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“ENSAYO SOBRE LA EUTANACIA”


Enviado por   •  24 de Octubre de 2011  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  807 Visitas

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“ENSAYO SOBRE LA EUTANACIA”

La palabra eutanasia deriva de las raíces griegas eu, bueno, y thanatos, muerte, lo cual hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento.

El término eutanasia comporta connotaciones con carga emocional negativa: matar, verdugo, ángeles de la muerte, holocausto, asesinato, homicidio. Hoy se insiste en los términos de la muerte decorosa, digna e indolora. Estas expresiones, sin más, las aceptaría cualquier persona por lo que pueden significar emocional e intelectualmente. Nadie anhela una agonía indecente, miserable y dolorosa: “hay un deseo moral de morir antes que vivir sin decoro”. Algunos pacientes reclaman el derecho a que se les deje morir con dignidad, antes que soportar situaciones injustas, degradantes y desesperanzadas, que consideran peores aún que la misma muerte.

La eutanasia es un tema muy polémico si se analiza desde diferentes puntos de vista, esto es: médico, filosófico, político, ético, moral, religioso, económico, por lo cual el enfoque puede ser muy variado, dependiendo de la perspectiva que se maneje.

Por ejemplo, un médico que está relacionado con los diferentes tipos de enfermedades, principalmente terminales, sabe el curso que llevará cualquier padecimiento, y el grado de sufrimiento o dolor que le espera al paciente antes de llegar al desenlace final. Esto es difícil de percibir por el resto de la gente, y sólo el médico tiene esta visión y puede orientarse por optar por ayudar al bien morir, en lugar de un sufrimiento largo y prolongado.

En cambio, el religioso, por ejemplo un católico, se opondrá rotundamente debido a sus principios, que fueron recalcados por Santo Tomás de Aquino (“Dios da la vida y es el único que puede quitarla”, “el dolor humano es una oportunidad divina para aprender a purificarse”), lo que elimina cualquier posibilidad de eutanasia dentro de esta ideología.

Existen casos individuales, como el del inglés Bob Dent, de 66 años, que, después de haberle sido diagnosticado cáncer terminal, escribió una carta a la iglesia Episcopal Anglicana, donde manifestó su desilusión sobre la política dentro de la iglesia, diciendo: “Si usted difiere con la eutanasia voluntaria, entonces no la use, pero por favor no me niegue el derecho”.

Desde el punto de vista político, la situación es todavía más difícil y contradictoria, puesto que ahí intervienen varios factores en la toma de decisiones, entre los cuales están las leyes vigentes en tal o cual lugar (ciudad, país, etcétera), y se tiene que ajustar a éstas, debido a que las penalizaciones están muy claras y definidas.

Por ejemplo, en países como Canadá, algunos estados de los Estados Unidos (como Oregon), algunas áreas de Australia, Holanda y Japón, la eutanasia está aprobada legalmente.

Otros, como México, Camboya, Colombia, Nicaragua, algunos estados de los Estados Unidos y la mayoría de los países latinoamericanos, penalizan esta práctica.

Sin embargo, las Leyes y el contexto hospitalario no favorecen un desafío real en los casos limite (inseguridad jurídica: articulo 409 del actual Código Penal), olvidando el derecho del paciente a ser informado y a decidir libre y voluntariamente (consentimiento informado) sobre el rechazo de algunos tratamientos de soporte vital. El encarnizamiento terapéutico y la prolongación artificial de la vida pueden resultar indignos e inhumanos.

Al respecto se han realizado muchas encuestas, siendo en forma general los resultados a favor de la eutanasia de la siguiente manera: 60% en Estados Unidos, 74% en Canadá, 80% en Gran Bretaña y 81% en Australia.

Ahora, si nos enfocamos desde el punto de vista ético y moral, nos encontramos que las sociedades tienen costumbres, creencias y principios muy variados, que dependen de su historia, nivel cultural, etcétera.

Para algunas personas, estos principios son muy arraigados y se oponen ante cualquier situación que atente contra la vida humana. Existen grupos, como Pro Vida, que apoyan todo lo que se relacione con la vida, independientemente de su calidad. Ellos están en contra del aborto, los anticonceptivos, la eutanasia, etcétera.

En cambio, existen otras sociedades más relajadas, en donde inclusive se favorece la “cultura de la muerte”, y sus jóvenes la ven como algo muy natural y ligada a la vida misma, sin que les escandalicen estos temas.

En algunas sociedades el suicidio es un acto legal, y ha sido así por mucho tiempo, y ellos argumentan que se les debe dar esta capacidad de elección a las personas, para decidir cuándo terminar su propia vida. Además, existen algunos grupos de personas discapacitadas que tienen miedo de que la eutanasia sea el primer paso hacia la inclinación de terminar, sin su voluntad, con sus vidas.

Otro factor que tiene peso en la decisión de la eutanasia, es el aspecto económico. En una situación en la que la posibilidad de curación de un paciente es nula, y el esfuerzo económico puede resultar muy grande para poderle prolongar la vida, la balanza se inclina hacia la eutanasia, ya que ese dinero se puede invertir en otras situaciones donde las posibilidades de vida existen. Por ejemplo, utilizarlo en programas de cuidado prenatal y postnatal de infantes en situaciones de riesgo, o bien, apoyos nutricionales a poblaciones de bajos recursos.

Mucha gente argumenta que el dolor experimentado por los enfermos terminales puede controlarse a niveles tolerables, mediante el tratamiento adecuado. Sin embargo, diez millones de individuos en América del Norte no tienen acceso a la salud pública adecuada, y tal control del dolor no está disponible para

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