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Escuela Publica, Educacion Democratica Y Formacion Docente


Enviado por   •  17 de Octubre de 2014  •  1.607 Palabras (7 Páginas)  •  807 Visitas

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TEMA 2: ESCUELA PUBLICA, EDUCACION DEMOCRATICA Y FORMACION DOCENTE.

En 1980, se argumentaba de manera convincente que, a diferencia de lo que ocurría con los miembros de otras profesiones, los maestros llevaban una vida rutinaria, mecánica una maquinaria de supervisión, organización, clasificación, otorgamiento de calificación de porcentajes, uniformidad, promociones, pruebas y exámenes.

Horace Willard y W. Holmes, dos notables críticos de la educación norteamericana (en épocas distintas), reconocieron que cualquier intento viable de reforma educativa tenía que encarar la cuestión de la educación. Pero lo más importante era su convicción en el sentido de que los maestros debían funcionar profesionalmente como intelectuales, y que la educación debía estar inextricablemente vinculada con la transformación critica del escenario escolar y, por extensión, del escenario social más amplio. La idea de que los programas para educación deben centrar sus objetivos académicos y morales en la educación a los maestros como intelectuales críticos, a la vez que fomenten los intereses democráticos, los maestros que asumen el papel de intelectuales transformadores, tratan a los alumnos como agentes críticos, cuestionan la forma en que se producen y distribuye el conocimiento, utilizan el dialogo y hacen al conocimiento significativo, crítico y, a la postre, emancipatorio. Los nuevos conservadores defienden la reforma educativa echándoles la culpa a las escuelas de toda una serie de crisis que incluyen cualquier aspecto. El fomento de una población crítica y comprometida, capaz de estimular los procesos de transformación política y cultural así como de refinar y extender el funcionamiento de la democracia política…. Todo parece indicar que los reformadores se imaginan a las escuelas como instrumentos económicos, en vez de políticos. Como si ya estuvieran cansados de la democracia política.

El cambio ideológico que caracterizo el actual periodo de reforma es evidente también en las formas que hoy se definen la preparación de los maestros y la pedagogía del aula. En vez de enfrentar estas cuestiones, muchas de las reformas que tiene el lugar en el plano estatal aun consolidan más las estructuras administrativas impiden que los maestros, colectiva y creativamente den forma a las condiciones bajo las que laboran dentro de este paradigma, el desarrollo de los planes de estudio se deja en manos, cada vez más frecuentemente, de expertos en administración o simplemente se adoptan los que proponen las casas editoriales, sin que allá ninguna aportación o muy pocas, por parte de los maestros que se esperen que vallan a poner en práctica los nuevos programas. El hecho de que cada vez se desplace más a los maestros en la tarea de la elaboración y análisis de los planes de estudios guarda relación con las formas en que se emplea la racionalidad tecnocrática para redefinir la labor de los maestros. Como se ha mencionado, los intereses económicos que informan a las nuevas propuestas conservadoras se basa en un punto de vista de la moralidad y política que queda legitimado mediante un llamamiento a la unidad y la tradición nacional, la democracia pierde su carácter dinámica y queda reducida a un conjunto de principios y disipaciones institucionales heredados que les enseñan a los alumnos la manera de adaptarse en vez de cuestionar los preceptos básicos de la sociedad. En efecto, el cambio ideológico de que aquí se trata apunta hacia una definición restringida de la enseñanza, una definición que despoja casi completamente a la educación pública de una visión democrática en la que se preste consideración sería a la ciudadanía y a la política de posibilidad.

Si se requiere que los programas de educación para maestros proporcionen la base de la lucha y la renovación democrática de nuestras escuelas, habrá que redefinir la relación que tales programas guardan actualmente con dichas instituciones. Lo que esto efectivamente significa que la relación de los programas de educación pública, debería surgirse por consideraciones políticas y morales. También se trata de desarrollar una explicación razonada mediante la cual se puedan definir los programas de educación para maestros de una manera que haga explicito el punto de vista particular de relación existente entre las escuelas públicas y el orden social.

Las escuelas públicas deben ser consideradas como sitios democráticos dedicados a la adquisición individual y social de facultades críticas. Contrariamente al punto de vista de que las escuelas son extensiones del lugar de trabajo o de las instituciones de avanzada que libra la batalla empresarial por la conquista de los mercados internacionales, las escuelas, consideradas como escuelas públicas democráticas, centran sus actividades en la indagación crítica y el dialogo significativo.

Por consiguiente, la propuesta de mantener las escuelas de educación descansa en cierto número de consideraciones. La naturaleza de la enseñanza públicas exige que a los aspirantes a maestros se les inicie un concepto de teoría y de práctica, que se forje

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