El miedoso

EL MIEDOSO

cierto día de julio los miembros de la familia Guimarães, papa Mañuco, Chabelita, Rudelfo y mama Doris empezaron el día, con una conversación muy curiosa y tenebrosa, Rudelfo había convertido una noche de salida en familia en una noche de susto y comedia.

Rudelfo había pasado una de las historias más trágicas en su corta vida, solo tenía 16 años y había tenido una experiencia terrorífica, un “Tunche” había silbado durante varias horas cerca a su casa y el miedo lo paralizo.

Imagínense que un espíritu ronde tu casa y tu sin saber qué hacer.

Durante casi 2 horas Rudelfo sintió el verdadero terror al escuchar silbar a un espíritu maligno cerca a su casa, su papa para animarlo empezó a hablar lo que el sabia sobre los espíritus.

Fue entonces que papa Mañuco inicio la conversación hablando del más conocido y temible espíritu que habita en la selva amazónica “el Tunche”.

Empezó su relato diciéndonos que los espíritus de los muertos habitan con nosotros, esos espíritus son de personas que tuvieron muertes trágicas y que divagan esperando justicia.

Papa Mañuco quiso minimizar la trágica noche de Rudelfo, haciendo mención al porqué de los espíritus.

Le conto varias historias que él conocía sobre el tema, algunas eran increíbles de una fantasía alucinante difícil de creer, otras eran más sencillas y con pasajes fiables.

Pero no podía papa Mañuco hacer que Rudelfo olvide todo lo que había experimentado la noche anterior, esa sensación de miedo no lo había sentido jamás.

Nada de lo que le dijeran podría haberlo hecho cambiar su miedo por alguna otra sensación, Rudelfo aun sentía miedo y eso no lo podían cambiar, el espíritu maligno lo intimido a tal punto que dejo lo que estaba haciendo por irse a su cuarto y meterse a su cama, cobijarse de pies a cabeza para ya no escuchar ese silbido tan intimidante.

Mama Doris miraba a su pequeño Rudelfo sin decir nada, podía percibir el temor que había experimentado su pequeño, ella quería decir algo, pero no quería interrumpir a su querido Mañuco. Solo atino a acercarse a darle un abrazo y un beso en la frente, ¿qué más podía hacer? Ella no era de acá, ella era una norteña que desconocía mucho sobre las creencias espirituales que tenemos los selváticos.

Se sentó al lado de su querido Mañuco y escucho atentamente lo que él decía, pero no dejaba de mirar a Rudelfo, ella lo conocía tan bien que sabía que estaba aún atemorizado.

Por su parte Rudelfo luego de escuchar a su histriónico padre y de sentir el calor de su apacible madre, decidió, contar lo sucedido de manera detallada para que su familia trate de comprender como se sentía.

Fue entonces que Rudelfo le pidió a su padre permiso para narrar los pormenores de su agitada noche. Papa Mañuco asintió y le dio permiso para hacerlo.

Entonces Rudelfo con un suspiro empezó a contar.

“Como ustedes saben anoche no pude acompañarles a cenar porque tenía mucha tarea pendiente, estábamos en grupo mediante WhatsApp, Darico, Daniel y yo, avanzando las tareas del colegio, por encontrarme solo en casa decidí estudiar escuchando música.

La música tenía un volumen controlado, nada fuera de lo normal, a eso de las 9 aproximadamente escuche un silbido que me erizo la piel, un sonido que no tendría por qué generar algún tipo de miedo, pero a mí me estremeció.

Trate de que no causara más estragos en mi mente y entonces puse más volumen a la radio, para evitar escuchar nuevamente ese sonido, era un sonido que podría identificar así “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin”. Y este sonaba cada vez más cerca a la casa. Como para salir de ese temor, tomé el celular y les escribí a mis amigos, diciéndoles que hay un “Tunche” que me está molestando, y hasta miedo me está dando.

Darico que es el más palomilla me dijo insúltale, dile cosas feas y se va a ir, al menos eso me enseñaron para hacer cuando alguno de estos espíritus se me acerca.

No tenía el valor para increparle nada al espíritu en mención.

Daniel que era más analítico y creyente, me dijo “si es que te está causando temor te sugiero que te vayas a tu cuarto y te pongas a rezar y le pidas a Dios que ahuyente a este espectro y puedas estar más tranquilo”

En parte hice lo que me dijo Daniel, me fui a mi cuarto, llevando el celular y tome mi cobija y me cobije de pies a cabeza me puse como dice mi mama como una bolita, posición más conocida como fetal.

Y al no haber ruido, escuchaba más cerca y más fuerte el “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin”. “fin…fin” que ya era escalofriante para mí, entonces busque ayuda de una persona que quiero mucho, le escribí a Chabelita y ella me pidió que ore, que Dios es más poderoso que cualquier espíritu. Entonces decidí orar y pedirle a Dios que ahuyentará a este espectro de mi lado, pensé antes de orar en papa, en mama, y me acorde que en la casa perdieron la vida los abuelitos y quizás eso aumento mi miedo y mi desesperación.

Supuse que los abuelitos están haciéndome una mala pasada porque honestamente yo ya estaba al borde de perder el valor y hacer la pipi en mi cama. Ya eran las 10 y el espectro seguía silba que silba y cada vez más cerca a la casa.

Entonces empecé a orar como me enseño mama.

Padre nuestro, que estás en los Cielos,

santificado sea tu nombre,

venga a nosotros tu Reino,

hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día

y perdóna nuestras ofensas

así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden,

y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal.

AMEN.

Porque tuyo es el Reino,

el Poder y la Gloria... del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

(ahora y siempre y por los siglos de los siglos).

AMEN.

Dichos ruegos los complemente con el credo que a la letra lo cante así:

Creo en Dios Padre todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,

nació de Santa María Virgen;

padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;

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