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Etica Profesional


Enviado por   •  31 de Octubre de 2013  •  2.347 Palabras (10 Páginas)  •  335 Visitas

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1.1.-Bien, libertad y conciencia

¿Qué es ética? Bien, de acuerdo a como siempre se la ha considerado, podemos decir que es la ciencia que estudia la moralidad de los actos humanos; es decir, los considera buenos o malos. Esta idea nos lleva directamente a considerar qué se entiende por bueno, por lo que debemos tomar en cuenta las acepciones que tiene la palabra “bien”.

•Bien útil: llamamos así a lo que representa eficacia en la consecución de cierto fin. Es decir, un bien útil es el que asegura que a través de éste obtendremos algo más. Su valor radica en la capacidad que tiene de llevarnos a algo más. El bien útil es un medio que nos lleva a otro fin. Por ejemplo, un lápiz es un bien útil, pues vale en la medida en que hace buenos trazos, facilita la escritura, etc. y deja de ser un bien en cuanto falla a su misión de lápiz. Es importante recordar que la bondad utilitaria no siempre implica bondad moral. “Lo más útil o lo más práctico no siempre es lo mejor”.

• Bien agradable: es el bien placentero que comportan ciertas acciones. El bien agradable es ese gusto que experimentamos cuando hacemos tal o cual cosa. Satisface la esfera sensible del hombre y produce sensaciones agradables al hombre. El bien agradable es esa sensación que se siente al amar, al comer, al contemplar algo bello, etc. De la misma manera, es importante recordar que la bondad agradable no siempre implica bondad moral. “No todo lo que se siente bien, está bien”.

• Bien moral: cualidad y acción libre que conduce al hombre a la consecución de su fin último dada la adecuación a la naturaleza humana

.El acto de decir la verdad es un bien moral pues la naturaleza humana está hecha para conocer la verdad y para exponerla, por lo tanto, por el puro hecho de decir la verdad el ser humano se pone en camino a la consecución del fin último que es su felicidad.

Después de explicar todos los distintos tipos de bienes, es importante explicar que los tres tipos de bien, no siempre se implican mutuamente. Es decir, lo que es bueno desde el punto de vista moral, no es lo más útil o no es lo más agradable. Hay veces que un tipo de bien implica otro bien o los tres. Como ya lo dijimos antes, lo importante es tener claro que cuando uno dice la palabra “bien” o “bueno” no siempre está aludiendo al mismo concepto pues puede tener tres acepciones que no son mutuamente incluyentes.

Pongamos algunos ejemplos: una operación de urgencia, con premura en el tiempo y con estrechez de instrumental, puede resultar algo poco agradable en cuestión estética, pero fue buena desde el punto de vista de la utilidad y un bien moral que demostró el compromiso con el salvamento de una vida.

La conciencia es el ejercicio del juicio de la presencia o ausencia del bien en tal o cual acción tomando como criterio de juicio la ley natural.

1.2.-La universalidad de la ética y el fin último de la persona

La universalidad de la ética

El bien del hombre consiste en que su obrar sea recto. El hombre bueno obra con rectitud. Pero, ¿y cómo sabemos cuáles son las obras que son rectas y cómo sabemos cuáles obras perfeccionan al hombre? La respuesta a estas interrogantes es que las acciones deben ser conformes con el verdadero bien de la naturaleza humana

Ahora nos damos cuenta de la enorme importancia y profundidad de la naturaleza humana. Hay veces que se experimenta el mal físico –dolor, enfermedad- sin que eso implique mal moral, incluso, en el mal físico la naturaleza humana se perfecciona más. Quien al curar la enfermedad con entrega y sacrificio se contagia gravemente, alcanza plenitud humana aunque cierto aspecto de su naturaleza, como lo es su integridad física, salga perjudicada.

Lo bueno para el hombre es lo que lo hace plenamente humano, no lo que lo hace más sano, más útil o más agradable. Por ejemplo: si alguien se beneficiara de una mentira contradiría la naturaleza humana, pues lo natural en el hombre es decir lo que piensa y pensar lo que son las cosas, de hecho esa es la función de nuestro lenguaje. Lo cual revela que mentir sería una acción mala.

En todo comportamiento humano hay una lógica, en cada uno de nuestros actos se pretende algo. Y cuando el hombre actúa, tiene siempre en su mente presente un fin: se pone en marcha para ir a algún lado, comienza tal o cual tarea para terminarla y “llegar a algo”, a un punto final con ella, como trabaja la madera para obtener un mueble, va a la escuela para obtener conocimientos y un título, y así sucesivamente.

Puesto que la naturaleza humana cuenta con inteligencia y voluntad, lo característico de cada individuo racional es obrar libre y conscientemente buscando siempre un fin que deseamos conseguir.

Siempre obramos por un fin. Pero, ¿qué significa “fin” en este caso? Significa sobre todo, “bien”. Moverse por un fin quiere decir que la voluntad humana busca siempre lo que la inteligencia le presenta como bueno, aunque eso no quite que se equivoque y que persiga como bueno algo que no lo es en realidad. De ahí que digamos que “fin” y “bien” son convertibles, o sea, equivalentes. Siempre que buscamos un fin lo buscamos en razón de bien y siempre que percibimos el bien se convierte en un fin.

Esto levanta otra nota muy importante en cuestión de ética: siempre que el hombre actúa buscando cierto fin, lo quiere en cuanto bueno. El hombre siempre quiere las cosas en cuanto buenas. Cuando en ocasiones no tiende al bien verdadero es por una equivocación en la que confundió el bien falso como si fuera verdadero. Sin embargo, hay que recalcar que nadie persigue el mal directamente, el mal no es objeto de la voluntad. Los hombres jamás tendemos al mal por el mal.

Por ejemplo: un ingeniero o un arquitecto no construye los puentes o las casas para que luego se desplomen con el mayor estrépito posible. Un empresario no tiene como fin la quiebra de su negocio, ni un médico la muerte de sus pacientes. Si ocurrieran en algún caso situaciones como éstas, cabría una de las siguientes alternativas: actuaron así en busca de un bien ulterior (para cobrar un seguro) o esos individuos padecen un trastorno mental.

El fin último

La variedad de fines que el hombre intenta lograr guarda internamente un orden. Hay fines que se consiguen antes que otros, hay fines que más importantes que otros, fines que a su vez son medios, etc. Es fácil ver, sin embargo, que esa subordinación de fines y el orden que guardan los mismos no puede prolongarse al infinito, porque de lo contrario no haríamos nada. En otras palabras, si la cadena de fines fuera infinita, nunca actuaríamos, por lo que una cadena infinita no se puede recorrer y, por lo tanto, nadie obra por un imposible. Nadie comenzaría a caminar si supiera que la cantidad

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