, llegaron unos hombres y sacaron toda el agua, disque porque allí harían lindas casas para ellos, y a nosotros nos dejaron sin las nuestras, y como yo no tengo a donde ir, he saltado y saltado, hasta que me encontré este hermoso lugar.

Ha! Pero es que hay un problema, dijo el sapo, yo hace muchos años vivo aquí solo y no quiero compartirlo con nadie.

Ohm....contesto Anita, bueno, será seguir mi camino y buscarme otro lugar, ¿pero sabe? Aquí realmente hace falta un poco de orden, pues mire que todo está tan sucio y desordenado que hasta las flores han perdido su color y su aroma.

El sapo ya muy molesto, miró a su alrededor y vio que Anita tenía razón, y él, nunca se había fijado en estos pequeños detalles, pero en fin, de todos modos, el así se había sentido feliz!

La pobre Anita, al ver que el sapo no decía nada, se alistó para seguir su camino, y entre salto y salto, poco a poco se fue alejando.

De pronto al sapo le entró un deseo inmenso de llamarla, porque al verla alejarse, se sintió muy solo por primera vez. Entonces decidió saltar y saltar muy alto hasta alcanzarla.

Cuando Anita escuchó un ruido detrás de ella, volteo y vio a su lado, al sapo con el que acababa de hablar, y le preguntó: ¿Por qué me sigues?

Y el sapo muy apenado le respondió:

Algunas veces nos acostumbramos a estar tanto tiempo solos, que no vemos lo hermoso que puede ser, estar acompañados, y perdemos la fragancia de las flores y todos los colores que están a

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