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El Llano en Llamas


Enviado por   •  24 de Julio de 2015  •  Reseñas  •  960 Palabras (4 Páginas)  •  241 Visitas

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Reseña del texto de Juan Rulfo:

El llano en llamas.

Quijada García Raúl Salador.

Módulo 4, 23 de julio del 2015.

Rulfo, Juan

El Llano en Llamas

ISBN: 9789685208581

Fondo de Cultura Económica. México, ©1957. 90 págs.

2ª Edición. Colección Popular, 1980.

Reseña informativa.

Facilitador, Tutor, compañeros de Prepa en Línea SEP.

        El llano en llamas, es el cuento que da título al volumen publicado en 1953 por el Fondo de Cultura Económica, donde se compilan cuentos inéditos y algunos previamente publicados, como este, que se publicó por primera vez en el #64 de la Revista América, en diciembre de 1950. Juan Rulfo fue becario de la Fundación Rockefeller, a través del Centro Mexicano de Escritores, y el producto esta beca fue este libro de cuentos, que catapultó a Rulfo al Parnaso de los escritores mexicanos, y una segunda beca consecutiva, permite la publicación de la novela Pedro Paramo, logrando un reconocimiento aun mayor, la inmediata traducción de sus obras hicieron que Rulfo se convirtiera en el escritor mexicano con mayor reconocimiento mundial. A pesar de la parquedad de su obra, Rulfo nos abunda, nos llena de imágenes vívidas, plenas de concepciones desafiantes a nuestra mente y nuestros sentimientos, haciendo un uso de su conocimiento de primera mano de la realidad que nos narra, pero transformada por su oficio, de manera que nos traslada a lugares tan reales que casi podemos sentir el aire caliente o el zumbido de las balas, y al mismo tiempo nos sorprendemos sumergidos en una realidad imposible, edificando un mundo ficticio, entreverado con el real, entrando y saliendo de uno al otro, hasta que finalmente concebimos en nuestra lectura ese mundo Rulfiano que lo hace tan difícil de catalogar, tal vez por esa razón se le considera dentro de la corriente del Realismo Mágico. Para quien no está familiarizado con la idiosincrasia mexicana, puede resultar curiosa, admirable, impresionante; mas su lectura en tierras mexicanas, luego de haber convivido, observado, participado de ella, deja de ser un golpe estético o una licencia poética, para convertirse en un reclamo ontológico, narrado de manera tal que llamarlo mágico, admirable, asombroso, incluso maravilloso, resulta escaso y vulgar.

        En “El Llano en Llamas” la dimensión literaria busca especificar qué constituye la realidad del hombre, tanto en el orden natural, tiempo y espacio, como en el sobrenatural, y su devenir. No refiere experiencias, personajes, tiempos ni espacios incógnitos, extraordinarios o asombrosos, “Cuando los vivos comenzaron a salir de entre las astillas de los carros, nosotros nos retiramos de allí, acalambrados de miedo.” sino todo lo contrario, la acción transcurre en una planicie repetitiva, suplicante y monótona, Hacía cosa de ocho meses que estábamos escondidos en el escondrijo del Cañón del Tozín, allí donde el río Armería se encajona durante muchas horas para dejarse caer sobre la costa.”  Y nos conduce, mediante una anécdota trivial, hacia una situación trágica, “—¡Ya sé que falta su padre, pero aguántense, aguántense tantito! Iremos por él!” que expone la naturaleza del protagonista y acaso de los restantes personajes, Como al principio, cuando nos habíamos levantado de la tierra como huizapoles maduros aventados por el viento, para llenar de terror todos los alrededores del Llano.” Sin siquiera entender el  motivo por que se involucran, mostrando lo malo, lo peor de sí mismos, el abismo de su introspección. Y surge el despliegue del paisaje, el cual sirve como escenario no autónomo de manifestación temporal, “Esperábamos dejar pasar los años para luego volver al mundo', cuando ya nadie se acordara de nosotros.”. La referencia a una situación trágica no implica el planteo de un momento extremo, final, que exija una decisión violenta o definitiva. “Pocos días después, en el Armería, al ir pasando el río, nos volvimos a encontrar con Petronilo Flores. Dimos marcha atrás, pero ya era tarde. Fue como si nos fusilaran.” La instalación de lo trágico en Rulfo radica en un estadio previo, subyacente y continuo. “Había vuelto la paz al Llano Grande. Pero no por mucho tiempo.” Toda la vida es trágica, existir es trágico. "Síganme, muchachos, vamos a ver qué toritos toreamos!" La naturaleza atrapa al hombre; “Olía a eso; a sombra recalentada por el sol. A amoles podridos.”. El tiempo envuelve y desplaza al hombre; “— Si no tienen nada urgente que hacer de hoy a mañana, pónganse listos para salir a San Buenaventura. Allí los está aguardando Pedro Zamora”. El hombre no entiende al hombre. “Y aunque no tenemos por ahorita ninguna bandera por qué pelear, debemos apurarnos a amontonar dinero, para que cuando vengan las tropas del gobierno vean que somos poderosos.” 

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