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La Lectura


Enviado por   •  23 de Marzo de 2012  •  2.165 Palabras (9 Páginas)  •  471 Visitas

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Comprensión después de la lectura

Partiendo de la base de que los alumnos no siempre entienden lo que leen, el autor proporciona una serie de reglas para favorecer la correcta compresión de las lecturas. En un primer momento es necesario enseñar a los lectores a identificar el tema y la idea principal del texto. A continuación, se les debe orientar para que sean capaces de hacer un resumen. Por último, es fundamental formular preguntas de distinto tipo que les ayuden a comprender el texto y a formarse una opinión.

Introducción

Cuando se termina de leer no concluye ni mucho menos el proceso de comprensión lectora. No tenemos que dar por sentado que el niño ha entendido todo el texto, ni siquiera en el caso de que le hayamos acompañado en su camino hasta el momento de cerrar su lectura. Es imprescindible realizar una minuciosa y científica labor didáctica después de alcanzada la meta porque de lo contrario todo el aprendizaje se puede venir abajo. Por eso vamos a recuperar varias de las estrategias que hemos trabajado hasta el momento: la identificación de la idea principal, la elaboración de un resumen, y la formulación y respuesta de preguntas pertinentes sobre el contenido textual.

La idea principal

El niño tiene que ser capaz de diferenciar nítidamente los conceptos de «tema» (aquello sobre lo que trata un texto) e «idea principal» (el argumento fundamental de que se sirve el autor para explicar el tema).

Una vez que el niño controla dicha diferencia y es capaz de extraer ambos elementos tras la lectura que le proponemos, le iremos enseñando de modo secuenciado:

Que nunca son iguales el tema (T) y la idea principal (IP).

Qué es el tema, primero, y después qué es la idea principal.

A identificar el tema en primer lugar.

Tema e idea principal de modo diferente en narraciones y exposiciones:

En los primeros cursos: el T en narraciones y exposiciones sencillas y la IP sólo en textos expositivos.

En cursos superiores: la IP también en narraciones cuando se aborda sistemáticamente el comentario de texto en relación a la literatura.

Con este procedimiento el niño descubre poco a poco que la IP resulta de la combinación de varios elementos:

Los objetivos de lectura que guían al lector.

Sus conocimientos previos.

La información que el autor quería transmitir.

Por todo ello, identificar la IP resulta indispensable para el niño para poder aprender a partir de su lectura y para que pueda realizar actividades asociadas a ella, como tomar notas o realizar un resumen.

El niño se enfrentará a la identificación de la IP teniendo siempre en cuenta sus propios objetivos de lectura. De ese modo, aprenderá de su lectura y será capaz de realizar una lectura crítica y autónoma.

¿Cómo accedemos a la IP?

Para acceder a la IP enseñamos al niño a poner en marcha cuatro tipos de reglas:

1. Reglas de omisión o supresión:

Eliminamos información trivial o redundante.

2. Reglas de sustitución:

Integramos hechos / conceptos en conceptos supraordinarios.

3. Reglas de selección:

Nos lleva a identificar la IP en el texto, si se halla implícita.

4. Reglas de elaboración:

Con ellas construimos o generamos la IP.

No estamos hablando de mostrar a los niños el modo teórico de aplicar estas reglas o su utilidad. Es necesario que el maestro modele lo que hace él mismo cuando tiene que resumir un texto.

Para explicarles en qué consiste la IP de un texto y explicarles por qué consideramos que eso es lo más importante, podemos emplear diversas estrategias:

Explicarles en qué consiste la IP de un texto y la utilidad de saber encontrarla o generarla para su lectura y aprendizaje.

Ejemplificar con un texto ya conocido cuál sería el tema y lo que podrían considerar como la IP que transmite el autor.

Preguntarles por qué van a leer el texto: así revisarán el objetivo de lectura, si les sobrepasa o si va a proporcionar una información parcial para ellos. Este paso contribuye a activar sus conocimientos previos relevantes y a centrar la atención en lo que se busca.

A medida que leen, informarles de lo que retenemos y por qué, y de los contenidos que no desechamos en esta ocasión.

Si en el texto encuentro la IP explícitamente formulada, se la señaleremos a los niños y les explicaremos la razón por la cual esa frase contiene la IP.

Para facilitar todo el proceso, los niños van leyendo el texto en silencio mientras les mostramos el procedimiento.

Cuando concluye la lectura, discutimos el proceso seguido.

Si la IP no se encuentra formulada tal cual en el texto, se la explicamos a los niños, justificando la elaboración.

La formulamos de formas distintas para que vean que no se trata de una regla infalible, sino de una estrategia útil.

Incluso una vez que se ha discutido y aceptado la IP propuesta, podemos generar otra que atienda a otro objetivo de lectura. Así los niños constatan la importancia de sus propósitos cuando traten de establecer lo que es principal en un texto.

Les ofreceremos textos de dificultad progresiva que faciliten el aprendizaje, y también variaremos la tipología textual de modo que puedan trabajar no sólo con relatos sino también con los distintos tipos de estructuras expositivas, e incluso con textos menos «académicos», a sabiendas de que las dificultades de los niños para afrontarlos pueden ser mayores.

Una vez que los niños han trabajado individualmente, organizamos una revisión conjunta y discusión de:

Las ideas retenidas.

Los motivos que indujeron a identificar unas y no otras.

Los procesos que cada uno siguió.

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