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Empoderamiento en la vejez.


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  2.097 Palabras (9 Páginas)  •  185 Visitas

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Empoderamiento en la vejez.

Introducción.

El envejecimiento es un proceso natural que cobra inicio en la concepción del ser, prosigue durante la vida y finaliza con la muerte, donde una serie de cambios se han de hacer presentes para la continuidad de la evolución del individuo. Entre estos cambios se encuentran los biológicos, psicológicos y sociales, entendiendo los primeros como el proceso con causas endógenas que influyen en el individuo; es decir, cambios internos del organismo. (Almazan et. al 2011).

Desde un punto de vista biológico envejecer es la incapacidad del cuerpo de una persona para mantenerse por sí solo y realizar cosas que hacía antes. Aunque esta definición describa el proceso meramente orgánico, no explica el por qué envejecen las personas, y las teorías del envejecimiento se refieren al proceso de envejecimiento primario que implica los cambios graduales e inevitables relacionados con la edad que aparecen en todos los miembros de una especie.

 Los cambios característicos visibles  de la especie humana en la vejez son: el cabello se vuelve blanco y escasea, la piel pierde su humedad y elasticidad, a medida que la estructura del esqueleto cambia, la gente comienza a encogerse, el cartílago de los discos intervertebrales se hace más fino y pierde agua, los huesos se vuelven frágiles y esponjosos, el sentido de la vista comienza a decaer y la memoria ya no es tan exacta como antes (Spence, citado en Hoffman et al. 1996).

Por otra parte el concepto de vejes refleja dos significados distintos, como se mencionó,  por un lado se define desde una perspectiva biológica, los humanos comienzan a envejecer desde su nacimiento, pero con ritmos diferentes, esto es debido a aspectos culturales como  el modo de vida, el entorno cultural  etc, que aceleran o retrasan la evolución biofisiológica.  (Lozano-Poveda, 2011).

Desde el punto de vista social la etapa de la vejez es particularmente difícil ya que señala las siguientes tareas como afrontar las pérdidas (amigos, cónyuge) y enfrentarse a la posibilidad de la propia muerte o incapacidad y la de incorporarse a otro sistema familiar o social. (Espinoza, 2013)

En un estudio realizado por Vargas y Crespo (2008) respecto a las creencias de esta etapa de la vida, se ha encontrado que en diferentes culturas la vejez se reconoce como el final de la vida, normalmente asociada con disminución de la funcionalidad física y mental, castigo de Dios, autopercepción de carga para los familiares, abandono y proximidad a la muerte. En casi ninguna sociedad la vejez se maneja como una de las partes de la vida más deseada.

 También a medida que maduramos lo que llegamos a ser está ligado a la naturaleza de nuestro entorno exterior, por lo tanto sobrevienen cambios psicológicos que influyen en nuestros pensamientos, sentimientos, creencias, valores, actitudes, conducta, personalidad y nuestra manera de comportarnos con los demás pues reaccionamos ante las influencias sociales y culturales, por lo tanto se produce una importante transformación en el papel social que desarrolla cada persona.

Se considera que envejecer e ingresar al grupo de personas consideradas como de  la tercera edad es una cuestión de definición social. En la actualidad el término demográfico menciona que se incluye en la tercera edad a toda persona de 65 años o más, “cualquiera que sea su situación actual en términos de actividad profesional o estado de salud” (Jouvenal, citado en Kehl, 2001).

Se piensa que las tareas del desarrollo en esta etapa de la vida son personales, por lo que la tarea principal de las personas mayores es la de comprender y aceptar su vida además de utilizar su experiencia para hacer frente a los cambios personales o pérdidas. En este sentido se cree que las personas de la tercera edad deben enfrentarse a temas como la adaptación a la disminución de la fortaleza y salud física, adaptarse a la jubilación, aceptar su propia muerte, entre otros, y a medida que las personas tratan con estos temas, sus motivaciones cambian de formas características.

Mishara y Riedel (2000) mencionan que en cuanto a los cambios  sociales a los que se enfrentan las personas al envejecer;  hablamos de roles sociales, como  conjunto de funciones, normas, comportamientos y derechos definidos social y culturalmente, que se esperan que una persona cumpla o ejerza. Estos autores señalan que comparando diversas teorías, se podría decir que la disminución o ausencia de actividad social no aparece de forma repentina en los mayores, lo habitual es que esa actividad se vaya reduciendo paulatinamente con el paso del tiempo y al reducirse la frecuencia de las relaciones sociales, se refuerza su valor y se hacen más gratificantes, dedicando más tiempo a su mantenimiento. También varias teorías han sido propuestas con el fin de explicar cómo las personas se ajustan a la llegada de la tercera edad. Una de las primeras fue la teoría de la retirada en ella se  considera que el distanciamiento es una condición universal del envejecimiento. Sostiene  que los declives del funcionamiento físico y la consciencia de la proximidad de la muerte dan como resultado un retraimiento de los roles sociales.

 En contraste la teoría de la actividad vincula las tareas que desarrolla una persona con la satisfacción con la vida. De acuerdo con esta teoría, entre más activos permanezcan los ancianos, mejor envejecen. La teoría del etiquetado; conocida también como teoría de la reacción social, fue formulada en torno a los años sesenta del siglo XX para explicar diferentes tipos de “conducta desviada”, como la delincuencia, la drogadicción, la enfermedad mental e incluso la vejez. Una de las etiquetas que sufren con frecuencia  las personas mayores es la de dependientes. Portar esta etiqueta es llevar el símbolo de una “desviación”, la de alguien que no goza ya de un lugar en la  sociedad y cuyo comportamiento es “anormal”. Los que comparten este estatus sufren diversas humillaciones y castigos que refuerzan su “desviación”. Ser excluido del reconocimiento social y no tener un rol en las relaciones sociales resulta hiriente y perjudicial, y lo que es quizás más importante, esto conlleva una serie de actitudes, sanciones y prohibiciones que tienen el efecto de deshumanizar al individuo y generar depresión y reducción de la autoestima.

 Otra de las etiquetas que suelen adoptar los individuos considerados ancianos e la de “carga”  este se debe tanto a la auto percepción que tienen ellos de si mismos, tanto por la etiqueta que es impuesta por la sociedad, ya que ellos mismos asocian a la vejes con el deterioro, perdida de capacidades físicas, mentales y aislamiento social, aislamiento social, desconociendo las capacidades, las habilidades y experiencia que poseen los mayores, se ignoran las enriquecedoras diferencias individuales al tratar de homogenizar a los mayores, especialmente por un parámetro cronológico “ el ser mayores de 65 años” (Aristizábal, 2005)

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